Bruselas prohíbe a Bankia vender a dedo Iberdrola, IAG y sus otras joyas de la corona
Bankia espera la última aprobación del Ministerio de Hacienda para
continuar con su proceso de desinversión de su cartera financiera e industrial
iniciado con la venta del polémico City National Bank of Florida.
Cuando la obtenga, la entidad tendrá que desprenderse de Iberdrola, Mapfre,
IAG e incluso Indra, operaciones que se realizarán a través de
colocaciones en bolsa y no mediante el traspaso de estas participaciones a un
inversor concreto.
Así se lo ha trasmitido la Comisión Europea a Bankia, que debe ceñirse al espíritu del term sheet, u hoja de ruta, que marca la recapitalización de la entidad financiera española, la cual ha recibido 22.000 millones de las arcas públicas. Ese documento exige que todas las desinversiones deben hacerse con la mayor transparencia posible, poniendo como criterio principal el beneficio para el banco sin atender a otros factores como la procedencia del inversor, la relevancia de mantener la nacionalidad española en alguna de las empresas o incluso la seguridad del Estado.
Por este motivo, Bankia venderá su 5% de Iberdrola, su 12% de IAG, el 15% de Mapfre y hasta el 20% de Indra mediante colocaciones aceleradas en bolsa o book buildings. Fuentes próximas al proceso han confirmado que ese es el camino que se usará para deshacerse de todas las participaciones en empresas que tengan liquidez suficiente para absorber la venta de paquetes de importes relevantes.
El más grande, y a la vez más fácil, es la inversión en Iberdrola, por cuyo 5% Bankia podría ingresar unos 1.250 millones de euros. La profundidad bursátil de la eléctrica permitiría al banco nacionalizado colocar su paquete en una tarde con un descuento razonable sobre el precio actual en bolsa. Una cantidad similar obtendría por su presencia en Mapfre, desinversión que tiene que ir acompañada del desmantelamiento de la relación comercial que tiene en ambas entidades y de su joint venture en Latinoamérica.
Lo mismo sucedería con el 12% de IAG, de la que Bankia es el mayor accionista. Los asesores del Ministerio de Economía consideran que la cotización de la aerolínea puede asimilar un book building de unos 700 millones, ya que en su accionariado no hay inversores con participaciones significativas que estrangulen la oferta y la demanda.
Las dudas están en qué hacer con el 20% de Indra. Varios bancos de inversión se han dirigido a Bankia para asegurarle que son capaces de colocar todo ese paquete de una sola vez, pero desde Economía se sospecha que es un número de acciones muy grande y que podría provocar una brusca caída de la cotización. Por ello, se están barajando otras opciones, como hacer dos ofertas aceleradas separadas en el tiempo por, al menos, seis meses.
Ni fondos soberanos ni seguridad nacional
Bankia tiene hasta finales de 2014 para vender toda su cartera industrial y financiera, por lo que dispone de tiempo suficiente para analizar las mejores opciones. Pero lo que está claro es que en ningún caso traspasará ninguna de estas inversiones a un inversor a dedo, como se había comentado recientemente en relación al presunto interés del emirato de Qatar por hacerse con la participación en IAG. Desde el Gobierno se había filtrado la casi obligación de vender ese 12% a una empresa nacional para mantener la influencia en el Aeropuerto de Barajas. No será así por orden de Bruselas.
Más importantes es, si cabe, el caso de Indra debido a que parte de su negocio está relacionado con la seguridad nacional. La empresa presidida por Javier Monzón está encargada, entre otras cosas, de los satélites que usa el ejército para sus comunicaciones. La multinacional es uno de los clientes preferentes del Ministerio de Defensa e Interior, ya que es el proveedor principal de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad y Emergencias. La Comisión Europea tampoco permitirá una venta a un inversor determinado.
Distintos son los casos de NH Hoteles, Realia, Deoleo o Mecalux, empresas que, o bien cotizan en bolsa pero no tienen liquidez suficiente, o están en manos privadas y requieren de una venta diferente. No obstante, los importes de estas participaciones son menos significativos.
FUENTE
Así se lo ha trasmitido la Comisión Europea a Bankia, que debe ceñirse al espíritu del term sheet, u hoja de ruta, que marca la recapitalización de la entidad financiera española, la cual ha recibido 22.000 millones de las arcas públicas. Ese documento exige que todas las desinversiones deben hacerse con la mayor transparencia posible, poniendo como criterio principal el beneficio para el banco sin atender a otros factores como la procedencia del inversor, la relevancia de mantener la nacionalidad española en alguna de las empresas o incluso la seguridad del Estado.
Por este motivo, Bankia venderá su 5% de Iberdrola, su 12% de IAG, el 15% de Mapfre y hasta el 20% de Indra mediante colocaciones aceleradas en bolsa o book buildings. Fuentes próximas al proceso han confirmado que ese es el camino que se usará para deshacerse de todas las participaciones en empresas que tengan liquidez suficiente para absorber la venta de paquetes de importes relevantes.
El más grande, y a la vez más fácil, es la inversión en Iberdrola, por cuyo 5% Bankia podría ingresar unos 1.250 millones de euros. La profundidad bursátil de la eléctrica permitiría al banco nacionalizado colocar su paquete en una tarde con un descuento razonable sobre el precio actual en bolsa. Una cantidad similar obtendría por su presencia en Mapfre, desinversión que tiene que ir acompañada del desmantelamiento de la relación comercial que tiene en ambas entidades y de su joint venture en Latinoamérica.
Lo mismo sucedería con el 12% de IAG, de la que Bankia es el mayor accionista. Los asesores del Ministerio de Economía consideran que la cotización de la aerolínea puede asimilar un book building de unos 700 millones, ya que en su accionariado no hay inversores con participaciones significativas que estrangulen la oferta y la demanda.
Las dudas están en qué hacer con el 20% de Indra. Varios bancos de inversión se han dirigido a Bankia para asegurarle que son capaces de colocar todo ese paquete de una sola vez, pero desde Economía se sospecha que es un número de acciones muy grande y que podría provocar una brusca caída de la cotización. Por ello, se están barajando otras opciones, como hacer dos ofertas aceleradas separadas en el tiempo por, al menos, seis meses.
Ni fondos soberanos ni seguridad nacional
Bankia tiene hasta finales de 2014 para vender toda su cartera industrial y financiera, por lo que dispone de tiempo suficiente para analizar las mejores opciones. Pero lo que está claro es que en ningún caso traspasará ninguna de estas inversiones a un inversor a dedo, como se había comentado recientemente en relación al presunto interés del emirato de Qatar por hacerse con la participación en IAG. Desde el Gobierno se había filtrado la casi obligación de vender ese 12% a una empresa nacional para mantener la influencia en el Aeropuerto de Barajas. No será así por orden de Bruselas.
Más importantes es, si cabe, el caso de Indra debido a que parte de su negocio está relacionado con la seguridad nacional. La empresa presidida por Javier Monzón está encargada, entre otras cosas, de los satélites que usa el ejército para sus comunicaciones. La multinacional es uno de los clientes preferentes del Ministerio de Defensa e Interior, ya que es el proveedor principal de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad y Emergencias. La Comisión Europea tampoco permitirá una venta a un inversor determinado.
Distintos son los casos de NH Hoteles, Realia, Deoleo o Mecalux, empresas que, o bien cotizan en bolsa pero no tienen liquidez suficiente, o están en manos privadas y requieren de una venta diferente. No obstante, los importes de estas participaciones son menos significativos.
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