El ingeniero de Pozuelo exige 1,5 millones
a Hispánica por adjudicarle veinte obras
El ingeniero municipal del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, Leopoldo Gómez Gutiérrez, remitió varias notas manuscritas de su puño y letra al constructor Alfonso García Pozuelo para reclamarle una deuda que el expropietario de Constructora Hispánica había contraído con él, supuestamente, por la adjudicación de una veintena de proyectos urbanísticos en la ciudad residencial próxima a Madrid.
Esas notas, a cuyos contenidos ha tenido acceso El Confidencial en exclusiva, delatan las relaciones comerciales que el ingeniero y el constructor mantuvieron durante años mientras por la mesa del despacho del primero pasaban todos los grandes proyectos del municipio madrileño. El fiscal de Medio Ambiente de Madrid, Emilio Valerio, llegó a abrir una investigación contra Leopoldo Gómez, según el ministerio público, por favorecer desde su cargo de funcionario a varias empresas "vinculadas a él".
La primera carta remitida al constructor de la Gürtel se remonta a septiembre de 2009. En ella, Gómez se dirigía a García Pozuelo con un saludo más cariñoso –"Amigo Alfonso"– y le exponía sus problemas financieros: "Por favor, mándame por lo menos 1.200.000 euros, como sea o buscamos la solución que consideres".
"Saltó la liebre"
El ingeniero se mostraba en la misiva sorprendido, según él, por la actitud de García Pozuelo: "Te envié el saldo en febrero, pero saltó la liebre, luego en julio, y si tú tienes problemas, uno más y no digamos el otro, todos los días presionando".
El juez instructor Antonio Pedreira. (EFE)Cuando Leopoldo Gómez mencionaba "saltó la liebre" se refería al caso Gürtel, que había estallado en febrero de 2009 y motivaba la comparecencia de García Pozueloante el juez Pedreira por sus relaciones con Francisco Correa, el cerebro de la trama.
Lo que resultaba sorprendente en el texto era esa alusión críptica a un personaje misterioso, a "el otro", alguien que, según el ingeniero municipal, le presionaba "todos los días". ¿Le presionaba para saldar su comisión? ¿Se dirigía el funcionario municipal a una persona que estaba por encima de él en la estructura de poder del Ayuntamiento?
"Si le presionaba y Leopoldo Gómez se dejaba presionar hasta el punto de que esa presión la usaba como argumento para sensibilizar a García Pozuelo, todo hacía indicar que se trataba de alguien más poderoso que él, de un primer espada que también reclamaba su dinero", señaló a El Confidencial un exfuncionario del Ayuntamiento de Pozuelo.
Y ese personaje misterioso, al igual que Leopoldo Gómez, estaba también al tanto de que García Pozuelo, en esa fecha de finales de 2009, ya había cobrado todos sus contratos con el consistorio. Al menos eso es lo que Leopoldo Gómez destacaba en su carta: "De la nota, casi está cobrado el 90%, así que liquídame, te juro que tengo serios problemas, si no quieres verme ahora, manda un 'embajador' para solucionar este asunto".
Pero quien, finalmente, envió un "embajador" para liquidar su deuda con el constructor murciano fue el propio jefe de obras de Pozuelo de Alarcón. El Confidencial publicó ayer que el exsubcomisario José Amedo hizo de intermediario de Leopoldo Gómez en 2012 ante García Pozuelo para que este saldara una supuesta deuda por las adjudicaciones de obras en el municipio madrileño. El policía de los GAL entregó al expropietario de Constructora Hispánica, como prueba, varios documentos con el desglose de las cantidades impagadas, pero finalmente el constructor se negó a abonarlas.
Los papeles elaborados por el ingeniero, en la actualidad en poder de García Pozuelo, registraban una serie de cuentas sobre una supuesta facturación que superaba la cifra de cuarenta millones de euros, sobre la que Leopoldo Gómez tendría un interés personal. En varias ocasiones, junto a algunas de las cantidades, aparecía la anotación: "-16%".
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Lo curioso del caso es que el propio ingeniero Leopoldo Gómez denunció a principio de 2011, en sede judicial, haber recibido presiones por parte de los responsables del Ayuntamiento de Pozuelo para que certificara la recepción de una obra municipal, investigada por el juez Pedreira dentro de la trama Gürtel. Se trataba del proyecto de Las Cárcavas, que fue adjudicado por 4,5 millones, en 2006, a una UTE liderada por García Pozuelo y Constructora Hispánica. Después, se modificó el presupuesto y la obra pasó a costar once millones, el doble de lo inicialmente aprobado.
La fecha de la denuncia coincide con las primeras entrevistas del ingeniero con el policía Amedo, que más tarde llegaría a entrevistarse dos veces con García Pozuelo.
El proyecto de Las Cárcavas figuraba entre las anotaciones remitidas por el ingeniero al propietario de Constructora Hispánica. Tras el encabezamiento "Facturación", aparecía la leyenda "Arroyo de Las Cárcavas" junto a la cantidad 9.610.052,87 euros y nuevamente "-16%". En el mismo apartado destacaba asimismo una serie de cifras millonarias referentes a "2º semestre 2007, 1º semestre 2008 y Operación asfalto 2006".
El protagonismo de Leopoldo Gómez, que durante 21 años ocupó el cargo de ingeniero y jefe del servicio de obras públicas de Pozuelo de Alarcón, fue determinante en la adjudicación a Constructora Hispánica de la mayor parte de aquellas promociones urbanísticas. Todas aquellas obras eran las que provocaban el litigio entre ingeniero y constructor y sobre las que el el primero sustentaba la supuesta deuda. Además, coincidían con el periodo en el que fue alcalde Jesús Sepúlveda, entre los años 2003 y 2009. Tanto García Pozuelo como Sepúlveda fueron imputados en el caso Gürtel por sus negocios con el jefe de la trama, Francisco Correa.
En uno de los folios manuscritos por el propio Leopoldo Gómez se contabilizaba la deuda contraída por Constructora Hispánica, a 15 de enero de 2009, en más de un millón y medio de euros. Entre las cantidades consignadas aparecía una partida de 139.786 euros del proyecto La Cabaña y otra consignación de 1.050.000 euros con la leyenda "pendiente de la cuenta de 9/08".
Las cartas llegan demasiado tarde
Para desgracia del ingeniero municipal, las notas remitidas a través de Amedo a García Pozuelo le llegaban tarde a este, cuando ya había vendido la empresa Constructora Hispánica a la familia Monje y los nuevos propietarios habían cambiado su denominación social por Assignia. Por todo ello, se podía leer en una de las cuartillas las quejas del funcionario municipal: "Montesinos, con un trabajo de 15 ó 20 años, dijo que nunca supo nada en la empresa de los acuerdos conmigo ni con algún otro.. En la venta no dijo nada de nada... Assignia no querrá mantener ninguna forma ni acuerdo dada la situación".
Cuando el ingeniero municipal mencionaba el apellido "Montesinos" se refería al director general de Constructora Hispánica, que, tras la venta, continuó como presidente de Assignia hasta que la familia Monje decidió despedirlo. Tal medida provocó un conflicto judicial que sigue en los tribunales.
El ingeniero municipal se mostraba en su carta dolido e indignado ante la conducta de quien había sido su amigo y aliado durante años: "Si tan hombre eres, no niegues la verdad... Cuando quieras, cara a cara... Yo no engaño a nadie... Demostraste tu cobardía el día que te encontré en la barra del Eurobuilding... Tengo vergüenza... Ya hablaremos.... Qué esperas a estar en el cielo", finalizaba la misiva.
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