Los grandes inversores decidirán si apuestan por España en función del resultado de las europeas
Las consideran un anticipo sobre lo que pasará en las generales de 2015
La percepción internacional sobre España comienza a mejorar. Algunas operaciones, como la de Bill Gates en FCC, vienen a demostrar que el país ha conseguido recuperar la confianza de los mercados. Pero los grandes inversores tienen todavía marcada en rojo una fecha en el calendario: domingo 25 de mayo de 2014, día de las elecciones al Parlamento Europeo.
La frase más optimista sobre la vuelta de la inversión internacional a España la pronunció hace dos semanas Emilio Botín. “Es un momento fantástico porque llega dinero de todas partes”, aseguró el presidente del Banco Santander.
El indicador más claro de este renovado interés de los fondos de inversión por el país es la prima de riesgo. Se ha estabilizado en el entorno de los 250 puntos básicos, muy lejos de los 600 puntos que superaba hace justo un año.
Las operaciones de grandes fortunas, como la entrada de Bill Gates en FCC, han sido señaladas también por el Gobierno como una señal inequívoca de que la desconfianza internacional hacia España ha desaparecido.
El Gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha advertido esta misma semana que “la estabilidad política y jurídica es fundamental para la recuperación de la economía”.
Pendientes de las elecciones europeas
Pues bien. Según la información que ha recabado El Confidencial Digital a través de fuentes en contacto diario con grandes fondos internacionales, los inversores valoran ahora mismo la solidez del Ejecutivo de Mariano Rajoy por la mayoría absoluta del PP que lo sustenta.
Sin embargo, temen que un futuro escenario de mayor inestabilidad política a partir de 2015, cuando se celebrarán nuevas elecciones generales, frene las reformas económicas.
Por ello, los inversores están muy pendientes de las próximas citas electorales que se celebrarán en España. La primera será el 25 de mayo de 2014, cuando los españoles acudan a votar las listas al Parlamento Europeo.
Serán un 'test' para las generales de 2015
Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD argumentan que los resultados de las elecciones europeas no tendrán consecuencias directas en la gobernabilidad de España. No tumbarán la mayoría absoluta con la que ahora cuenta el PP.
Sin embargo, sí las consideran un “termómetro” de una tendencia que puede consolidarse en las próximas elecciones generales, convocadas para 2015.
El recelo de los inversores es que el Parlamento que salga de esa cita electoral esté mucho más fragmentado que el actual. Esto supondría que no habría una mayoría clara (ni mucho menos absoluta) y el Gobierno que se constituirá se “encontrará atrapado por la inestabilidad política”. En este escenario regresarían las dudas sobre la continuidad de las reformas estructurales.
Fragmentación y auge de los extremismos
Según las fuentes consultadas, los fondos de inversión temen que los resultados de esos comicios muestren también el camino hacia un auge de los extremismos.
El escenario más adverso que se baraja entre los fondos de inversión es que el Partido Popular sufra un “importante retroceso electoral”. Pero que este derrumbe de votos del partido que gobierna no sea recogido por la alternativa tradicional en España, el PSOE, sino por partidos más extremistas.
Como ya vaticinan algunos sondeos, Izquierda Unida sería la mayor beneficiada del descontento popular por la crisis económica, con un aumento notable del apoyo ciudadano.
Temor al auge de los nacionalistas en Cataluña
También les aterra que los partidos nacionalistas cosechen un éxito importante en sus respectivas comunidades autónomas. Les preocupa sobre todo que un buen resultado de los partidos catalanes favorables a la independencia (CiU y ERC) empuje a los partidarios de celebrar una consulta de autodeterminación en 2014 a convocarla y romper con España.
Estas amenazas para la estabilidad política del país son las que han puesto en guardia a los inversores. De confirmarse estos resultados, en el equipo económico del Gobierno tampoco ocultan que les inquieta que puedan regresar las dudas del exterior sobre la economía española.
Ese escenario provocaría que la prima de riesgo iniciara una nueva escalada, y que los grandes inversores, que poco a poco están volviendo a apostar por España, decidan huir de un país sumido otra vez en la inestabilidad política.
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