EEUU acorrala al español Martín-Artajo para destapar los errores de JP Morgan
Javier Martín-Artajo (49 años) se ha convertido en el epicentro del escándalo financiero bautizado como ‘la ballena de Londres’. Un año después de que estallara el caso, una reciente orden de busca y captura de Interpol le había convertido en un fugitivo. Hace dos semanas la Fiscalía Federal de EEUU decidió imputarle por varios presuntos delitos vinculados a las pérdidas de 6.000 millones de dólares que registró el banco norteamericano JP Morgan en el segundo trimestre de 2012. Ayer, acompañado por su abogado, se personó en unas dependencias de la Policía Nacional para ser puesto a disposición judicial. A partir de ahora, está en juego su extradición.
El ejecutivo español está acusado de tres delitos -conspiración, fraude y falsificación de documentos- cometidos para tratar de ocultar las pérdidas millonarias generadas con su agresiva estrategia de inversión en derivados. Cuando salió a la luz el caso de 'la ballena de Londres', sobrenombre que se dio en la City al trader francés Bruno Iksil, en referencia al gran volumen de activos financieros sobre los que había invertido, JP Morgan resolvió por lo sanó. Todos los implicados en la cadena pactaron su salida, desde el otrotrader Julien Grout hasta los dos superiores de Martin-Artajo, su jefe directoAchilles Macris y la responsable de inversión del banco Ina Drew.
El consejero delegado de JP Morgan, el todopoderoso Jamie Dimon, reforzado como uno de los banqueros más importantes de EEUU tras la crisis financiera de 2007, contexto en el que adquirió a las quebradas Washington Mutual y Bear Stearns, cortó por lo sano después de tener que admitir pérdidas millonarias por las inversiones fallidas realizadas por la unidad de trading radicada en Londres. El problema no se llevó por delante al banco de negocios, que cerró 2012 con unos beneficios récord de 21.000 millones de dólares, pero sí dejó al descubierto los riesgos asumidos en la gestión de una parte del balance de la entidad. Y ese es el origen del problema.
Según fuentes financieras, la sucesión de acontecimientos que terminó con la perdida de 6.000 millones de dólares demuestra la cadena de fallos existente en la política de supervisión de riesgo dentro JP Morgan. La unidad en la que trabajaba Martín-Artajo tenía encomendada la gestión de una parte importante de la posición de liquidez del banco, que a raíz de la crisis financiera se había disparado hasta los 350.000 millones de dólares a consecuencia de su solvencia. Gestionar un volumen tan grande de dinero -la ballena de Londres- sin a la vez distorsionar el mercado fue uno de los principales problemas a los que tenía que hacer frente la entidad.
El equipo especial de inversión dirigido por el ejecutivo español tomó posiciones en distintos tipos de activos financieros de riesgo. Para que la gestión de la ingente posición de liquidez de JP Morgan fuera más rentable se había decidido operar una parte con una estrategia más agresiva. Dada la dimensión de las operaciones, la unidad de Martín-Artajo creó una cobertura para acotar el riesgo de sus decisiones a través de swaps, de manera que revendía como producto financiero el riesgo de su cartera. De nuevo, la dimensión de su gigantesca operativa alertó al resto de agentes del mercado, que apostaron masivamente contra la solvencia de ese modelo.
El riesgo asumido acabó en pérdidas de 6.000 millones de dólares y una oleada de despidos. Sin embargo, las autoridades financieras de EEUU no han querido pasar capítulo de forma tan rápida. Sirviéndose del propio trabajo de investigación realizado por JP Morgan para depurar responsabilidades, la Fiscalía Federal ha iniciado su propia caza de brujas, tarea para la que ha contado con la colaboración de uno de los protagonistas, el trader Bruno Iksil, al que ha ofrecido a cambio inmunidad. Precisamente, a raíz de su colaboración ha tenido lugar la imputación contra el español Martín-Artajo y el francés Julien Grout, acusados de tratar de encubrir las pérdidas.
Es probable que sean sólo la punta de lanza de la actuación de la Fiscalía. En definitiva, su responsabilidad puede ceñirse a la autoridad material de las inversiones y a las maniobras posteriores para tratar de digerir las pérdidasgeneradas cuando ya era imposible revertir la situación. De momento, ninguno de los superiores de Martín-Artajo y de Grout ha sido imputado aún. Por tanto, está todavía en juego determinar la culpabilidad existente en la cadena de mandos, descubrir los fallos existentes en la política de supervisión de riesgosy despejar la incógnita de quiénes faltan por caer. En definitiva, bucear en las entrañas del gigante JP Morgan.
Precisamente, la actuación del Fiscalía Federal coincide en el tiempo con lacruzada que las autoridades de EEUU mantienen contra el banco de inversión. Como revela en exclusiva el diario Financial Times, el gigante de Wall Street ha sido conminado a pagar una multa de 6.000 millones de dólarespor malvender activos a las entidades hipotecarias semipúblicas Fannie Maey Freddie Mac, según la demanda interpuesta por la Agencia Federal Hipotecaria. Esta sanción, una de las mayores que jamás ha tenido un banco, pone en una situación comprometida al financiero Jamie Dimon, que además puede verse aplastado por 'la ballena de Londres'.
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