Roban un ordenador de UGT-A en plena investigación judicial
Asaltan de madrugada una nave del polígono Parsi, a las afueras de la capital sevillana
A la supuesta trama de las facturas falsas de UGT Andalucía se sumó ayer un nuevo episodio para la intriga: el misterioso robo de un ordenador que el sindicato guardaba, entre otros productos de propaganda, en un almacén que tiene en un polígono a las afueras de la capital sevillana.
La sustracción se produjo poco antes de las dos de la madrugada del pasado jueves. A la citada hora efectivos de la Policía Nacional se pusieron en contacto con empleados del almacén para comunicarles el asalto de la nave, que se encuentra situada en el Polígono Parsi, según ha podido saber ABC a través de fuentes solventes del sindicato. El único objeto que echaron en falta los operarios fue una computadora, pero se desconoce qué información contenía y su relevancia para la investigación que abrió en octubre la juez de instrucción Mercedes Alaya.
La federación regional utiliza este inmueble para guardar banderines y pancartas para manifestaciones, mecheros, camisetas, llaveros, carpetas y bolígrafos que llevan impresa la imagen corporativa de UGT-A, muchos de ellos pagados con fondos públicos. También almacenan en la nave material informático obsoleto.
Coincide con la instrucción judicial
El rocambolesco robo coincide con la instrucción judicial. La magistrada ordenó el pasado diciembre el registro de varias sedes del sindicato para seguir el rastro a las millonarias subvenciones recibidas para organizar cursos de formación, ya sea directamente o a través de su red de empresas satélites. Los agentes de la Guardia Civil sacaron de la sede regional y de otras sociedades cajas con abundante documentación y se hicieron copias de los ordenadores y servidores de la central.
Los ordenadores de UGT-A se hicieron famosos en la trama cuando el secretario de Organización, Manuel Ferrer, acusó a un trabajador y representante de la sección sindical de Sevilla de eliminar desde su terminal 1.756 archivos informáticos con el programa CCleaner, instalado en los ordenadores de otros empleados. El sindicato lo castigó con un despido disciplinario, que está denunciado en los juzgados.
Protocolo de seguridad
El pasado miércoles, precisamente UGT-A envió una circular interna a sus trabajadores en la sede regional, ubicada en la céntrica calle sevillana de Antonio Salado. En la misiva les advierte de la puesta en marcha de un protocolo de seguridad en el uso de los ordenadores asignados a cada trabajador, según informaron a este periódico fuentes sindicales.
De este modo, la nueva ejecutiva, dirigida por Carmen Castilla, se ha aplicado a fondo para evitar a toda costa las filtraciones a la prensa. Las revelaciones periodísticas sobre las facturas cargadas irregularmente a la Junta de Andalucía han sumido al sindicato en la crisis más profunda que ha conocido desde su creación. El escándalo precipitó la marcha de dos secretarios generales: Manuel Pastrana y Francisco Fernández Sevilla.
UGT-A inició una «caza de brujas» interna en septiembre, cuando, coincidiendo con la publicación de las primeras facturas falsas, envió una circular a sus trabajadores amenazándoles con acciones penales si pasaban información. Paralelamente, contrató a una empresa para identificar al supuesto «topo». También provocó el registro policial de la casa de un extrabajador al que denunció por divulgar documentación confidencial y comprometedora para el sindicato.
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