Rajoy prepara una 'minicrisis' de Gobierno en la que ofrece la cabeza de Mato
El presidente ignora las voces del PP que le piden una remodelación profunda en Ejecutivo y partido. Los conservadores descartan un Congreso Extraordinario y celebran el Comité Ejecutivo el lunes.
El presidente del Gobierno regresó ayer de sus vacaciones con todas las miradas puestas en él para tratar de averiguar susintenciones con respecto al futuro de los miembros del Gobierno y del PP. El verano ha sido prolífico en informaciones sobre los cambios naturales en el Ejecutivo que se prevén por lacelebración de las elecciones europeas para mayo de 2014, pero también sobre otra remodelación que vendría forzada por el desgaste de la cúpula conservadora que han provocado sus implicaciones en el caso Bárcenas-Gürtel. En este sentido, el Consejo de Ministros de Mariano Rajoy se mantendría casi en su totalidad al margen de la quema por la corrupción, en buena parte, gracias a la estrategia de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, volcada en trasladar la imagen de un Gobierno que se limita a trabajar en reformas y medidas anti-crisis y está completamente aislado de los asuntos del partido. Salvo en un caso: el de la ministra de Sanidad, Ana Mato, cuyo nombre se encuentra fuertemente vinculado a la trama corrupta de Francisco Correa a través de su exmarido Jesús Sepúlveda, con quien Mato estuvo casada cuando los negocios de la Gürtel con el PP eran más rentables.
Mariano Rajoy estaría dispuesto a entregar la cabeza de su ministra de Sanidad en el contexto de una minicrisis de Gobierno que, según señalan mayoritariamente en el PP, colocaría al titular de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en la candidatura del PP a las europeas y previo paso a hacerse comisario en Bruselas. Miguel Arias Cañete ha trasladado en diversas ocasiones su deseo de acceder a este puesto y trabajar de nuevo en la capital belga (fue diputado en el Parlamento Europeo durante doce años, entre 1987 y 1999), pero además, Cañete es el ministro del Gobierno mejor valorado por la opinión pública en estos momentos y el PP se juega mucho en la celebración de los primeros comicios desde que el caso Gürtel se amplió a caso Bárcenas.
Las europeas son también las primeras elecciones desde que el incumplimiento del programa electoral del PP se materializó en el grueso de las medidas tomadas por el Gobierno para frenar la crisis. Algunas voces en el PP, sin embargo -y aunque son pocas-, sitúan a Javier Arenas al frente de la lista europea en una maniobra del presidente para apartarlo de la cúpula del partido sin dejarlo con las manos vacías. La implicación del actual vicesecretario general de Política Autonómica y Local del PP en el caso Bárcenas es tan fuerte como la del propio Rajoy, pero el jefe del Ejecutivo no puede caer y el expresidente del PP andaluz -según sus propios compañeros- tiene todas las papeletas para salir de la dirección nacional del partido, toda vez que la secretaria general busca su salida desde hace tiempo, recuerdan los conservadores. María Dolores de Cospedal y Arenas chocaron estrepitosamente en su opinión sobre la forma de hacer frente a la situación laboral de Luis Bárcenas en el partido y mientras la presidenta de Castilla-La Mancha era partidaria de echarlo desde que en 2009 lo imputó Baltasar Garzón -y así se hace saber insistentemente desde el entorno de la número dos del PP-, el andaluz optó porpactar con él -con la aprobación de Rajoy- "una simulación en diferido" de salario. La propia Cospedal dejó bien claro en su declaración ante el juez Pablo Ruz estos hechos.
Cambios inevitables
Las últimas declaraciones públicas de los dirigentes del PP -incluida Cospedal en una entrevista al diario ABC-, parecen indicar que habrá cambios en el partido, aunque se harán "paulatinamente", conforme a la secretaria general, y sin una "remodelación dramática", según afirmó Carlos Floriano ayer durante una entrevista en Onda Cero. El número tres del PP viene a confirmar así lo que todos los conservadores apostillan cuando se les pregunta por una renovación en el partido o en el Gobierno: Mariano Rajoy tiene sus tiempos y "es alérgico a los cambios", por lo que no los ejecutará salvo que sean inevitables, como en el caso de que un ministro encabece la candidatura europea del PP o las responsabilidades judiciales por corrupción de los dirigentes conservadores se hagan insostenibles. Por tanto, también cabe la posibilidad de que no se den tales cambios.
El presidente anunció ayer la convocatoria del Comité Ejecutivo Nacional para el próximo lunes, aunque la inauguración del curso político la hará Rajoy en Soutomaior (Pontevedra) este sábado. Asimismo, el PP celebrará su Escuela de Verano en septiembre y tiene prevista laConvención Nacional para octubre o noviembre. En el PP no creen que esta apretada agenda orgánica suponga que su líder vaya a acelerar cambios en el partido o en el Gobierno, sino que la aprovechará para dar un empujón a los suyos señalándoles que su gestión va por el "buen camino" y los últimos datos económicos que resumió el ministro de Economía en la entrevista que dio a EFE esta semana así lo indican. En el otoño que entra, la legislatura atraviesa su ecuador y Rajoy está convencido de que éste constituye asimismo el punto de inflexión de la situación económica de España, a la que sólo queda remontar.
Lo que sí descartan en el PP es un Congreso Extraordinario que dé la razón a las voces que piden a Rajoy que rueden cabezas por el caso Bárcenas, también dentro del partido. Quienes creen que la salida de Arenas podría ser el único gesto que haga Rajoy para contentar particularmente a aquéllos que desde el PP le piden renovación interna -sector que encabeza Cospedal- sostienen también que sería un cambio "sin estridencias" y conforme a los Estatutos, esto es, en el seno del Comité Ejecutivo Nacional "y a propuesta del Presidente" (Art. 43: Organización interna)
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