Presiona a Rusia para que acepte la postura internacional

Merkel se enfrenta con Putin por Siria

La relación entre Angela Merkel y Vladimir Putin, que comenzó a deteriorarse a principios de año, acaba de experimentar otro paso hacia el enfriamiento. En su fluido ruso, la canciller alemana le ha espetado al presidente ruso lo mucho que le disgusta que Rusia no termine de formar parte del criterio común de la comunidad internacional occidental y mantenga una posición ambigua respecto a lo sucedido en Siria. Y para dejar constancia del distanciamiento, Merkel ha hecho público este desencuentro a través de una entrevista que publica este sábado el diario alemán 'Augsburger Allgemeinen'. "Es lamentable que Rusia y China no acepten desde hace tiempo una posición común en el conflicto sirio, porque eso debilita mucho el papel de la ONU", afirma la canciller. Fuentes de la Embajada rusa de Berlín hablan de la incomodidad que ha causado el planteamiento de Merkel y sugiere que en sus comunicaciones hay más presión de la deseable.

En sus declaraciones públicas, Merkel insiste en que "el uso de gas venenoso con cientos de muertos no puede quedar impune" y se mantiene en que hay que actuar bajo mandato de las organizaciones internacionales. Lleva cuatro días hablando sobre esto por teléfono con Hollande, Cameron y Obama y todos ellos aceptan la posición alemana, a favor de una intervención correspondientemente legitimada por la ONU, la OTAN o la UE y al mismo tiempo reacia a enviar sus propias tropas a suelo sirio. Merkel se encuentra en plena campaña electoral y el 60% de los alemanes, según la última encuesta, no desea una operación militar en Siria.

Pero en las conversaciones telefónicas con Putin no hay ese grado de entendimiento. "Si hombres, mujeres y niños son asesinados con gas venenoso, el mundo simplemente no puede tolerarlo", repite la canciller alemana, dejando a Putin al otro lado de la frontera de lo éticamente correcto. En su afán por convencerle, Merkel ha subrayado que las pruebas presentadas por Estados Unidos sobre un ataque de gas químico por parte del régimen sirio son "plausibles".

Esa es también la línea de las conversaciones diplomáticas de su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, que repite a su homólogo ruso que "los argumentos presentados por el secretario de Estado John Kerry tienen un gran peso. Y van en clara dirección del régimen de Al Assad". "Todos deberíamos tomarlos en serio", ha advertido el ministro, señalando la necesidad de una respuesta consensuada de la comunidad internacional con respecto a Siria.

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