La polémica vuelve a sacudir a la monarquía española al conocerse que el rey Juan Carlos recibió en herencia, hace 20 años, 2,2 millones de euros de cuentas que su padre tenía en el paraíso fiscal de Suiza.
En aquel momento, esa información habría sido ya un problema para el monarca español. Pero ahora amaga con transformarse en otro montón de leña en un fuego que amenaza desde hace tiempo con convertirse en incendio y en medio del cual se han elevado voces pidiendo la abdicación del rey y la transición hacia la Tercera República.
“No estamos hablando de un ciudadano cualquiera, hablamos del jefe del Estado y el hecho de que tenga cuentas en el extranjero y las declare o no va mucho más allá de una cuestión fiscal, entra de lleno en la política”, dijo el diputado de Izquierda Unida (IU) Ricardo Sixto ante los medios de comunicación.
El tema se suma a la imputación por corrupción del yerno del rey, Iñaki Urdangarín, investigado por la Justicia por haberse apropiado de seis millones de euros de dinero público junto a su ex socio en el Instituto Nóos, Diego Torres.
Este ha revelado información que implica directamente a la Casa Real española en un escándalo que ya de por sí ha supuesto el peor golpe para la monarquía en los 37 años de reinado de Juan Carlos.
Ahí está también el tema de la “amiga entrañable” del monarca, la princesa germano-danesa Corinna zu Sayn Wittgestein. Su nombre saltó a la prensa española cuando hace un año se supo que acompañaba al rey en la famosa cacería de elefantes en Botsuana por la que que Juan Carlos acabó pidiendo perdón a los españoles.
Y este febrero revolucionó a la opinión pública española al declarar en una entrevista haber hecho trabajos de tipo “delicado” y “clasificados” para el Ejecutivo español.
Este escenario ha propiciado una fuerte caída en la valoración que el pueblo hace de la monarquía.
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