“La banca ética demuestra que se puede trabajar sin especulación”
Andrea Baranés es presidente de Fundación Cultural Responsabilidad Ética, representante de la banca ética italiana y aliada de Fiare
Banca Popolare Etica es una cooperativa de crédito que opera en Italia ofreciendo los servicios de un banco convencional, con la salvedad de que no busca el lucro, funciona de forma democrática y colaborativa, y se ha construido desde los movimientos sociales. En el territorio español es agente exclusivo de Fiare (Fundación para lnversión y el Ahorro Responsable), con quien está en un proceso de fusión. La Fundación Cultural Responsabilidad Ética, que preside Andrea Baranés, fue promovida por Banca Popolare, se creó hace diez años para desarrollar campañas contra los excesos de las finanzas especulativas.
Banca Popolare tiene más de 30.000 socios en toda Italia. ¿Cómo participan?
Hay unas 70 asambleas locales de socios que eligen a sus representantes. En la banca ética, para dar cada préstamo se hace una investigación donde, además de lo económico, se evalúa si la entidad respeta los principios sociales, los derechos humanos y medioambientales. Esta investigación la hacen directamente los socios en cada territorio. En banca ética cuentan las personas, no el dinero. Son los socios los que hacen la publicidad de la banca, los que se organizan en su territorio para hablar... La mayoría de los trabajadores son también socios. Esa participación es la que garantiza que se mantenga el espíritu inicial de compromisos políticos.
Para acceder a los préstamos hay que tener un plan de sostenibilidad económica. ¿Esto no deja fuera a muchos proyectos sociales?
Claro, pero esa investigación social y ambiental que hacen los socios es para ver, más que nada, que tienes una red, una confianza. Es increíble, pero los bancos en Italia tienen un índice de morosidad del 7% (siete de cada cien euros prestados no se devuelven). Y en banca ética, que da prestamos a proyectos que convencionalmente se consideran más arriesgados, el índice de morosidad es del 1,4%.
Aquí, COOP57 se encuentra con que no hay tanta gente que pide préstamos como la que pone ahorros.
Hace algunos años teníamos el mismo problema. Ahora, con la crisis, no. Hay muchas cooperativas sociales que piden dinero y estamos en equilibrio. El problema que podríamos tener es que el capital social no se aumente al mismo ritmo de los préstamos. Muchos bancos italianos sobreviven sólo porque tomaron el dinero del BCE y compraron bonos del Estado, que dan el 6%. Así es fácil hacer el balance. En banca ética tenemos cien millones de euros de ahorro y otros cien de préstamos, llegamos a un balance perfectamente sólido sin recurrir a la especulación.
Fiare y BPE están en proceso de fusión. Pretendéis ampliar la oferta de servicios bancarios en el territorio español, ¿será posible?
Estamos en proceso de fusión desde 2004. Banca Ética ha sido requerida para apoyar el nacimiento de nuevos bancos éticos en el ámbito europeo. En España, nuestro instituto ha firmado un contrato de agencia con Fiare y en los próximos años proveerá la consultoría y la formación necesaria para la creación de un instituto de crédito al servicio de las organizaciones del tercer sector del País Vasco. El proyecto se desarrolla de forma muy similar a Italia: teníamos una cooperativa de banca ética para cooperativas y asociaciones a las que no les gustaba la banca tradicional que quisieron hacer un banco diferente, transparente, participado. La idea básica es hacerlo desde abajo. Y hacerlo entre Italia y España es fundamental para demostrar que la banca ética se puede hacer a nivel europeo y que, si no quiero que mi dinero vaya a la energía nuclear o a las armas, tengo una alternativa.
¿El reto no es tanto, o no sólo, crear unas finanzas éticas alternativas como transformar las finanzas?
Se puede trabajar directamente en la práctica y al mismo tiempo exigir transparencia. La utopía para algunos es que dentro de 30, 50 años no se hable de banca ética porque todos los bancos serán así. De momento demostramos que se puede trabajar sin especulación, con transparencia, sin paraísos fiscales, sin guerras financieras. Y que, además, se trabaja mejor que en los otros bancos.
Además, la banca ética no ha tenido que ser rescatada...
El Banco Central Europeo dio billones de euros al 1% de interés a los bancos europeos. Los bancos italianos tomaron más de 200 millones. Y hoy en Italia, como en España, tenemos una economía en plena recesión. En cambio, en banca ética tenemos 800 millones de euros de ahorro y 800 millones de préstamos. Ponemos en contacto a ahorradores con proyectos sociales que necesitan préstamos. La finanzas éticas son las únicas que ahora hacen lo que las finanzas deberían hacer, mientras que el 99% de la banca de Wall Street es sólo dinero que sigue a otro dinero.
¿Podría la banca ética conectar su ahorro con las necesidades de financiación de servicios públicos, aunque fuese a nivel municipal?
Es muy difícil, sobre todo por la dimensión. Hace dos años hubo una increíble victoria en un referéndum contra la privatización del agua. Se decidió que el agua debía ser pública y participada, con una gestión completamente diferente, y algunos ayuntamientos acudieron a la banca ética a ver si les podía ayudar. Pero la banca ética es muy pequeña y ya tenemos problemas para financiar todos los préstamos de comercio de agricultura ecológica. Podría darse algún caso particular donde la banca ética pudiese intervenir en un servicio particular. Pero no nos olvidemos de que se trata de una banca privada, y no debe ser un banco privado, sea ético o no, el que asegure los servicios públicos.
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