El FMI alaba la recuperación de Islandia, el país que dejó caer a sus bancos
El informe anual del Fondo pide que se afronte el levantamiento del control de capitales
El organismo internacional advierte de los riesgos "heredados" de la crisis de 2008
Una tasa de paro del 5,1% en mayo —desde el 9,2% que alcanzó en septiembre de 2010—, una inflación del 3,3% en junio —desde el pico del 18,6% en junio de 2009— y un crecimiento del PIB —aunque más bajo que en 2011— del 1,6% en 2012. El Fondo Monetario Internacional celebra la recuperación de Islandia, el país que dejó caer a sus bancoscuando estalló su burbuja financiera en 2008. El organismo, sin embargo, alude constantemente a los "riesgos heredados", a los problemas que el país nórdico arrastra desde la crisis, y llama a combatirlos para "garantizar la estabilidad".
Uno de los principales retos es levantar los controles de capital que Reikiavik impuso cuando sus tres principales bancos colapsaron y tuvo que pedir la ayuda del FMI. En su momento, los controles ayudaron a estabilizar la situación y fortalecer la corona, la moneda islandesa. Pero, aunque el programa de ayuda del Fondo se completó en agosto de 2011 e Islandia ha vuelto a los mercados de capitales para financiarse, esos controles de capital todavía siguen en vigor coartando su potencial de crecimiento.
En el informe anual sobre el país, los expertos del organismo piden encarar el levantamiento de los controles de forma decidida. En primer lugar, advierten de que debe manejarse la liquidación de los bancos quebrados de forma que no afecte a la estabilidad financiera. También solicitan reforzar los incentivos para conseguir liberar las reservas de coronas que se encuentran fuera del sistema, una condición "clave" para retirar los controles, y una petición recurrente de los técnicos del Fondo. Además, llaman a establecer una regulación clara y prudente y supervisar el proceso hacia la total liberalización.
El FMI, que también incluye la tercera evaluación después del programa de rescate, aborda otro de los principales problemas de la economía islandesa, que es la elevada deuda de las familias. El Partido Progresista (PP), socio de Gobierno del Partido de la Independencia —ambos de centroderecha— propuso en la campaña electoral del pasado abril renegociar con los acreedores —muchos de ellos hedge funds con activos en la banca— para cancelar parte de la deuda familiar. En este sentido, el informe señala que hay poco espacio fiscal para aliviar el endeudamiento de las familias. Por eso propone mejorar los mecanismos de reestructuración existentes y acelerar los procesos judiciales que clarifiquen la naturaleza de los créditos.
El Fondo también alaba el propósito que se ha marcado el Ejecutivo —para el que los islandeses volvieron a elegir en abril a los mismos partidos que gobernaban antes de la crisis— de cumplir por fin con el presupuesto en 2014 y animan a continuar con el ajuste fiscal. Para ello piden mayor eficiencia en el gasto en educación y salud, reducir los subsidios agrícolas e identificar mejor las necesidades sociales.
A los bancos —aquellos que Reikiavik decidió que no respondieran más allá de los depósitos de los ahorradores— el Fondo les pide mantener colchones de capital y liquidez suficientes y abordar la morosidad e insta a crear un marco entre los distintos agentes para controlar los riesgos sistémicos. El HFF, el fondo gubernamental que concede hipotecas, vuelve a ser objeto de preocupación, y el FMI pide que se reestructure para proteger al Tesoro islandés de posibles pérdidas.
Una serie de propuestas y recomendaciones para apuntalar la recuperación y protegerla de la herencia recibida, de los efectos de una burbuja financiera que aún amenaza la economía islandesa.
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