Rafa Nadal desprecia a Ana Mato por gastarse 1250 dólares en una entrada de lujo para verlo jugar en Nueva York
La ministra de Sanidad y Servicios Sociales, Ana Mato, gastó 1250 dólares, la entrada más cara y exclusiva del Arthur Ashe Stadium, para ver la victoria del tenista español Rafa Nadal en la final del US Open de Nueva York. La ministra no pudo acceder a la acreditación oficial, que sí portaba la reina Sofía de Borbón, y tuvo que pasar por taquilla, al igual que el diplomático Fernando Arias,embajador de España en la ONU, que las acompañaba y que tampoco tenía el pase de invitado. Este último cargó la entrada al Ministerio de Asuntos Exteriores, mientras que Ana Mato ha enviado la factura al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Según testigos presenciales, la actitud de la ministra no gustó nada al tenista español, que evitó saludarla delante de los fotógrafos, algo que sí hizo con la reina, pues el día anterior había declarado que rehusaba a los viajes oficiales en avión privado, tal y como le ofreció el directivo ovetense Fernando Fernández-Ladreda Aguirre, porque “tal y como está el país no creo que sea el momento de hacerle pagar un viaje al Estado”.
Las imágenes de la final del US Open evidencian que ni Ana Mato ni Fernando Arias portan acreditación alguna, mientras que Sofía de Borbón sí accedió al recinto con la suya, lo que le exime de pagar la entrada. La organización lo explica diciendo que las acreditaciones deben formalizarse con bastante antelación y no alcanzan a políticos, ministros ni diplomáticos, pues al ser Nueva York sede de Naciones Unidas, los visitantes de rango público que quieren “colarse” en estos eventos deportivos se cuentan por miles. Junto a la reina, el diario “Daily Mail” proporcionó también una lista con las 20 celebridades que asistieron a la final masculina, muchos de los cuales pagaron su entrada. No fue el caso de la reina Sofía, aunque sí de Ana Mato y de Fernando Arias.
La decisión de Ana Mato de gastarse 940 euros de dinero público (viaje y hotel aparte) para disfrutar de las 3 horas y media que duró el evento se produjo un día después de que el propio Rafa Nadaladvirtiera a los numerosos políticos españoles que se desplazaron a Argentina para presenciar el ridículo de la candidatura española a las Olimpiadas que “tal y como está el país no creo que sea el momento de hacerle pagar un viaje al Estado”.
Por su parte, el director general de RTVE, Leopoldo González-Echenique, rechazó adquirir los derechos del partido de tenis en abierto para todos los españoles como “gesto de austeridad” porque le parecían “caros” (al final lo retransmitió Eurosport por satélite para sus abonados) pero fuentes de la empresa pública aseguran que una nutrida delegación de RTVE, compuesta por 20 personas, entre ellas numerosos directivos encabezados por el propio Echenique, sí que tuvo dinero (público) para ir a Buenos Aires durante una semana.
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Y es que la élite pública española, pese al momento dramático del país, sigue de fiesta. Ana Mato y Fernando Arias utilizaron la entrada más cara (“Courtside”, a pie de pista), pero se sentaron en la Sección 2, fila G, número 16 y 14 (el 15 era el de la reina Sofía). En ese sector se ubicaron cinco famosos y todos pagaron su entrada: los actores Leonardo Di Caprio, Alex Baldwin y su esposa, la instructora de yoga mallorquina, Hilaria Thomas, el también actor Sean Connery y su esposa Micheline, actualmente prófugos de la justicia española tras una recalificación fraudulenta de la parcela de su chalet en Marbella, pieza separada del “caso Malaya”, asunto que negociaron con el alcalde Julián Muñoz y su asesor urbanístico Juan Antonio Roca, hoy ambos en prisión.
La agradable compañía con que se vió rodeada la ministra en el Arthur Ashe Stadium le causó además una grata sorpresa que no pudo evitar disimular, pues se pasó el encuentro enviando SMS y WSP a sus amigos, según un testigo presencial, momento que también recoge inadvertidamente alguna fotografía.
Las entradas de la final del US Open de Nueva York son una pieza codiciada por parte de los amantes del tenis, que se gastan auténticas fortunas u horas de espera en conseguirlas. Y lo mismo ocurre con los aún más demandados pases de invitados, bastante más difíciles de obtener. Los tenistas los reservan para sus familiares más directos (Rafa Nadal se lo cedió a su novia Xisca Perelló) y según un testigo presencial no ocultó cierto disgusto cuando vio aparecer a la ministra para hacerse la foto con él junto a la reina, evitándole a Ana Mato el saludo directo con la excusa de la aglomeración.
Los gastos del caprichoso y caro ocio de Ana Mato no acaban ahí. El precio del vuelo en Iberia y clase bussines a Nueva York (ida y vuelta), que fue el que utilizaron Sofía de Borbón y Ana Mato, fue de 1936 euros por persona, mientras que la estancia en el Hotel Intercontinental (5 estrellas), que es la categoría que habitualmente utilizan los políticos españoles cuando viajan al extranjero, es de 459 dólares por persona y día. La estancia de la pareja española fue de cuatro días, según fuentes del departamento de Sanidad.
Según una costumbre española de origen medieval, la reina tiene que ser acompañada por una ministra o ministro cada vez que sale de viaje oficial, y al titular que escoge se le denomina “ministro de compañía”. El periodista Gonzalo Cortizo preguntó al portavoz del Ministerio de Sanidad el porqué de este viaje de Ana Mato en pleno colapso y convulsión económica de España, y le respondieron sin vergüenza alguna: “La ministra acompaña a la reina y si la reina quiere ver a Nadal, hay que acompañarla”.
El alegre manejo de los caudales públicos por parte de Ana Mato ya se ha hecho célebre en el Consejo de Ministros, donde tiene fama de “manirrota”. Su leyenda procede del ya famoso “caso Gurtel”, pues el juez Pablo Ruz documentó que los jefes de la trama, Francisco Correa y Alvaro Pérez “el bigotes”, habían pagado 49.745 euros tanto a la actual ministra como a su entonces marido, Jesús Sepúlveda, y a sus hijos. Entre los cohechos recibidos, Mato disfrutó de un viaje a Disneyland París, otro a Dublín, artículos de lujo de la firma Louis Vuitton e incluso la fiesta de cumpleaños de sus vástagos, donde se adquirió confeti por valor de 4860 euros.
Esto motivó un célebre editorial del periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, uno de los más influyentes en Europa, que realizó una dura crítica sin paliativos a todos los políticos españoles que no dimiten cuando se airean sus escándalos de corrupción. “No dimite ni Dios’, afirmaba el diario germano, después de criticar a la clase política o partitocracia española, muy especialmente al PP,que tras las revelaciones de doble contabilidad y sobresueldos en negro, está en el punto de mira de la prensa europea y muy desprestigiada ante la comunidad internacional.
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