Otro problema en la CEOE. A la brecha que tiene abierta su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, se suma ahora la multa de 25.000 euros que la Inspección de Trabajo ha impuesto al director de Relaciones Laborales, José de la Cavada, por una infracción "muy grave" por someter a prácticas humillantes a sus subordinados. "Todos los trabajadores entrevistados por la comisión de investigación manifiestan haber sufrido alguna vez un trato humillante por parte del director del departamento. [...]. Los testimonios son contundentes, reiterados, coincidentes y claros". En definitiva, "el necesario respeto de la dignidad de los trabajadores es incompatible con acciones y hechos como los acreditados", señala el informe. De la Cavada fue escuchado en la elaboración del informe y admitió que las desavenencias superaban las "simples discrepancias habituales en el entorno de trabajo".
La patronal conocía la situación y no la solucionó, según la inspección.La investigación abierta sobre De la Cavada, que llegó al cargo de la mano del actual secretario general, José María Lacasa, trascendió en verano. Pero no es esta la primera vez que De la Cavada toma protagonismo. Este mismo año en la negociación de la reforma laboral propuso en el Congreso un contrato sin derechos sociales para jóvenes, lo que enfadó a los sindicatos, ya que De la Cavada era el jefe del equipo negociador de la CEOE.
La inspección también acredita la nula voluntad de la patronal para solucionar este problema. De hecho, el secretario general de la CEOE, José María Lacasa, recibió una denuncia interna de los trabajadores contra De la Cavada. "La empresa reconoce también la existencia de un conflicto interpersonal derivado de deficiencias en la organización del trabajo por lo que nos encontramos ante un incumplimiento contractual grave del empresario, pues ante una situación conflictiva de tales características, la empresa está obligada a intervenir, cosa que no hizo suficientemente pese a la queja de los trabajadores [...]".
La inspectora que ha llevado adelante la investigación también constata que la denuncia interna ya advertía graves elementos de alerta: "La situación descrita se viene acompañando de reiteradas manifestaciones del director que podrían ser susceptibles de calificarse como irrespetuosas y ofensivas [...] intimidatorias en el resultado. Ello sin querer entrar a considerar si, dado que se han manifestado sobre todo con algunas mujeres del departamento, podrían ser consideradas en su caso como indicios de acoso por razón de sexo". En segundo término, los denunciantes advertían a Lacasa del perjuicio que podría suponer si el conflicto trascendía extramuros. "Nos preocupa [...] las consecuencias en la imagen y reputación de la CEOE" y de su departamento, que debía ser ejemplar.
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