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domingo, 4 de agosto de 2013

ASI GRABABA BARCENAS AL PP HACE 30 AÑOS


Así grababa Bárcenas al PP hace 30 años


Cuando Rubalcaba interpelaba a Rajoy el jueves en el Senado sobre si era posible que Bárcenas hubiera estado treinta años prefabricando pruebas contra el Partido Popular e intentaba ridiculizar al presidente sobre la imposibilidad de que hubiera sido así; a la memoria de un veterano dirigente del PP regresó una escena de la que fue testigo directo y que desmontaba el argumento del líder de la oposición. Sí, ha sido posible, pensaba, no sin cierta desazón.
bárcenas
Sucedió hace ahora veinte o treinta años en un despacho de la sede del PP en la calle Génova de Madrid y es una de las pruebas más fehacientes de que el extesorero Luis Bárcenas se ha pasado toda la vida grabando conversaciones y espiando al partido. Como me dice este testigo directo de los tejemanejes de Bárcenas, “compró el manual del perfecto delincuente” y lo lleva aplicando toda la vida.
En el escenario del crimen, y nunca mejor dicho, se encontraba el entonces gerente, Luis Bárcenas, el tesorero, Rosendo Naseiro, y mi interlocutor. Bárcenas y Naseiro acababan de llegar de visitar a un político y empresario y se jactaban de haber grabado la conversación que habían tenido con él. Mi interlocutor se tomó a broma esta bravuconada de Naseiro y éste, supongo que incomodado por la chanza de este veterando dirigente, se dirigió a Bárcenas y le dijo: “Luis, ponle la cinta”. Bárcenas sacó de su bolsillo una grabadora con una cinta chiquitita (“que entonces no había”) y, para asombro de este veterano dirigente, comenzó a oir la voz del político y empresario.
Su sorpresa fue mayúscula y desde entonces comprendió el peligro que entrañaba un personaje como Bárcenas y la premeditación y alevosía con la que ha dirigido todas sus actuaciones: “Sí, ha estado grabando toda la vida al PP. Me consta, no me lo ha contado nadie. Era su manera de actuar y lleva prefabricando pruebas toda la vida para tener al partido enganchado” .
Y hay más. Micrófonos escondidos detrás de cuadros y toda una película de terror de quién ahora, como dice mi interlocutor, está aplicando su otro manual, el de “cómo robar y salir vivo del empeño”. Pero eso será otra historia.

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