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martes, 28 de enero de 2014

ESPAÑA: DEDUCCIONES EN LA RENTA DE OBRAS, JARDINERIA, DENTISTAS ETC, PARA AFLORAR LA ECONOMIA SUMERGIDA


Hacienda se plantea deducciones en el IRPF que obliguen a pedir factura y aflorar la economía sumergida

Hacienda contempla la posibilidad de incluir en la reforma fiscal deducciones por todo tipo de servicios a familias y particulares como empleadas del hogar, dentistas, obras, jardinería y un largo etcétera que no suelen ser declarados. Esta iniciativa se aprobó en Francia y contribuyó a aflorar un millón de empleos.

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.
Tanto Hacienda como la comisión de expertos encargada de elaborar la propuesta de reforma fiscal se plantean crear un nuevo esquema de deducciones que sirva para aflorar la economía sumergida, según explican fuentes conocedoras de las discusiones para cambiar el marco tributario. "Montoro lo ve con muy buenos ojos", aseguran.  
De ordinario, hay muchos servicios prestados a particulares y familias que no se declaran, como por ejemplo, los cuidados de ancianos, las empleadas del hogar, el médico o dentista, las obras y reparaciones, la jardinería, el gasto farmacéutico, las clases particulares o la minuta de los abogados. Muy frecuentemente, no se emite factura y por lo tanto, no se tributa por ello. ¿Pero qué ocurriría si el cliente pudiese desgravarse ese desembolso en su cuota del IRPF?
Aunque todavía en fase de estudio, a grandes rasgos se trata de que las familias y particulares puedan presentar todas las facturas y deducirse un porcentaje en su declaración de la Renta, lo que obligaría a exigir facturas.
Esta iniciativa se ha adoptado en Francia y Bélgica con bastante éxito. Pese a la recaudación que se pierde, si se diseña bien se puede conseguir que se eleven los ingresos al aflorar mucha economía sumergida. El Gobierno galo calcula que gracias a este mecanismo han emergido un millón de trabajadores.
Hay que hacer bien los números
Sin embargo, la propuesta no está exenta de problemas. Para comenzar, hay que hacer bien los números porque debe existir una correlación entre el ahorro por no declarar el IVA y el ahorro en el IRPF. De lo contrario, se pueden perder ingresos en la negociación entre el cliente y el emisor de la factura, lo cual hace que sean más susceptibles de beneficiarse de esta medida los tipos del IVA reducido y superreducido. No en vano, este tipo de desgravación ha funcionado muy bien, por ejemplo, en el caso de las ampliaciones por adquisición de vivienda.
Pero aun así, siempre existe el riesgo de que los que están realmente tributando se deduzcan y, en cambio, no se consiga que los ‘sumergidos’ paguen. De modo que depende bastante de las cantidades barajadas y los sectores a los que se apliquen los beneficios fiscales. Por eso, algunas fuentes apuntan que la idea puede terminar muy diluida y limitada a algunos grandes sectores como el gasto sanitario o la construcción.
Los límites de esta hipotética norma se ven perfectamente en el gasto sanitario en B: se optó hace unos años por eliminar la desgravación de estos desembolsos, ya que representaba un lastre para la recaudación. Sin embargo, también se observó que en cuanto se quitaron las deducciones el gasto en sanidad sin declarar se disparó.
Vales y tarjetas
En Francia, por la ley Borlot, hay que costear estos servicios entre particulares con vales. El cliente va a un quiosco y compra vales de 20 euros que llevan recogidos los impuestos y con los que retribuye, por ejemplo, a la empleada del hogar, que luego acude al banco a cobrarlo. Muchos países de nuestro entorno obligan al uso de tarjetas y, en general, hay países en los que este tipo de desembolsos no están permitidos en líquido.
No obstante, la Administración española siempre se ha mostrado muy reticente a poner en marcha este modelo, pues resulta complicado de orquestar y supone elevar costes administrativos y de gestión al contribuyente. “Lo del pago con tarjeta está muy bien porque el control lo hace la banca y es la clase de iniciativas en las que hay que ahondar. Pero si ahora se pretende que se haga todo por Internet, ¿cómo se van a presentar las facturas? Francia tiene cuatro o cinco veces nuestra administración tributaria para gestionarlo”, comenta Francisco de la Torre, inspector de Hacienda.  
Tal y como adelantó Vozpópuli, esta reforma se enmarca en la serie de estímulos para reactivar la economía que se incluirán en la reforma fiscal y se combinarán con la limitación de la tributación por módulos.

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