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viernes, 20 de septiembre de 2013

EL IPC, SU MANIPULACION Y EFECTOS


El IPC, su manipulación y efectos


Manipulación del IPC
El Ayuntamiento de Valencia ha anunciado que revisará las subidas fiscales acordes al IPC. Por el contrario,  hace unas semanas,  la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez,  proponía desligar las pensiones de este este mismo indicador (como se había calculado hasta la fecha). Y aún suena  alguna otra voz más a favor de ignorar el Índice de Precios al Consumo de las pensiones asegurando que no es un ”mecanismo real”. ¿Por qué el IPC ya no parece un referente válido para algunos? ¿Qué grado de fiabilidad tiene? Para intentar comprender este índice, desmenucémoslo.

QUÉ ES EL IPC

INEEl IPC es un índice que compara los precios de un conjunto de productos que suelen denominarse ‘cesta de la compra’ con los (más o menos) mismos productos respecto a una muestra anterior en el tiempo. Así, se extrae la variación de sus precios. En otras palabras, es la tasa de inflación en la variación porcentual que experimenta el nivel de precios con respecto al periodo anterior.
La importancia de este indicador es que él mismo constituye la principal referencia tanto del sector público como del privado para actualizar ingresos, gastos, precios, tarifas, tasas y rentas cada año.
El listado es elaborado cada trimestre por Instituto Nacional de Estadística español  y se usa como indicador del cambio del coste de la vida a lo largo del tiempo. Cuando el IPC aumenta, la familia media gasta más euros en mantener el mismo nivel de vida.

CÓMO SE CALCULA EL IPC

Los precios se obtienen mediante unas encuestas de gastos de los hogares, que una cantidad de consumidores compran de manera regular. La muestra de hogares seleccionados se supone representativa, acaparando todos (o los más asumibles posibles) sectores sociales y por rentas. Se conoce como Encuesta Continua de Presupuestos Familiares .
Para calcular el IPC se contrasta la evolución de los precios de un total 489 artículos. Para ello se recoge información de 30.000 establecimientos, repartidos entre 177 municipios españoles (las 52 capitales de provincia y 125 localidades no capitales). Los datos se recopilan en persona o por teléfono, fax y correo electrónico y no se incluyen liquidaciones, saldos, rebajas u ofertas.  Desde 2001, los productos elaborados se dividen en 12 grupos, y sus ponderaciones, desde 2012 (las varió ligeramente el Gobierno) son:
  • 1. Alimentos y bebidas no alcohólicas 18,26%
  • 2. Bebidas alcohólicas y tabaco 2,89%
  • 3. Vestido y calzado 8,34%
  • 4. Vivienda 12%
  • 5. Menaje 6,67%
  • 6. Medicina 3,14%
  • 7. Transporte 15,16%
  • 8. Comunicaciones 3,35%
  • 9. Ocio y cultura 7,54%
  • 10. Enseñanza 1,42%
  • 11. Hoteles, cafés y restaurantes 11,46%
  • 12. Otros 9,26%

¿NOS FIAMOS DEL IPC?

Hasta aquí, nada raro. Pero si somos suspicaces sospecharemos que si el encargado de realizar estos índices, el INE, es un organismo público dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, es probable, o como mínimo, posible, que su informes respondan a intereses del Gobierno de turno (al fin y al cabo, quien designa los altos cargos del Instituto). Por lo que si hay una forma posible de manipular los resultados para mostrar cifras que puedan beneficiar al Gobierno, probablemente se haga.
Un ejemplo podría ser la nueva Ley de Desindexación de la Economía Española propuesta en mayo en uno de los paquetes del medidas del Gobierno. La reforma pretende un nuevo índice, diferente al IPC, que sirva de referencia a partir del 1 de enero de 2014.
Esta desindexación de la economía española es considerada por algunos como una ingeniosa herramienta de manipulación o ingeniería contable que da idea de dirección económica del país. Se trata de crear un índice nuevo diferente del IPC armonizado (igual que el IPC nacional que explicábamos pero excluyendo las indemnizaciones recibidas por el hogar, en el caso de los seguros, y las transacciones entre hogares, en la compra de automóviles usados), que es el usado en toda la UE.
El nuevo índice es llamado  IPC ‘minorizado’ y será usado como referencia para la actualización de bienes, servicios y quizás de salarios. En este índice maquillado no se considerarán las variaciones de los productos energéticos, alimentos frescos e impuestos.
El IPC ha servido hasta ahora de base para fijar salarios mínimos, rentas de integración así como el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) índice al que se vincula la concesión de ayudas, becas, subvenciones o el subsidio de desempleo entre otros muchos. Una sustitución de IPCs puede suponer también una pérdida de poder adquisitivo en todos esos capítulos.

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