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martes, 15 de octubre de 2013

TATA MOTORS FIRMO SU CIERRE EN ENERO, Y LO OCULTO A LA DGA Y AL COMITE


Tata Motors dio luz verde al cierre en enero y lo ocultó a la DGA y al comité

EL PERIÓDICO revela el contrato que el grupo firmó ese mes con PwC para cesar la actividad de Hispano. El consejero Aliaga cree que si la decisión se tomó hace diez meses "nos han estado engañando"


Tata Motors dio luz verde al cierre en enero y lo ocultó a la DGA y al comité.
La multinacional india Tata Motors firmó un contrato a mediados de enero con la consultora PwC para llevar a cabo el cierre ordenado de la planta zaragozana de Tata Hispano, un documento confidencial al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO y que se reproduce parcialmente a la derecha de estas líneas. Este acuerdo comercial pone al descubierto el plan pormenorizado que la matriz iba a poner en marcha para cesar la actividad en la histórica fábrica de carrocerías para autobuses y autocares, cuya desaparición dejará en la calle a 287 trabajadores.
Sin embargo, durante meses, la compañía ha estado ocultando esta decisión estratégica al Gobierno de Aragón, al comité de la factoría y a los sindicatos, asegurando que hasta el pasado septiembre el futuro de la filial española estaba sin decidir.
La versión del grupo indio, remitida ayer a este diario, no se corresponde con el contenido del contrato que cerró con PwC desde su central en la India. Se trata de una carta de compromisos, fechada el 17 de enero de este año y redactado en inglés. El documento fue enviado --con la rubrica de los responsables de PwC-- a la sede de la multinacional en Bombay, a la atención de C. Ramakrishnan, director financiero de Tata Motors, que lo firmó solo unos días después.
La consultora fue contratada por Tata Motors a principios del 2012 para realizar un estudio sobre posibles alternativas para la antigua Hispano Carrocera. Como resultado de ese análisis, se inició un proceso para buscar compradores y se recabó el interés de dos fondos de capital riesgo, según relata dicho contrato. Estos presentaron ofertas no vinculantes, pero tras el proceso de due diligence (radiografía completa de la sociedad en venta), los dos aspirantes rechazaron el acuerdo porque el retorno esperado de la inversión estaba "por debajo de sus objetivos".
Tras ello, Tata Motors optó por el cese de la actividad, según recoge el contrato. Eso sí, el plan diseñado por la consultora apuesta por mantener una "estructura mínima" para conservar las pérdidas impositivas generadas en los años anteriores. Este es uno de los motivos por los que la firma descarta acudir a un concurso de acreedores.
DOS FASES
El contrato detalla que el proceso de desinversión tendrá dos fases, en las que la consultora proporcionará a Tata Motors "apoyo financiero, fiscal y legal". De esta forma, PwC actúa como cerebro de la operación, ejerciendo de enlace y asesor de un larga lista de gestiones, pero se precisa que "no adoptará ninguna decisión" sin la aprobación por escrito de la compañía. En concreto, se fija una fase de preparación --la que se activó desde la firma del contrato-- y una de ejecución.
En todo este tiempo, Tata Motors no desveló sus verdaderos planes a los agentes sociales ni a la Administración. Ni siquiera cuando en marzo, las federaciones del Metal e Industria de UGT y CCOO denunciaron en una carta remitida a la dirección local del grupo la situación de inanición que vivía la planta. Es más, el director financiero de Tata Motors, C. Ramakrishnan, se indignó con las insinuaciones de esta centrales en la respuesta que dio por carta en abril. En ella, aseguraba que la multinacional "estaba buscando un plan urgente de respuesta creíble y viable" para la factoría, sin aludir en ningún caso al cierre.
Por su parte, el consejero de Industria, Arturo Aliaga, se mostró ayer "sorprendido" por la existencia del documento confidencial firmado por Tata y PwC. Al respecto, enfatizó que si la decisión de cierre se adoptó hace ya tiempo "nos han estado engañando durante los últimos meses". Es más, Aliaga destacó que este año "hemos estado intentando captar clientes", porque Tata "me pedía realizar gestiones" con este fin. El titular de Industria aludió, en este sentido, a contactos con el grupo Avanza y con La Oscense para buscar carga de trabajo para la factoría zaragozana.
En cuanto al curso de las negociaciones sobre el cierre de Hispano Carrocera, Aliaga consideró que "no se puede despedir con 25 días por año" tal y como plantea la firma ahora.
Respecto a las ayudas concedidas a Tata Hispano por el Ministerio de Industria --en forma de préstamos y por valor de 10 millones--, Aliaga recordó que "si no cumples los requisitos por los que se entregaron las ayudas, hay que devolverlas". La intención de Tata era negociar a la baja el abono de estos créditos.

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