Escándalo en Francia por la publicación del Muro de los
Gilipollas
La cosa empezó como una broma. Es fácil imaginarse la escena. Primero uno colgó una foto en la pared, la del exministro del Interior Brice Hortefeux, por tomar un ejemplo, y anotó: "El hombre de Vichy". Después, otro siguió el ejemplo y colgó otra foto, con otra leyenda. Poco a poco, la pared se fue llenando de imágenes, un mosaico hecho de retratos de ministros, diputados, senadores, periodistas, comentaristas, intelectuales y jueces de derechas, cada uno de ellos con su etiqueta, más o menos divertida, más o menos ofensiva. Hasta que a alguien se le ocurrió bautizar el collage indelicadamente como el Muro de los Gilipollas... ¡Un desahogo!
Si este muro de los indeseables hubiera adornado una sala de reuniones cualquiera en un local, pongamos por caso, de la CGT, de Fuerza Obrera o de cualquier otro de los sindicatos franceses de trabajadores, nadie se hubiera escandalizado. La anécdota podría haber quedado reducida a una chiquillada. El problema es que la injuriosa pared -cuya existencia ha sido desvelada por el sitio de información digital Atlantico, que utilizó para ello una cámara oculta- estaba en la sede parisina del Sindicato de la Magistratura y que los autores de esta suerte de vudú son jueces. De izquierdas, pero jueces, a quienes les es exigible por tanto una absoluta neutralidad e imparcialidad.
La revelación de Atlantico ha provocado un verdadero escándalo y la derecha no ha tardado en pedir sanciones. El presidente interino de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, ha instado al Gobierno a abrir una investigación oficial. "El Gobierno no puede mantenerse en silencio", afirmó el líder de los conservadores, para quien la actitud de los magistrados del Sindicato de la Magistratura "es indigna" y un atentado contra la imparcialidad de la justicia. Algunos de sus compañeros de filas directamente señalados, como la exministra Nadine Morano, han anunciado la presentación de una denuncia. Otros, como el expresidente de la Asamblea Nacional Bernard Accoyer, proponen ampliar los supuestos legales para poder recusar formalmente a un juez...
El Sindicato de la Magistratura se defendió alegando que el muro se encuentra en un local privado y que sus imágenes fueron "robadas", y acusó a la derecha de hacer "agitación política". Pero no ha encontrado apoyos...
La ministra de Justicia, Christiane Taubira, que en un primer momento trató de quitar importancia al asunto, tratándolo como si fuera una inocente chiquillada, ayer cambió radicalmente de actitud y -ante la imposibilidad de abrir un expediente disciplinario, por tratarse de un acto privado- solicitó al Consejo Superior de la Magistratura que diga si este hecho puede constituir un falta a la deontología. Taubira utilizó palabras extremadamente duras en el Senado para calificar el gesto de los magistrados progresistas: "inaceptable, insoportable, estúpido y malsano".
FUENTE
Un collage del Sindicato de la Magistratura ataca a figuras de la derecha | La ministra de Justicia pide al Consejo Superior de la Magistratura que se pronuncie
La cosa empezó como una broma. Es fácil imaginarse la escena. Primero uno colgó una foto en la pared, la del exministro del Interior Brice Hortefeux, por tomar un ejemplo, y anotó: "El hombre de Vichy". Después, otro siguió el ejemplo y colgó otra foto, con otra leyenda. Poco a poco, la pared se fue llenando de imágenes, un mosaico hecho de retratos de ministros, diputados, senadores, periodistas, comentaristas, intelectuales y jueces de derechas, cada uno de ellos con su etiqueta, más o menos divertida, más o menos ofensiva. Hasta que a alguien se le ocurrió bautizar el collage indelicadamente como el Muro de los Gilipollas... ¡Un desahogo!
Si este muro de los indeseables hubiera adornado una sala de reuniones cualquiera en un local, pongamos por caso, de la CGT, de Fuerza Obrera o de cualquier otro de los sindicatos franceses de trabajadores, nadie se hubiera escandalizado. La anécdota podría haber quedado reducida a una chiquillada. El problema es que la injuriosa pared -cuya existencia ha sido desvelada por el sitio de información digital Atlantico, que utilizó para ello una cámara oculta- estaba en la sede parisina del Sindicato de la Magistratura y que los autores de esta suerte de vudú son jueces. De izquierdas, pero jueces, a quienes les es exigible por tanto una absoluta neutralidad e imparcialidad.
La revelación de Atlantico ha provocado un verdadero escándalo y la derecha no ha tardado en pedir sanciones. El presidente interino de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, ha instado al Gobierno a abrir una investigación oficial. "El Gobierno no puede mantenerse en silencio", afirmó el líder de los conservadores, para quien la actitud de los magistrados del Sindicato de la Magistratura "es indigna" y un atentado contra la imparcialidad de la justicia. Algunos de sus compañeros de filas directamente señalados, como la exministra Nadine Morano, han anunciado la presentación de una denuncia. Otros, como el expresidente de la Asamblea Nacional Bernard Accoyer, proponen ampliar los supuestos legales para poder recusar formalmente a un juez...
El Sindicato de la Magistratura se defendió alegando que el muro se encuentra en un local privado y que sus imágenes fueron "robadas", y acusó a la derecha de hacer "agitación política". Pero no ha encontrado apoyos...
La ministra de Justicia, Christiane Taubira, que en un primer momento trató de quitar importancia al asunto, tratándolo como si fuera una inocente chiquillada, ayer cambió radicalmente de actitud y -ante la imposibilidad de abrir un expediente disciplinario, por tratarse de un acto privado- solicitó al Consejo Superior de la Magistratura que diga si este hecho puede constituir un falta a la deontología. Taubira utilizó palabras extremadamente duras en el Senado para calificar el gesto de los magistrados progresistas: "inaceptable, insoportable, estúpido y malsano".
FUENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario