Cinco motivos por los que la economía española no va a mejorar
De ninguna de las maneras debemos interpretar el dato de hoy de la bajada del desempleo como una señal de que la economía española pudiera estar mejorando. Los brotes verdes sólo hacen acto de presencia en los discursos políticos de nuestros dirigentes, nada más. En mi opinión, son cinco las razones fundamentales por las que considero que la economía española no va a mejorar ni a corto ni a medio plazo:
1. Dejando a un lado la pantomina estadística de los datos de desempleo proporcionados por los Servicios Públicos de Empleo, lo cierto es que en nuestro país hay más de 6,2 millones de parados, según la última Encuesta de Población Activa. Esta situación lastra el consumo, lo que a su vez impide el crecimiento de las empresas. Mención a parte merecen la cantidad de recursos públicos que hay que destinar para sostener a estas personas.
2. Si en algo coinciden las distintas estimaciones conocidas hasta la fecha, desde las del propio Gobierno hasta las de otros organismos como el Banco de España, Funcas, el FMI o la Comisión Europea, es que el PIB se contraerá alrededor del 1,5 % durante este año, lo que a su vez provocará que siga destruyéndose empleo.
3. El desequilibrio de las cuentas públicas cerró 2012 en el 6,98 % del PIB (10,6 % si contabilizamos el rescate del sector financiero) pese a los ajustes y recortes titánicos aplicados por el Gobierno. En ausencia de los mismos, la reducción en los próximos años no será demasiado sustancial. Es más, tanto el FMI como la Comisión Europea coinciden en que volverá a aumentar en 2014.
4. A finales de 2012 la deuda pública ascendió al 90,69 % del PIB y se espera que supere el 100 % en 2017, si no antes. España está enganchada al dinero ajeno y no hay solución cortoplacista que ponga fin a esta adicción. La principal consecuencia de esta situación es que el pago de intereses ya representa un porcentaje desorbitado en el apartado de gastos públicos de los Presupuestos Generales del Estado (y seguirá creciendo).
5. Nuestro tejido productivo carece de la diversificación necesaria que haga que la economía crezca pese a que algún sector pase una mala época. Nuestra dependencia del sector inmobiliario es tal que el fallecimiento del mismo ha arrastrado hacia el abismo a otros sectores tras él. ¿Se recuperará pronto? Imposible, hay que buscar inmediatamente a otra gallina de los huevos de oro.
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