La Audiencia Provincial de Madrid condenó en 2006 a Onda Cero a pagar 205 millones de euros a Herrero por incumplir el contrato mediante el cual la cadena controlada por el Grupo Antena 3 gestionaría las 70 emisoras de Kiss FM hasta el año 2011. Ese contrato se firmó en 2001, cuando Onda Cero pertenecía al Grupo Admira, la filial de medios de Telefónica, y contemplaba el pago de 3.000 pesetas (18 euros) por cada oyente de la radiofórmula, que comenzó sus emisiones en abril de 2002. Pero el éxito fulgurante de ésta (logró casi 1,4 millones de seguidores en poco más de un año) llevó a Telefónica, primero, y más tarde al Grupo Antena 3 -presidido por José Manuel Lara- a renegociar con Herrero a la baja los baremos para contabilizar la audiencia.
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El dueño de Kiss FM se negó en redondo. Y recurrió a Hernández, en ese momento jefe de los Servicios Jurídicos de la SGAE, para llevar a Onda Cero ante los tribunales. El directivo aceptó el encargo, pero con la condición de cobrar sus honorarios de forma opaca y actuar a espaldas de la sociedad de autores. De esta forma, Hernández trató de camuflar el flagrante conflicto de intereses que suponía trabajar en favor de una cadena y en detrimento de la otra, ya que ambas son clientes de la sociedad de autores, al igual que la inmensa mayoría de las emisoras privadas, agrupadas en la Asociación Española de Radiodifusión Comercial (AERC) y rivales de Kiss FM.

Herrero, asesorado por Hernández, reclamó 328 millones de euros a Onda Cero por daños y perjuicios, y otros 258 millones por incumplimiento de contrato. El conflicto legal se resolvió en 2004 a favor de Kiss FM mediante un laudo arbitral, pero la cadena del Grupo Antena 3 presentó un recurso ante la Audiencia Provincial de Madrid para exigir la anulación del laudo. Hasta que en 2006, finalmente, ese tribunal falló a favor de Herrero, obligando a Onda Cero a pagarle 205 millones de los 586 que había reclamado inicialmente. De la noche a la mañana, el empresario asturiano se convirtió en multimillonario. Y todo gracias al ahora número dos de la SGAE, el auténtico cerebro de aquella victoria judicial.

Una factura de 202.176 euros

Hernández cobró 202.176 euros por sus servicios, que facturó a Radio Blanca (la mercantil de Herrero que controla Kiss FM) a través de Inmoconsulting Collado S. L. Así consta en la orden de pago, a la que ha tenido acceso El Confidencial, librada por Herrero en marzo de 2007 a favor de la inmobiliaria propiedad de la mujer de aquél, Carmen Cabezas. Los honorarios fueron ingresados en una cuenta del matrimonio bajo el concepto genérico de "intervención en diversos procesos durante el año 2006 y hasta fabrero de 2007".

Pero los pagos opacos de Herrero a Hernández no se limitaron a esos 202.176 euros. Los desembolsos del dueño de Kiss FM al número dos de la SGAE, habitualmente con periodicidad trimestral, arrancaron en 2006 y continuaron al menos hasta 2011, en cantidades que iban desde los 4.611 hasta los 18.180 euros, según prueban los extractos bancarios en poder de este diario. La mayoría de esas transacciones se llevó a cabo con la complicidad de un cuñado de Hernández, José Ramón García García, a cuya cuenta fueron transferidos los pagos de Herrero para camuflar la identidad de aquél.

Hernández siguió manejando la estrategia judicial de Kiss FM contra Onda Cero, siempre a espaldas de la SGAE y la AERC, tras el pelotazo que hizo rico a Herrero. El Tribunal Constitucional desestimó en 2007 un recurso de amparo de Onda Cero contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, y en 2011 otro juez condenó de nuevo a la cadena controlada por el Grupo Antena 3 a pagar otros 26 millones de euros adicionales a la radiofórmula por los últimos flecos en disputa del acuerdo suscrito en 2001. El muñidor de esos fallos favorables a Herrero fue también el número dos de la SGAE.
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