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martes, 14 de mayo de 2013

FRANCIA PONDRA UN IMPUESTO A LAS TABLETS, MOVILES Y ORDENADORES PARA COMPENSAR LA PIRATERIA


Francia estudia gravar tabletas, móviles y ordenadores para compensar la piratería

Hollande encarga un informe que minimiza el castigo a las descargas ilegales e impone una tasa a fabricantes de aparatos y a distribuidores de contenidos 

Controlar el descontrol de Internet parece una tarea de colosos que ahora el Gobierno de François Holland en Francia pretende asumir a través de un nuevo impuesto aplicable a los fabricantes de tabletas, 'smartphones' y ordenadores, y también a los distribuidores de contenidos en la Red, como Google, Apple y Amazon. El objetivo es que la industria creativa del país galo reciba por medio de esta gravamen una parte de lo que pierde por la piratería.

El impuesto aún no ha sido cuantificado, pero el informe, elaborado por el expresidente de Canal+ Pierre Lescure, afirma que sería «extremadamente pequeño». Además, propone una sensible rebaja de las multas que Nicolas Sarkozy implantó para los piratas reincidentes. Así, del tope de 1.500 euros, Lescure estima que sería suficiente un máximo de 60 euros -el precio de un abono anual en una plataforma legal para escuchar música en línea. Tampoco cree recomendable cortar el acceso a Internet, una medida que colisiona con el derecho a la información y a la libertad de expresión, según ha determinado ya el Consejo Constitucional francés.


Si Hollande acepta este informe, trasladaría la presión de los consumidores de Internet que se bajan en exceso productos culturales a los fabricantes de aparatos y distribuidores en la Red. Bajo un modelo similar, el Gobierno francés ya propició en febrero un acuerdo entre Google y la Prensa del país, por el que el motor de búsqueda pagará 60 millones de euros a los editores de periódicos para compensarles por el uso de sus contenidos, que reportan a la compañía californiana 1.000 millones de euros en publicidad.

El presidente francés busca actualizar el concepto de 'excepción cultural', nacido en los años ochenta para que los grandes distribuidores de bienes culturales aportasen parte de sus beneficios a la creación. El cambio consiste ahora en proteger a los creadores que trabajan en el cine, en la música, en los videojuegos y también en la fotografía, ya que los profesionales de la cámara están entre los más perjudicados por la Red, que permite evitar con facilidad los derechos de reproducción. En cuanto al sector de los libros, el informe Lescure llama a los editores a colaborar con la Administración para controlar el préstamo de libros digitales en las bibliotecas públicas.

Apercibimientos

El plan francés recuerda al canon digital -o por copia privada- que se aplicaba en España; un tasa sobre soportes como el cedé, grabadoras y reproductores de material escrito, de audio y vídeo, derogado definitivamente por el Gobierno de Rajoy en diciembre de 2011 tras una sentencia en contra de la Audiencia Nacional. En Francia se trataría de aplicar la misma filosofía, pero más enfocada hacia el mundo de Internet.

La intención de casi despenalizar las bajadas de contenidos abusivas por parte del usuario, pero de mantener los avisos y las pequeñas multas, se basa en el hecho de que, según Lescure, una vez avisadas, las personas a las que se ha apercibido vuelven a comportarse dentro de los parámetros normales. Las ventas anuales de videojuegos, vídeos, discos y libros llegan en Francia a los 8.000 millones de euros. De ellos, casi 7.000 corresponden a las realizadas en tiendas 'fisicas' y el resto a las transacciones en la Red.

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