Más de 400 sirios intentan acceder a Melilla desde Marruecos
La frontera entre la ciudad española de Melilla y la marroquí de Nador permaneció cerrada durante más de dos horas por el intento de entrada de un grupo de más de 400 ciudadanos sirios a través de la aduana de Beni Enzar. Las cifras las arrojaba la policía fronteriza marroquí tras lo sucedido, aunque la Delegación del Gobierno dijo no disponer de números exactos. Tampoco del lugar de origen de este grupo, ya que según asegura el órgananismo gubernamental, el cierre del principal paso fronterizo de la ciudad autónoma se originó porque las fuerzas del orden españolas recibieron un aviso de las marroquíes sobre el acercamiento a la frontera de «un grupo numeroso en actitud abiertamente incontrolada».
El cierre de la frontera se produjo pasadas las 20.30 horas. La Delegación del Gobierno confirmó que el grupo no consiguió superar el control marroquí, si bien los sindicatos policiales Unión Federal de Policía (UFP) y Sindicato Unificado de Policía (SUP) los llegó a situar en el espacio internacional que separa ambos países, coloquialmente conocido como 'tierra de nadie'. En España, se formaron largas colas de vehículos y personas que pretendían regresar a su domicilio en Marruecos. Eran, en su mayoría, gran parte de los 30.000 trabajadores transfronterizos que cruzan diariamente esta aduana y que permanecieron bloqueados en el lado español hasta que, a las 22.10 horas se abrió el paso para los peatones y, diez minutos después, se permitió la circulación de tráfico rodado.
Marruecos reconoció haber efectuado el aviso y el cierre de la frontera ante la llegada de este grupo, cuya procedencia confirmaron también dos jóvenes sirios, menores de edad y acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Moham y Khaled son sobrinos de Manar Almustafa, la ciudadana siria que el pasado diciembre fue acogida por España tras llegar con el 90% de su cuerpo quemado. Ellos calculan que sólo en la provincia marroquí de Nador puede haber en torno a 1.500 sirios esperando para llegar a Europa. Son familias procedentes, en gran parte, de la devastada ciudad de Homs. Lo que hoy les ha llevado a la frontera, aseguran sus interlocutores, y familiares de algunos de ellos, ha sido la desesperación por permanecer en Marruecos, desvinculándose de las mafias que trafican con seres humanos.
Espera en suelo español
Más de una veintena de sirios acogidos en Melilla se agolpaba en el lado español del paso fronterizo esperando reunirse con sus familiares que pretendían acceder por la fuerza a España: «Vienen de una guerra; no tienen casa; lo han perdido todo. Tienen sus papeles y documentación siria, sólo quieren reunirse con los suyos y ser refugiados en Europa. No son delincuentes sólo familias con miedo», comentó el joven Moham que aseguró que la situación mental de muchos de ellos es muy precaria, ya que sienten que no terminan de dejar atrás la guerra y el sufrimiento.
La Asociación Pro Derechos de la Infancia de Melilla (PRODEIN) denuncia que familias completas con gran número de niños de corta edad están malviviendo en hostales y residencias de la provincia fronteriza de Nador. La gran mayoría tiene familia en distintos países europeos como Bélgica, Alemania, Francia o la propia España. Todos huyen de una masacre que ha destruido más de 500.000 hogares y que ha generado 6,5 millones de desplazados internos y 2,5 millones de personas que han dejado su tierra y han sido registrados como refugiados o solicitantes de asilo en diferentes países del mundo, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
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