FCC y ACS quedan finalistas para construir el metro de Lima con la polémica Impregilo
La construcción española está a las puertas de engordar aún más su cifra de negocio en Latinoamérica, el mercado natural de las empresas nacionales. Un consorcio liderado por Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y Dragados (ACS) ha conseguido quedarse finalista en el concurso para la ejecución de la Línea 2 de Metro de Lima, un encargo que asciende a 5.700 millones de dólares –4.100 millones de euros aproximadamente–, casi el doble de la cifra del contrato de ampliación del Canal de Panamá.
Además de FCC y ACS, también forma parte del consorcio la constructora italiana Impregilo,
precisamente, el socio de referencia de Sacyr en las controvertidas obras de Panamá. Completan la lista de integrantes del grupo liderado por las firmas españolas la constructora local Cosapi y la compañía italiana AnsaldoBreda, especializada en la fabricación de trenes.
Los dos rivales, Odebrecht e Ica
Los otros dos consorcios que han logrado pasar el filtro de la preclasificación están encabezados por la constructora brasileña Odebrecht y por la mexicana Ica, dos auténticos gigantes con una intensa presencia en todo el continente americano. Fuentes de FCC consultadas por este diario aseguran que su mayor oponente es sobre todo la firma carioca por su fuerte implantación en Perú. De hecho, Odebrecht forma parte del consorcio que está a punto de concluir las obras de ampliación de la línea 1 del Metro de Lima. En el concurso para la construcción de la Línea 2 parte en una posición preferente.
Trenes del Metro de Lima (Wikipedia)El plazo de presentación de las ofertas definitivas se cierra el próximo 21 de febrero. El grupo español lleva toda la semana reuniéndose en Madrid en las oficinas que FCC tiene en Las Tablas para tratar de cerrar cuanto antes los detalles de su propuesta. Los representantes de Cosapi llegaron desde Perú el pasado lunes y tienen pensado quedarse en España hasta este sábado. El consorcio ha encargado a Alejandro Cisneros, antiguo máximo responsable de FCC para Latinoamérica, el diseño de la oferta para tratar de convertirla en la más atractiva y afinar sus números.
El 'efecto Panamá'
En el ambiente están los problemas que se han encontrado Sacyr y la propia Impregilo en las obras del Canal de Panamá. La negativa de las autoridades centroamericanas a aceptar una modificación del importe inicial de la adjudicación por presuntos sobrecostes imprevistos ha generado un conflicto que ha dañado seriamente la imagen de las empresas españolas. El consorcio liderado por FCC y ACS busca el mejor modo de luchar contra ese estigma y minimizar el riesgo de que el coste final del proyecto desborde su propuesta. A favor del consorcio español juega que el grupo presidido por Florentino Pérez ya tiene contratos en Perú. De hecho, ACS acaba de ganar un contrato para construir una planta de tratamiento de aguas en Lima y también tiene proyectos de desalinización.
Las autoridades peruanas quieren que la Línea 2 esté completamente operativa en 2019. Tendrá una longitud total de 35 kilómetros y recorrerá la capital del país de este a oeste. El proyecto incluye un ramal de conexión con el aeropuerto internacional Jorge Chávez. Cuando esté concluida, deberá ser capaz de trasladar cada día a 2,5 millones de pasajeros. Las obras afectarán a 13 distritos de la ciudad.
Este contrato sería un nuevo espaldarazo para FCC, que acaba de superar uno de los momentos más delicados de su historia por la refinanciación de 5.000 millones de deuda. La constructora controlada por la familia Koplowitz ya consiguió un gran contrato para construir el metro de Riad por 6.000 millones de euros. Además, está clasificada para lograr la adjudicación de un proyecto de gestión de aguas en Kuwait que asciende a 2.700 millones de euros.
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