El capitalismo pone en circulación en Grecia una droga matapobres a dos
euros la dosis
El fin de la crisis en Grecia no está a
la vista, y a la pobreza y la desesperación se sumó un nuevo problema: El
consumo de drogas y el creciente número de adictos. Pero la cocaína y la
heroína son demasiado caras y por eso se está extendiendo en la capital griega
una droga mortal más barata: la shisha, llamada también matapobres por sus
devastadoras consecuencias sobre la salud.
Giannis está sentado en un colchón sucio
en el centro de Atenas. Sus dientes están podridos, las mejillas hundidas.
"¿Ve este paquete de cigarrillos? Cuesta más de lo que necesito para un
tiro", dice, mientras prepara su próxima inyección. Ahora comenzó a fumar
shisha, porque ya no podía darse el lujo de consumir heroína o cocaína, señala
Giannis, que sólo quiere dar a conocer su nombre de pila.
"Esta es la cocaína de los
pobres", dice. "Hay que tener cuidado cuánto se toma, ya que la droga
quema tu interior. Pero es muy barata y fácil de conseguir. Es difícil
resistirse", afirma.
No se sabe mucho del origen de esta
droga sintética, que es fácil de preparar, con metanfetamina cristalizada, que
se puede mezclar con champú, aceite de motor o ácido de la batería. Los expertos
y los adictos están de acuerdo en que la shisha es mortal. Le dicen shisha por
la pipa con la que se fuma este tipo de droga. La forma más común de consumirla
es quemar la sustancia e inhalar el humo, aunque también se puede inyectar de
forma intravenosa.
La droga sólo cuesta un par de euros y
por eso se ha popularizado rápidamente entre los miles de griegos sin hogar e
inmigrantes ilegales. Casi el 63 por ciento de los griegos menores de 25 años
está actualmente sin empleo. Charlampos Poulopoulos, el jefe de la organización
antidrogas Kethea, respaldada por el gobierno, cree que la crisis económica ha
empeorado el consumo de drogas en el país. Sobre todo, ha aumentado la demanda
de narcóticos baratos, afirma.
"Es la droga más barata que se
puede obtener en las calles, pero también una de las más peligrosas. Es
considerada el nuevo fármaco de la política de austeridad", señala
Poulopoulos. Los efectos secundarios de la pipa incluyen insomnio,
alucinaciones y agresividad. A través de un programa médico, Kethea se acerca a
los adictos y les proporciona jeringas, instrumentos de limpieza, medicamentos
para enfermos de VIH y hepatitis. Esto no sólo ayuda a las personas, sino
también a contrarrestar la propagación de enfermedades infecciosas.
El número de infecciones entre los
drogadictos aumentó ocho veces en la primera mitad del año 2011, de
acuerdo con datos de Oficina griega de Control de Enfermedades. Según
Poulopoulos, la incertidumbre financiera llevó a un fuerte aumento de problemas
de salud mental, suicidios y el abuso de drogas y alcohol. En el marco de
las medidas de austeridad también se han reducido los medios para
proyectos como Kethea. Además, los medicamentos para los afectados se
están agotando.
La prostitución y la pornografía, dos de
las fuentes principales de ingresos para financiar las drogas, crecieron en los
últimos dos años en un 150 por ciento. Con el aumento de la prostitución, las
enfermedades se propagan más rápido, dice Eleni Marini, psicóloga de Kethea.
Los efectos secundarios de la shisha generan además otro problema: "La
droga aumenta el deseo sexual y observamos un incremento de embarazos entre los
drogadictos", agrega Marini.
Actualmente, se
dificulta el trabajo para organizaciones como Kethea. Por un lado se agrava la
crisis de la droga y, por otro, se redujeron los sueldos y los subsidios a la
mitad. Desde el inicio de la crisis en 2009, la organización de lucha contra
los estupefacientes ha perdido a 70 de sus 500 empleados por medidas de ahorro.
"Ahora somos los pobres los que ayudamos a los pobres", señala
Poulopoulos
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