El BdE deja a Deloitte fuera del próximo
examen a los balances de la banca española
El reparto de los bancos españoles entre las grandes auditoras para el examen de la calidad de sus activos (AQR, asset quality review) ha dejado fuera a Deloitte, que no se encargará de revisar ninguna entidad. El Banco de España –por delegación del BCE, que es el responsable del ejercicio– ha repartido el sector prácticamente en dos mitades entre PricewaterhouseCoopers (PwC) y KPMG, mientras que a la cuarta en discordia, Ernst & Young, sólo le ha correspondido un banco, pero le ha tocado 'el Gordo': Santander, según fuentes conocedoras de la situación.
Como adelantó El Confidencial, el BCE había convocado a las cuatro grandes auditoras mundiales en Fráncfort el 17 de febrero para repartir entre ellas los 124 bancos europeos (16 de ellos españoles) que se someterán a los test de estrés y que pasarán a ser supervisados por el instituto emisor. Las big four serán las encargadas de revisar en profundidad los balances de estas entidades en el citado AQR, proceso en el que se podrá exigir ya capital adicional y que servirá de base para los ejercicios de resistencia que se realizarán posteriormente.
En esa reunión se dieron las directrices técnicas para el ejercicio y se aprobó el reparto sugerido por el Banco de España, que había dividido a las entidades en tres grupos. En el primero están los dos gigantes multinacionales:Santander, que ha ido a parar a Ernst & Young –y es el único banco que examinará esta auditora– y BBVA, del que se encargará KPMG. En un segundo grupo aparecen los cuatro grandes puramente nacionales:CaixaBank y Bankia, que correrán a cuenta de PwC, y Popular y Sabadell, que han caído en manos de KPMG.
El tercer grupo contempla a las 10 entidades restantes, que se han dividido en dos mitades entre PwC y KPMG. La primera se ha quedado con KutxaBank, BMN, Ceiss, NCG y Liberbank, mientras que la segunda se ocupará de la revisión de Ibercaja, Bankinter, Catalunya Banc, Unicaja y Cajamar. Como se puede observar, se va a analizar a Unicaja y a Ceiss de forma separada, dado que la segunda pasará a ser filial de la primera pero no se fusionará con ella.
Deloitte, excluida
Por tanto, el reparto arroja ocho entidades para KPMG (entre ellas una de las dos grandes, BBVA), siete para PwC, una (Santander) para Ernst & Young y ninguna para Deloitte. ¿A qué se debe esta exclusión? En principio, esta firma tiene vetadas muchas entidades porque es la auditora con mayor presencia en el sector financiero, y una firma no puede examinar a una entidad que audita ella misma por el conflicto de intereses que supone.
Sin embargo, sí hay entidades que no audita de las que podría ocuparse: Popular, Sabadell, Ibercaja, Cajamar y Unicaja, aparte de Bankia, donde ya no es el auditor. Como es sabido, su negativa a firmar las cuentas de 2011 provocó la nacionalización de la entidad. Su actuación está siendo investigada por el ICAC, organismo dependiente de Economía, aunque Deloitte ha paralizado de forma temporal el expediente. Es más, en los ejercicios de 2012, que dirigió Oliver Wyman, se ocupó de revisar los balances de Sabadell y Popular.
Presupuesto de 20,6 millones
Según las fuentes consultadas, los criterios de selección del Banco de España han sido tres. En primer lugar, la inexistencia de conflictos de intereses comentada anteriormente. En segundo lugar, ninguna firma podía ocuparse de más del 50% de uno de los tres grupos, de ahí que todos se hayan dividido en dos mitades. Y en tercer lugar, contaba el precio ofrecido, los equipos específicos que se van a destinar a cada entidad y la metodología (aunque en este caso viene dada por el BCE).
El Banco de España anunció que la dotación presupuestaria para este concurso es de 20,6 millones, aunque no ha especificado si finalmente tendrá que gastarse todo ese dinero o las ofertas elegidas le permitirán ahorrarse una parte. Aunque el asesor del BCE en todo el examen a la gran banca europea es Oliver Wyman, el mismo que diseñó los test de estrés para el rescate español, la ejecución del trabajo correrá a cargo de las auditoras. "Se trata de una auditoría a gran escala" en la que se examinará el 50% de los APR (activos ponderados por riesgo) de las entidades
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