La resignación del Gobierno con el empleo: más paro en 2015 que en 2011... ¿Es admisible?
Corría enero de 2011 y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se dejaba fotografiar a las puertas de una oficina de empleo donde se formaba una larga cola. En esa portada de El Mundo despuntaba un titular: “Cuando gobierne bajará el paro”. Hoy, casi año y medio después, su Ejecutivo se resigna a resolver el acuciante problema del desempleo y admite que habrá más paro cuando se cierre la legislatura que cuando se abrió.
Ni una sola medida importante que, verdaderamente, estimule un mercado laboral en estado crítico. El Consejo de Ministros sólo ha servido para mostrar a un Gobierno que se ha resignado a resolver la principal lacra económica y social de este país. En ese ‘ataque de realismo’ que les ha guiado, dibujan un horizonte de paro en el que en 2015, fecha en la que se acabaría la legislatura, habría más paro que cuatro años atrás. En concreto, más de 4 puntos porcentuales de incremento.
En esas previsiones macroeconómicas, plasmadas en un cuadro que ya ha publicado Alejandro, se plantea que en este 2013 se siga incrementando una ya abultadísima tasa de paro hasta superar la barrera del 27%. Sin embargo, y a pesar de que a partir de 2014 se borran los números rojos del PIB, el mercado laboral irá corrigiendo de una forma excesivamente lenta su caída: el 26,7% en 2014 y el 25,8% en 2015. Un 25,8% muy lejos del 21,5% con el que llegaron en noviembre de 2011.
Con este horizonte se demuestra la incapacidad de un Gobierno que se presentó siendo el salvador del paro y va a acabar registrando las peores cifras de la historia. Hace un tiempo, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se presentaba a los españoles quejándose por el impago de impuestos en nuestro país y admitiendo implícitamente su inoperancia para lograrlo. Ahora es el Ejecutivo, en su conjunto, el que se presenta esgrimiendo el pobre argumento de ‘Esta es la realidad… No podemos hacer más’.
Ya no importa que se trate de un drama económico pero, sobre todo, social. Ya no importa que un país con un 25,8% de paro seguirá en una coyuntura muy delicada, aunque las cifras macroeconómicas digan que la recesión desapareció. Eso parece que no importa. Ahora, para el Gobierno, solo cabe resignarse y esperar a que todo llegue sin más.
Justo el día después de haber superado la histórica cifra de los 6 millones con un paquete de medidas que, en teoría, iba a resolver el paro (así lo reclamaba el comisario Rehn ayer), admiten que no hay solución. ¿Es, realmente, admisible esta resignación?
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