Mientras que el
mundo sigue con atención las protestas que tienen lugar en países como Egipto o
Turquía, parece que las dos semanas y media de manifestaciones contra el
Gobierno búlgaro pasan inadvertidas.Miles de búlgaros salieron a las calles el 14 de junio
indignados por el polémico nombramiento del empresario y miembro del Parlamento
Delian Peevski como nuevo jefe de la Agencia Estatal de la Seguridad Nacional.
La indignación pública finalmente llevó a la anulación de dicha decisión, pero
las manifestaciones continuaron.
Los búlgaros no abandonaron las calles exigiendo
reformas para proporcionar mayor transparencia a la vida pública en el país,
donde, según afirman los manifestantes, los niveles de corrupción son altísimos.
Además acusan al Gobierno, en el poder desde hace un mes, de no actuar de forma
transparente y de someterse a los intereses de los grandes empresarios
‘oligarcas’.
“Dimisión”, “Basura roja” y “Mafia” gritan los
manifestantes que salen cada día a protestar, y cuyo número es subestimado a
propósito por el Gobierno y los medios de comunicación.
El partido del Gobierno, Ciudadanos por el Desarrollo
Europeo de Bulgaria (GERB), fue elegido en unas elecciones anticipadas
celebradas en mayo después de que el anterior Ejecutivo conservador populista
presentara su dimisión. El GERB solo tiene la mitad de los escaños en el
Parlamento y se mantiene en el poder gracias al apoyo de un partido
nacionalista.
RT
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