Hacienda se cobra siempre, hasta con vino si es necesario
Que Hacienda haga un embargo de las existencias, activos o resto de propiedades de una empresa es un trámite tan habitual que no debería ni llamarnos la atención. Per osi el embargo se produce sobre la bodega y el restaurante de Sergi Arola, con 2 estrellas Michelín y un representante internacional de la cocina española, el cuanto cambia de color y esto ya es noticia.
Tal y como nos cuentan nuestros compañeros de Directo al Paladar, este restaurante (la empresa que lo gestiona para ser exactos), acumula deudas por casi 300.000 euros entre cuotas a la Seguridad Social y deudas de impuestos con Hacienda. La “excusa” que dan en el restaurante es que no pueden conseguir el aval necesario para aplazar la deuda y por tanto, la vía ejecutiva cobra toda su fuerza y se pasa al embargo de los activos y existencias de la empresa, siendo un activo importante, la bodega del local. Hacienda cuando quiere cobrar, se cobra hasta con vino si es necesario.
Pagar impuestos no es innovador ni naif, parece ser
Nos guste o nos guste, los empresarios de este país deben tatuarse a fuego en la frente que el primero en cobrar siempre tiene que ser la Seguridad Social y luego Hacienda, ni siquiera las nóminas de los trabajadores que andan a la par. Para montar una deuda de 140.000 euros en la Seguridad Social, tienes que tener varios trabajadores y no pagar la Seguridad Social de estos durante meses. Esto no es un problema puntual de una empresa, es que no se paga a la Seguridad Social porque se tienen otras preferencias.
Con Hacienda, tenemos más de lo mismo; podemos tener deudas por las retenciones no ingresadas (IRPF trabajadores y alquileres por ejemplo) o deudas por IVA (cobrado a los clientes, descontado de las compras y no pagado por la diferencia). Y en la misma línea, 160.000 euros, no se crean de deuda en un solo día ni todo lo contrario.
Aquí han podido pasar dos cosas: bien el restaurante no funciona, ya sea por el motivo que sea (lástima que Chicote ya no pueda arreglarlo), bien los propietarios han decidido gestionar su tesorería en otros canales, sus prioridades de pagos o vete tú a saber, a otros frentes más provechosos para ellos.
Si la empresa no funciona, se cierra
Este país es poco propenso a los cierres y no sólo de imagen y marca se vive. Entiendo que tiene que ser duro para un cocinero de referencia mundial que regenta un establecimiento de bandera, asumir que los ingresos – gastos de la actividad son ruinosos, pero si las pérdidas son constantes y no se asumen con fondos propios, los experimentos se tienen que hacer con gaseosa y no con el dinero de Hacienda. Al fin y al cabo, las estrellas Michelin no pagan los seguros sociales, los paga la caja del local.
En esta línea, hay que tener muy claro que una empresa del sector servicios no puede mantenerse abierta por tiempo indefinido si no logra rentabilidad. Si llegados 3 ó 4 meses, se acaba el dinero y no puedes seguir pagando, baja la persiana, admite que ese modelo concreto no ha funcionado y probablemente las deudas sean muy inferiores.
Si por contra, el error ha sido por mala gestión o descapitalización de la empresa, en este caso, hablaríamos de otro tema, que incurre en delito penal en todo caso y que no es aplicable al caso de este restaurante, salvo que aparezcan datos que así lo ratifiquen.
La conclusión es clara. Los impuestos hay que pagarlos si o si y no se pueden o se deben acumular deudas con Hacienda. Aunque claro está que nos daría para otra serie de post el hilo fundamental de minue, que es el agravio comparativo que tienen las pymes de este país, sean famosas o no, frente otros sectores como es el deporte y el fútbol en particular o incluso, las grandes promotoras y constructoras.
FUENTE