Llega a España el primer fármaco que mejora la supervivencia en mujeres con cáncer de mama de peor pronóstico
Su baja toxicidad y el menor tiempo de administración, otras de las ventajas de este fármaco quimioterápico
La sanidad pública española dispone ya del único fármaco que existe en el mercado que mejora la supervivencia y la calidad de la vida de las mujeres con cáncer de mama localmente avanzado o metastásico, el de peor pronóstico.
El medicamento, cuya dispensación en España ha sido aprobada este mes por la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud, se denomina Halaven (nombre comercial del principio activo que es la eribulina) y es un análogo sintético con actividad antitumoral de la halicondrina B, un producto natural que se obtiene de la esponja marina, según explica a este diario el doctor Javier Cortés, director del Programa de Cáncer de Mama del Valle d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y primer firmante de la investigación que ha dado lugar a su aprobación y que publicó «The Lancet» en febrero de 2010.
El estudio clínico multicéntrico se realizó en hospitales de Estados Unidos, Francia, Bélgica, Checoslovaquia, España, Reino Unido y Rusia, entre otros, y su comercialización en EE.UU. y Europa se aprobó en 2010 y 2011, respectivamente.
Se trata de la primera vez en los últimos diez años que un medicamento por sí solo se muestra capaz de prolongar la vida de estas pacientes, con una esperanza de vida media de unos 2,5 años, dice Cortés, quien recuerda que «constituye una incorporación importante al actual arsenal terapéutico para este perfil de pacientes, con mala calidad de vida». A su entender, el descubrimiento va más allá de este primer paso, ya que, según avanza el experto del VHIO, en un futuro, los resultados podrían optimizarse combinando este tipo de fármacos con terapias biológicas. «Es un logro importante porque no había nada parecido hasta ahora desde el punto de vista terapéutico pero los resultados pueden mejorar notablemente con el apoyo de las terapias biológicas», afirma Cortés.
La investigación publicada en «Lancet» constata que la administración de eribulina en pacientes pretratadas con cáncer de mama metastásico «es una alternativa terapéutica más eficaz» que los tratamientos actuales (antraciclinas y taxanos).
Aumenta un 20% la supervivencia
En concreto, este antimicrotúbulo (fármaco de quimioterapia), consigue aumentar la supervivencia hasta un 20% en estas mujeres. Eso, a efectos reales, se traduce entre tres meses más de vida o más de un año, en función del estadio de la paciente, aunque, según Cortés, las ventajas son mucho mayores ya que «el nivel de toxicidad es menor y ha demostrado una mejor tolerancia».
«Es importante que estas pacientes vivan más pero también que lo hagan con una mejor calidad de vida», añade el oncólogo, a la vez que recuerda que los medicamentos que se usan actualmente en quimioterapia tienen asociados importantes efectos secundarios como el cansancio severo o los dolores osteomusculares.
«En el caso de la eribulina esos efectos se mitigan porque el nivel de tolerancia demostrado es muy bueno», asegura el oncólogo del VHIO. Asimiso, el nuevo fármaco es más fácil de administrar, ya que el tiempo de cada sesión se reduce a 2-5 minutos de infusión, por lo que las estancias para el tratamiento son muy cortas.
En España se diagnostican cada año unos 22.000 nuevos casos de cáncer de mama, de los que unos 4.500 acaban en metástasis. El mecanismo de acción del fármaco en el organismo es fácil de entender: su principal cometido es impedir que la célula se divida. Para ello, como primera acción, bloquea la división celular, y emite compuestos tóxicos que atacan a la célula tumoral. «Ataca a los microtúbulos, estructuras imprescindibles para que la célula pueda dividirse», explica el especialista.
La investigación sobre el nuevo medicamento, que empezó en noviembre de 2006 y se cerró en el mismo mes de 2008, se basa en una muestra de 762 pacientes de 19 países y ha contado con la participación de 135 hospitales, entre ellos el Baylor-Charles A Sammons Cancer Center, Texas Oncology, el Weill Cornell Medical College de Nueva York o el Institut Curie de París (Francia). Los investigadores del Hospital Valle de Hebrón que han participado en el estudio forman parte de la Unidad de Cáncer de Mama del VHIO, que lidera el prestigioso oncólogo, Josep Baselga.
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