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martes, 4 de octubre de 2011

ESPAÑA TAMPOCO CUMPLIRA EL OBJETIVO

España pincha: no cumplirá este año el objetivo de déficit público

Grecia y Portugal no están solas. Al menos en cuanto a incumplimiento de los objetivos de reducción del déficit público. El consenso de los expertos -en el que participan los 18 institutos de coyuntura más importantes del país- da ya por hecho que España no está en condiciones de cumplir su compromiso de situar este año el déficit público en el 6% del Producto interior Bruto (PIB).
Al contrario, los expertos colocan el desequilibrio presupuestario del conjunto de las administraciones públicas en el 6,5% del PIB. La desviación es igualmente importante para el año 2012. El Gobierno se ha comprometido a rebajar la diferencia entre ingresos y gastos hasta un 4,4%, pero los analistas de coyuntura la sitúan en el 4,9%.
El hecho no tendría mayor relevancia en un contexto de normalidad financiera, pero ocurre que los mercados penalizan los incumplimientos, y eso explica los recortes bursátiles de ayer y el aumento de la prima de riego con Alemania (hasta el entorno de los 330 puntos básicos). La interinidad del Gobierno -con una campaña electoral que en realidad durará cuatro meses- influye también en los resultados.

La Comisión Europea, de hecho, se mueve en la misma dirección, y sus últimas estimaciones colocan el déficit en el 6,3% este año y el 5,3% el próximo, en ambos casos por encima de lo pactado con Bruselas.
El consenso de Funcas se mueve en una horquilla situada entre 6,1% y el 7,1%, lo que significa que ningún instituto de coyuntura confía en las previsiones del Gobierno. El más cercano a las tesis del Ejecutivo es el servicio de estudios de Repsol, mientras que, en sentido contrario, se sitúan Ceprede y Analistas Financieros Internacionales (AFI), que descartan que el desequilibrio presupuestario vaya a bajar del 7% este año. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se suma a esta tesis y en su último informe sobre España sitúa el desequilibrio fiscal en el 6,2%, con un saldo estructural negativo (no achacable al ciclo económico) equivalente al 4,7% del PIB:
En opinión de los expertos, la causa de ese incumplimiento tiene que ver con tres factores. El empeoramiento de la actividad económica en España coincidiendo con un “agravamiento de la crisis de la deuda soberana” en Europa, el “aumento” de las tensiones en los mercados financieros y una “desaceleración” del crecimiento mundial.
La economía “empeora”
En este contexto tan adverso, nadie apuesta por una recuperación de las finanzas públicas. Principalmente, debido a que la actividad económica continúa deteriorándose. En palabras de Funcas, ahora dirigida por Carlos Ocaña, ex secretario de Estado de Hacienda, “los indicadores disponibles relativos al tercer trimestre apuntan a un empeoramiento de la actividad económica”. Es decir, que las cosas, lejos de mejorar, empeoran, con las consecuencia que de ello se derivan para el empleo y la solvencia de las cuenta públicas.
Los panelistas hablan sin tapujos de que para el tercer y el cuarto trimestre de este año se espera un “práctico estancamiento económico”. Hasta el punto de que para 2012 se ha recortado la previsión de crecimiento hasta el 1%, cinco décimas menos que la oleada precedente.
Durante este año, el PIB crecerá incluso menos, un 0,8%, lo que significa que tanto en 2011 como en 2012 la economía española continuará sin crear empleo.  Según el consenso de los expertos, este año se destruirán unos 180.000 puestos de trabajo, mientras que el año que viene el mercado de trabajo permanecerá estancado, lo que provocará un ligero aumento del desempleo por el crecimiento de la población activa. A la luz de estos datos, las previsiones para la tasa de paro media anual se han elevado hasta el 20,8%, tanto para 2011 como 2012. Es decir, uno de cada cinco trabajadores habrá estado es desempleo durante al menos un quinquenio desde que comenzó la crisis.
El incumplimiento de los objetivos de consolidación fiscal tiene que ver, sobre todo, con el comportamiento de las administraciones periféricas, que controlan dos terceras parte del gasto público. Pero también con el comportamiento de la recaudación, que sigue bajo mínimos. En palabras del consenso de expertos, la evolución de las cuentas públicas “ha empeorado recientemente como consecuencia de la caída de la recaudación en el impuesto de sociedades”.  Mientras que la recaudación total por IRPF e IVA sigue creciendo, “aunque a un ritmo decreciente”.  

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