Los dueños de Coca-Cola en Fuenlabrada vaciaron la caja antes de la fusión
Sacaron 400 millones
Casbega, la empresa propietaria de la condenada planta de Fuenlabrada en Madrid, tenía una fortuna acumulada en sus cuentas antes de la fusión que en mayo de 2013 dio lugar a Coca-Cola Iberian Partners.
Tras advertir la multinacional estadounidense a sus franquiciados españoles que para renovar los contratos de embotellado “resultaba necesario que la fabricación pasase a realizarse al amparo de un nuevo y único contrato de embotellador”, las siete embotelladoras españolas comenzaron a maniobrar y a reestructurar sus negocios.
Fue el caso de Casbega. Sus accionistas, liderados por los empresarios Víctor Urrutia y Jaime Castellanos, celebraron una junta extraordinaria el 22 de diciembre de 2011 en la que aprobaron repartirse las reservas de la sociedad en forma de dividendo extraordinario.
En aquel momento la foto fija de la empresa arrojaba 448 millones de fondos propios, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Sus reservas eran de 373 millones. Y antes, en la junta ordinaria de junio de 2011, se aprobó un reparto de 28 millones de dividendo ordinario. Un puñado de accionistas cobraron casi 400 millones en poco menos de seis meses. La empresa asegura hoy que el cierre de Fuenlabrada generará unos ahorros anuales de 24 millones de euros tras despedir a 370 trabajadores.
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