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miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL ADMITE EL ERROR DE LOS RECORTES DE PORTUGAL Y GRECIA


El FMI admite que calculó mal el impacto de los recortes en Portugal y Grecia


El FMI admite que calculó mal el impacto de los recortes en Portugal y Grecia
Christine Lagarde, en rueda de prensa. CONSILIUM

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha admitido que se equivocó en su estimación del impacto que tendrían las medidas de austeridad sobre las economías de Portugal y Grecia y que por tal debería haberse acordado un plazo más largo para aplicar los recortes. El mea culpa lo entonó la directora del FMI, Christine Lagarde, en una reunión del Comité Económico y Social el martes en Bruselas, según informa hoy la prensa portuguesa.
El error radicaba en el modelo que se usaba para calcular el impacto negativo de la austeridad sobre el crecimiento económico. Se trata de un índice que arranca en cero, lo que significa cero impacto. “Tradicionalmente, y porque había pocos estudios sobre este asunto, nos basamos en un coeficiente multiplicado del 1%”, dijo Lagarde. “Con los datos y el análisis de la situación, nos dimos cuenta de que el coeficiente estaba más cerca del 1,7% que del 1%”, admitió. Es decir, que el impacto de los recortes sobre la coyuntura de estos dos países fue bastante mayor de lo que habían pensado los expertos de la troika -el FMI junto con Comisión Europea y banco Central Europeo- cuando diseñaron el programa de rescate para estos países.
El rescate de Portugal termina en junio y el gobierno de centroderecha de Pedro Passos Coelho está intentando todo para evitar una prórroga que se está barajando en círculos europeos. En cuanto a Grecia, todo el mundo, empezando por el gobierno alemán, da por hecho que necesitará otro rescate.
Errar es humano y el FMI no es ninguna excepción, según afirmaba la directora del organismo. “Reconocemos [el error de cálculo] porque le honra al FMI que reconoce sus errores cuando los ha cometido”. Además, dice Lagarde, el FMI fue el primer miembro de la troika en advertir de que había que ralentizar el ritmo de la consolidación en Portugal, o lo que es lo mismo reducir los recortes que han hecho mella en el estado de bienestar y en el empleo.

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