Quién es quién en el escándalo de Afinsa
El 9 de mayo de 2006 Afinsa, el grupo empresarial especializado en la inversión en sellos, fue intervenido judicialmente por presunta estafa. Los responsables apenas pasaron un mes tras los barrotes de prisión, mientras que casi 200.000 clientes esperaban a recuperar sus ahorros.
Esta semana, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha procesado a catorce altos cargos de Afinsa por ocasionar un perjuicio económico cuantificado en 1.928 millones de euros a través de la puesta en marcha de un negocio “ruinoso” e “inviable” creado mediante “una operativa piramidal”. Pero, ¿quiénes son los rostros del fraude?
El fundador del imperio
Albertino de Figueiredo do Nascimento (Oliverinha, 1931) creó el grupo de la nada. Este portugués empezó a coleccionar sellos cuando todavía vivía en la pequeña aldea cerca de Oporto en la que nació. Su afición terminó por ser la primera piedra de un imperio, que a la postre terminaría convirtiéndose en una ruina para muchas familias españolas.
La Revolución de los Claveles marcó el punto de partida de su carrera comercial. Con la muerte de su padre, Albertino abandonó el país con su herencia convertida en sellos para evitar las barreras contra la evasión de divisas. Instalado en Madrid, fundó Afinsa en 1980, controlando eL 50,01% del capital.
Pese a lo cuestionable de su gestión su nombre no parece haberse visto salpicado; tampoco su fortuna, que le ha permitido engrosar una importante colección de arte y disfrutar de sus casas en París, Madrid y Mónaco.
El cachorro se convirtió en león
Juan Antonio Cano Cuevas era un hombre de empresa. El perfecto empleado siempre dispuesto a sacrificarse por la causa. Llegó a Afinsa cuando tenía veinte años y, veintitrés años después, tras haber ido escalando por diferentes puestos en la compañía, alcanzó la presidencia.
Su escalada profesional le llevó a controlar el 40% de las acciones, convirtiéndose en la mano derecha de Albertino, su maestro. De él aprendió los entresijos de la gestión empresarial y heredó el amor por el arte. Mecenas de muchos pintores del panorama artístico nacional, su detención como uno de los principales responsables del fraude le impidió asistir a la exposición de una de las artistas que apadrinaba.
Los rostros de la inversión y la revalorización
Vicente Martín Peña fue director general de Sistemas de Inversión. Era el hombre que susurraba a los clientes. Su principal labor consistió en desprestigiar los productos financieros de inversión: “Lo que valen son las cosas”, afirmaba.
Carlos de Figueiredo Escribá, hijo del fundador, fue el único vástago que formó parte de la empresa. Defendió siempre que “el catálogo ideal es el que tiene una revalorización mínima y sostenida”.
Ambos son dos de los principales rostros del fraude. Afinsa fue una empresa cuyos clientes eran inversores, “no coleccionistas”, como reconocía Martín Peña en 2006, una semana después de abandonar la prisión. Los ahorradores colocaban su dinero en sellos con el objetivo de obtener unos intereses y la empresa les garantizaba una revalorización. "Sin embargo, ni los sellos valían lo que se pagaba por ellos, ni se revalorizaron en la medida que se retribuía al ahorrador", afirma ahora el juez Pedraz.
El proveedor
Francisco Guijarro Lázaro fue el único proveedor de Afinsa durante más de dos décadas. Una posición privilegiada que le convirtió en un pilar básico del crecimiento de la empresa al tiempo que le hizo amasar una fortuna.
Coleccionista de sellos y padre de familia numerosa, utilizó a su mujer y a sus cuatro hijos para administrar el dinero de forma opaca. En 2003, la empresa detectó irregularidades en las partidas de sellos que le servía y prescindió de sus servicios. A partir de ese momento Guijarro cayó en el olvido, hasta que en 2006 la Fiscalía le imputó en la trama del fraude. Durante el registro de su vivienda en la Moraleja, la policía encontró emparedados 10 millones de euros en billetes de 500. Mucho dinero, como muchos son los afectados que todavía esperan a que la Justicia obligue a estos pocos señores a devolverles sus ahorros.
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