Constructoras españolas desatan una guerra del ladrillo en Francia por sus precios
Los constructores franceses no quieren la competencia de los españoles. Les acusan de tirar los precios. Las empresas españolas -pequeñas y medianas- han hecho de la necesidad virtud y, en vista de la parálisis en nuestro país, han decidido aprovechar las ventajas competitivasque su experiencia y la reforma laboral de Rajoy les dan frente a los constructores galos para intentar salvar sus cuentas.
La guerra del ‘ladrillo’ en Francia, especialmente en el sur, arrancó en la segunda mitad de 2012 y no ha hecho sino intensificarse. Tras un ejercicio que ha sido difícil otra vez, 2014 arranca con un nuevo grito de descontento de los constructores galos, que han visto cómo se ha ido incrementando el número de licitaciones y concursos que ganaban los españoles en los dos últimos años. Los franceses acusan a los españoles de “competencia desleal”, tal y como ha recogido ampliamente la prensa local. Afirman que los españoles pagan salarios más bajos y que las empresas tienen menores gastos por trabajador. La animadversión se ha intensificado hasta el punto de hablarse de “cruzada contra los constructores españoles” en la prensa francesa.
Los expertos afirman que, efectivamente, losconstructores españoles suelen ganar los proyectos por el precio. Tal y como explica uno de los economistas de Axa Investment Managers, “las reformas laborales han logrado un mercado laboral más flexible, en Francia es muy rígido”. Es el caso de Urcotex, que construye unas instalaciones para bomberos en Perpignan. Su oferta era un 10% inferior a la siguiente. La renovación del McDonald’s de Tarbes (en los Pirineos) la ha conseguido una firma española. Altuna hizo la sala de conciertos de Anglet (en la región de Aquitania) y Goizuetaka se ha llevado la construcción de un bloque de vivienda pública en Biarritz (también en Aquitania).
Mayor experiencia
Sin embargo, el precio no es la única razón por la que los españoles están llevándose proyectos, aseguran a este lado de los Pirineos. Fuentes del sector afirman que las empresas españolas tienen mayor experiencia y son competitivas no sólo en precios. “Nosotros sí estamos más preparados técnicamente, porque las empresas en España están acostumbradas a ejecutar toda la obra, no sólo una de las fases, como se hace en Francia y eso nos reconocen allí que es una amenaza para ellos”, comenta Albert Martí, responsable de los proyectos en Francia de Urcotex, empresa constructora con sede en Barcelona.
“Además, al final, aunque los precios de la empresa puedan ser inferiores,trabajar en Francia implica una serie de costes indirectos, derivados de seguros, transporte, etcétera, que, al final, hacen que no seamos mucho más baratos, sólo un poco”, añade.
Por otra parte, fuentes sectoriales reclaman que “si buscamos una Unión Europea, un mercado único, Francia tiene que abrirse y que sus empresas busquen la competitividad que les haga falta. A nivel institucional no tienen nada que decir, puesto que forma parte de la normativa europea. Se puede competir”. Otra fuente señala que los argumentos que dan los franceses de los precios “son una tontería”. Sin embargo, las quejas están ahí.
Las trabas de los franceses
Martí señala que Francia “es un mercado difícil en el que entrar”. La empresa con sede en Barcelona se adjudicó la construcción -de la estructura- de unas instalaciones para bomberos porque era la que ofreció “un precio más barato”. Martí explica que otras empresas les demandaron, pero los tribunales les han dado la razón y comentan que, pese a las dificultades que se han encontrado, buscan nuevos proyectos en el país vecino. Allí las cosas no están tan mal como en España: “A cada concurso y licitación acuden muchas menos empresas, hay menos competencia”.
Entre las barreras con las que ha topado Urcotex, además del rechazo de las empresas galas y la demanda, hay que tener en cuenta las diferencias legales y técnicas. Por ejemplo, “no te permiten subcontratar, cuando vas a un concurso tienes que justificar que puedes hacer la obra con el personal en plantilla de la empresa”. Y asegura que “a los españoles no les pasan ni una. Los controles y las inspecciones son constantes y exahustivos, no hay tensiones, pero sí exceso de celo con cada paso que damos”.
Por otra parte, las trabas burocráticas son también importantes. Los propios constructores franceses han pedido una simplificación de las exigencias normativas en el sector y que se creen las condiciones necesarias para que pueda haber una bajada significativa de los costes de producción.
De la necesidad, virtud
Las grandes constructoras hace años que se lanzaron al mercado internacional y hoy más del 70% de sus ingresos proviene de fuera de España, de los grandes proyectos, como es el caso del Canal de Panamá. Sin embargo, en el caso de las constructoras de menor tamaño, la dependencia del mercado local es aún enorme y sólo un tercio de los ingresos los hacen en el extranjero, según los datos de ANCI, la Asociación Nacional de Constructores Independientes.
Pero la salida al extranjero parace la mejor opción teniendo en cuenta que el estallido de la burbuja inmobiliaria ha dejado tras de sí miles de cadáveres empresariales en este sector. En los últimos cinco años han desaparecido del mapa casi 13.000 empresas: 7.791 constructoras y 5.153 inmobiliarias, según datos del Baremo Concursal de 2013 elaborado por la consultora PwC.
A pesar de que el sector de la construcción europeo tampoco está para echar cohetes, las empresas españolas encuentran más oportunidades fueras. La previsión de Euroconstruct para este sector en 2014 es que se producirá todavía una caída del 6,7%. Según este análisis, todavía es prematuro hablar de que se haya tocado fondo, pero se espera que a partir de 2015 se observe una mejoría. Eso sí, no calcula cifras positivas hasta 2016. En el caso de Europa, Euroconstruct es prudente y señala que “no hay motivos para una recaída, aunque tampoco para esperar una recuperación fulgurante”. Las expectativas de crecimiento para este ejercicio es del 0,9% y para el siguiente, del 1,8%.
El problema principal que afrontan estas compañías a la hora de cruzar los Pirineos para salvar sus cuentas es de financiación y avales para sus operaciones, según los datos que maneja la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). En este sentido, Aragón anunció en noviembre un plan de internacionalización del que se beneficiarán, entre otras, las empresas de este sector y señalaba que, en concreto, 150 empresas buscan hacer negocio en Francia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario