Bankia impone cláusulas suelo
'manuscritas' en sus nuevas hipotecas a
precios elevados
A bolígrafo y por escrito. Así exige Bankia a los clientes a los que les concede un crédito la aceptación de las polémicas cláusulas suelo, una condición considerada abusiva y que fue censurada por el Tribunal Supremo en sentencia firme contra varias entidades. Pese al golpe judicial contra la operativa generalizada de la banca, el grupo financiero nacionalizado las ha incluido de nuevo en sus préstamos al sostener que son legales.
Bankia ha confirmado esta imposición a los clientes a la hora de firmar un crédito, especialmente los hipotecarios que está volviendo a incentivar tras mantener el grifo cerrado para la compraventa de casas. Según la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, el fin de este requerimiento es la transparencia, para que el tomador sea plenamente consciente de las condiciones del préstamo.
La obligación consiste en copiar a mano en un papel y ante notario un documento mecanografiado y remitido por Bankia en el que se especifica que el crédito contiene un tope que impide que se reduzca la cuota mensual a pagar aunque el índice de referencia –el Euribor– baje en los mercados de capitales. De esta manera, el usuario manifiesta ser totalmente consciente de la cláusula, que cierra la puerta a cualquier reclamación judicial posterior.
Si la citada imposición es llamativa, aún más lo es el tipo de interés que Bankia aplica como suelo a los créditos hipotecarios. El banco, que fue rescatado con una aportación de fondos públicos de cerca de 23.000 millones de euros, no permite que el diferencial que paga el cliente se sitúe por debajo del 3,5%, con independencia de cómo cotice el Euribor. El citado indicador se mueve ahora en el 0,55%, por lo que la entidad nacionalizada cobra un precio de casi el 3%.
Se trata de un diferencial muy superior al que algunas entidades, como Banco Santander, Bankinter, Kutxabank y Sabadell, están ofreciendo a los ahorradores en sus nuevas campañas comerciales. Hay casos en los que, en función de una determinada vinculación, se llega hasta el 1,75%, como es la oferta que tiene actualmente el banco con sede en San Sebastián.
Desde Bankia se sostiene que las cláusulas suelo no son ilegales ni abusivas siempre y cuando se informe con claridad al prestatario, tal y como determina la sentencia del Tribunal Supremo. La alta instancia judicial señaló en su sentencia del pasado 9 de mayo que los citados topes eran lícitos “siempre que su transparencia permita al consumidor identificar la cláusula como definidora del objeto principal del contrato y conocer el real reparto de riesgos de la variabilidad de los tipos".
El Tribunal Supremo condenó a BBVA, Cajamar y Novagalicia a retirar esa condición por no haberlo comunicado debidamente a los clientes. La entidad presidida por Francisco González recurrió la medida, que fue ratificada posteriormente en dos ocasiones, pero la aplicó con efectos inmediatos a sus 425.000 créditos hipotecarios. La institución tuvo que provisionar 420 millones de euros. Las otras dos hicieron lo propio hasta sumar cerca de 600.000 créditos sobre un total de 1,7 millones que se estiman sufren esta cláusula.
Los bancos que también usaban este tope eran Banco Popular y Banco Sabadell. CaixaBank y la propia Bankia las habían heredado de Banca Cívica y de algunas de las cajas pequeñas que conformaron el holding Banco Financiero y de Ahorro. Ni La Caixa, ni Caja Madrid ni Bancaja las tenían de origen.
La entidad dirigida por Goirigolzarri contaba con una cartera hipotecaria de 3.600 millones con cláusulas suelo, el 2,5% de todo su saldo crediticio, Tras la sentencia del Supremo, el banco empezó a negociar con cada cliente una solución particular, según reconoció José Sevilla, director general de Presidencia, de lo que se dedujo que las eliminaría al ser una excepción. Sin embargo, lejos de quitarlas, el grupo ha decidido ponerlas de nuevo ya como Bankia con obligación manuscrita.
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