Golpes y navajazos entre corruptos para conseguir ser juzgados en Valencia
La policía les arrojó comisiones para separarlos
Solo unas horas después de que Rita Barberá y Francisco Camps hubieran quedado libres de imputación en el caso Nóos, por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, un grupo descontrolado de más de un centenar de diputados corruptos se agolparon ante la puerta del Palacio de Justicia y protagonizaron una encarnizada pelea entre ellos a fin de conseguir los primeros puestos en la cola para ser juzgados.
Durante el altercado se esgrimieron puños americanos, amenazas de tirones de manta apocalípticos, navajas, plutonio, y también carnets y credenciales de alto nivel que empeoraron todavía más la reyerta y requirieron la intervención de siete furgonetas de la policía antidisturbios y el lanzamiento de ciento cincuenta mil euros en comisiones de contratos públicos sobre los contendientes. La policía aprovechó el momento en el que los corruptos recogían el dinero del suelo para apaciguarlos y ofrecerles café con leche.
La proverbial imparcialidad, humanidad y simpatía que imparte el Tribunal Superior de Justicia de Valencia, y que son virtudes sobradamente conocidas por los turistas de toda Europa, han hecho que el céntrico edificio que lo alberga sea ahora mismo siete veces más visitado y admirado que la Ciudad de las Artes y las Ciencias, del arquitecto faraón Santiago Calatrava. “Queremos situar a la justicia valenciana al mismo nivel internacional que la paella”, han dicho desde la Generalitat Valenciana.
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