La SGAE indemniza a su 'número dos' con 500.000 € en 'diferido' para eludir al fisco

El Consejo de Dirección de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), presidido por José Luis Acosta –el sucesor de Antón Reixa y Eduardo Teddy Bautista–, acordó en su reunión del pasado 14 de noviembre pagar una indemnización de casi 500.000 euros en diferido al actual número dos de la entidad de gestión de derechos de autor, Pablo Hernández, disfrazándola como "despido improcedente" para esquivar a Hacienda.
Hernández, ex director de los Servicios Jurídicos –cargo que sigue ejerciendo en la sombra– y ahora secretario general de la SGAE, abandonará la entidad voluntariamente y de mutuo acuerdo el próximo 31 de diciembre, según consta en el acta del Consejo de Dirección celebrado el pasado 14 de noviembre, al que ha tenido acceso El Confidencial. Pero, cuando llegue esa fecha, su marcha se producirá "por medio de un despido improcedente" cuyo cálculo se hará "considerando 45 días por año trabajado".

El acuerdo adoptado por el Consejo de Dirección de la SGAE supone un fraude de ley, ya que sólo cabe hablar de despido improcedente cuando se trata de una decisión unilateral del empleador sin causa justificada. En ese caso, el trabajador sí tiene derecho a percibir una indemnización exenta de tributación, tal y como señala el artículo 7, apartado e, de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, según recuerdan las fuentes jurídicas consultadas por este diario.

El acuerdo aprobado por el Consejo de Dirección de la SGAE también permitiría a Hernández, una vez cobrados los 490.000 euros de indemnización, percibir la prestación por desempleo durante un periodo de dos años, pese a que no tendría derecho a la misma por tratarse de un pacto con su empleador y no de un despido improcedente.

La llegada de Hernández a la entidad, en 1996, coincidió con un aumento vertiginoso de su patrimonio inmobiliario, según consta en un informe que la Guardia Civil entregó a la Fiscalía Anticorrupción y que está incorporado al sumario. En él se detalla cómo adquirió siete viviendas de lujo en la Comunidad de Madrid y la Costa del Sol durante un periodo de ocho años, a lo largo del cual utilizó como tapadera para cobrar una parte de su salario en la SGAE a una empresa inmobiliaria cuyo administrador único es su mujer, Carmen Cabezas.
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