Acorralado por los March, Florentino
anunció su relevo en ACS para evitar una
fuga de accionistas
El anuncio del relevo de Florentino Pérez al frente de ACS, realizado por él
mismo en una eista televisiva, no fue ni mucho menos casual. El ejecutivo dio el paso después de mantener reuniones con sus principales socios en el grupo constructor, que le manifestaron su intención de salir de la compañía ante el descontento por su gestión. Ante esta situación, Pérez, que ha tratado en vano en los últimos meses de encontrar nuevos socios para la compañía, accedió a proclamar un relevo que, eso sí, aun no tiene fecha.ntrev
Hace dos semanas, Florentino Pérez aseguró en una entrevista
concedida al canal de televisión La Sexta que ya tenía pensado su relevo al
frente de ACS, en la persona de Marcelino Fernández Verdes,
consejero delegado de sus filiales internacionales Hochtief y
Leighton. El anuncio sorprendió un tanto a los mercados, sobre
todo por la forma de hacerlo, pero no tanto a los socios de Pérez en el grupo
constructor y de servicios, con los que el ejecutivo se había comprometido a
hacer público su próximo relevo a cambio de una cierta estabilidad accionarial
para la compañía.
Pero también hay un profundo malestar en Iberostar e incluso entre los financieros Alberto Alcocer y Alberto Cortina, los Albertos, cuya relación con Florentino se ha deteriorado por el devenir de ACS y el episodio de suspender el dividendo a cuenta.
Sabedor del descontento con su gestión y consciente de la salida parcial de algunos de los socios mencionados (incluso con ejecuciones bancarias de por medio), el también presidente del Real Madrid inició hace unos meses una gira por el exterior con la intención de buscar nuevos socios para ACS.
Búsqueda en vano de nuevos socios
Florentino llegó a aprovechar incluso algún viaje con el equipo de fútbol, en concreto el realizado a comienzos de enero a Qatar con motivo de la disputa de un partido amistoso, para establecer contactos, toda vez que Oriente Medio fue uno de los mercados que exploró con más intensidad.
Sin embargo, Pérez obtuvo buenas palabras pero ningún compromiso firme de invertir en ACS. Ante esta situación, el presidente de la compañía pulsó el ambiente entre sus principales socios y confirmó tanto la desaprobación de su gestión como la intención de salir del capital de la compañía a la mínima oportunidad que ofreciera el mercado.
El problema de un movimiento como éste es la repercusión en la cotización de ACS en Bolsa. El valor cotizó en mínimos de una década en 2012, en pleno proceso de refinanciación de la deuda por la inversión en Iberdrola, que puso a la empresa en una situación prácticamente límite.
Tras este episodio y un 2013 relativamente estable, los títulos de ACS recuperaron bastante terreno aunque no lo suficiente para que la mayoría de los socios recuperen sus inversiones.
La presión de la Bolsa
Una salida masiva de papel podría mucha presión sobre las acciones de la compañía, como le sucedió, por ejemplo, a Sacyrcon las ventas de su ex presidente Luis del Rivero (que liquidó en menos de un año una posición del 14%) y de otros accionistas como las cajas de ahorros y el financiero Juan Abelló. Sacyr se dejó casi tres cuartas partes de su capitalización en el proceso.
Paradójicamente, la posición más cómoda es para Banca March, que aún en el escenario actual obtendría notables plusvalías si dejara la empresa. Tampoco es un mal escenario para el propio Florentino, que tiene valorado su paquete del 12,5% de ACS a un precio medio de 20 euros por acción, cuando la compañía cotiza actualmente por encima de la cota de 26 euros.
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