Más de 9.000 dependientes han muerto en Barcelona a la espera de la prestación
Otras 8.000 personas fallecieron mientras aguardaban a que se resolviese su petición de la ayuda
Alrededor de 17.000 barceloneses han muerto desde 2007 en medio del largo camino que traza la Ley de Dependencia para recibir alguna de las prestaciones que contempla la legislación. La consejera de Bienestar Social, Neus Munté, ha confirmado en una respuesta parlamentaria por escrito que 9.084 personas a las que ya se les había reconocido la dependencia, han fallecido desde la entrada en vigor de la ley en 2007, a la espera del Programa Individual de Atención (PIA), es decir, aguardando a que se les asignase la prestación adecuada a su estado y grado de dependencia.
En respuesta a preguntas del Partido Popular, la consejera también informó de que otros 7.974 barceloneses fenecieron mientras esperaban a que el Servicio de Valoración de la Dependencia de la Generalitat (SEVAD) evaluase su grado de autonomía y reconociese su dependencia. Aunque no todas las solicitudes de valoración acaban siendo aprobadas, la propia Munté reconoció que, de las 102.616 peticiones registradas desde 2007 en la ciudad, alrededor del 90% reconocieron la dependencia de los solicitantes.
El proceso para acceder al circuito de cobro de las prestaciones que contempla la ley dura, según la Generalitat, poco más de medio año en Barcelona. Munté cifró en 2,8 meses el tiempo de espera en la primera fase del recorrido, esto es, desde que se presenta la solicitud de valoración hasta que la SEVAD realiza las pruebas pertinentes y notifica oficialmente su valoración. Así, en el caso de un usuario que sea reconocido como dependiente, la titular de Bienestar Social, calcula que el tiempo medio de espera para que se haga efectiva la PIA es de 4,5 meses.
Sin embargo, patronales y entidades del sector rechazan estas cifras. “Oficialmente son seis meses, pero a la hora de la verdad es mucho más tiempo. Los PIA tardan en llevarse a cabo pero ¿qué más da, si cuando se hacen efectivos, los usuarios no reciben las prestaciones que les tiene que dar porque no hay dinero?”, lamenta Iñaki Antón, vicedirector de la Asociación de Directores de Centros de Atención a la Dependencia Gerontológica (Ascad). Según Munté, desde la puesta en marcha de la ley se han resuelto 47.569 de las 50.090 PIA realizables en Barcelona, por lo que todavía quedan más de 2.500 a la espera de decisión.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Centros de Atención a la Dependencia (ACAD), Lluis Bou, afirma que el proceso para acceder a las prestaciones es de “entre seis y nueve meses”, aunque asegura que la delicada situación del sector puede prolongar más la espera: “El problema no es que tarden en entrar, sino que ya no entran más porque no se tiran adelante los proyectos. No hay dinero y se queda todo parado”.
Munté también señaló que, a fecha del 30 de junio de 2013, constan 8.437 ancianos en lista de espera para acceder a una plaza en geriátricos públicos. Bou asegura, en cambio, que las listas de espera rondan “las 15.000 personas”.
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