El contraataque de un ex banquero
vaticano injustamente destituido
Ettore Gotti Tedeschi dejó la presidencia del IOR bajo acusaciones de lavado. Ahora, la Justicia dice que fue al revés: él quiso poner a la institución en línea con las normas antiblanqueo y por eso lo echaron
Tras dos años de vía crucis, el destituido presidente del Instituto de las Obras de Religión (IOR), nombre oficial del banco vaticano, ha sido rehabilitado por los jueces italianos, que, en un fallo muy duro, apuntan contra la junta del banco –manejada por el cuestionado ex secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, a quien Francisco reemplazó pormonseñor Pietro Parolin, en octubre del año pasado–.
La denuncia por lavado de dinero se inició en 2010 a causa de una transacción que involucró a una cuenta del Vaticano y que originó una incautación de 23 millones de euros (31,5 millones de dólares). Por esta denuncia, fueron investigados Gotti Tedeschi y el gerente general del banco.
Ahora, tras su absolución en febrero, el ex gerente difundió una declaración firmada por sus abogados. Allí se informa que el juez de Roma declaró que el ex titular del IOR no tuvo nada que ver con las operaciones diarias del Instituto de Obras Religiosas y que, por el contrario, trabajó para adecuar el banco a los estándares internacionales en materia de lavado de dinero.
El comunicado también anuncia que el banquero iniciará acciones legales contra quienes lo difamaron y acusaron falsamente.
La investigación de la Justicia italiana exculpa a Gotti Tedeschi, pero no al resto de los directivos del banco: al contrario,considera demostrado que "la violación de la normativa por parte de los dirigentes operativos del IOR no era episódica" y que los miembros de la junta "tenían consciencia sobre los problemas que la no aplicación (de las normas antilavado) podía acarrear".
La Justicia también sostiene que "Ettore Gotti Tedeschi no sólo era totalmente ajeno al modus operandi" de la dirigencia operativa del Instituto, sino que había "actuado claramente para llegar a un régimen jurídico siguiendo criterios y reglas" que evitarían la repetición de estos comportamientos.
Lo sucedido con Gotti Tedeschi es digno de una trama conspirativa. Y el banquero tiene razón cuando acusa a los miembros de la junta del banco de causar "grave daño" a la Santa Sede al despedirlo.
Vale recordar que Gotti Tedeschi fue convocado por Benedicto XVI para sanear las finanzas y transparentar el funcionamiento del banco, siempre sospechado de dar cobertura a operaciones de lavado de dinero, al amparo de la soberanía vaticana.
El banquero contó para esta tarea con el respaldo del cardenal Attilio Nicora, entonces presidente de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede, pero chocó de inmediato con la resistencia del entonces secretario de Estado, Bertone.
De todos modos, puso manos a la obra y elaboró una nueva normativa, para cuya redacción convocó a dos grandes expertos italianos, Marcello Condemi y Francesco De Pasquale, ambos con experiencia en el Banco de Italia. El resultado fue la ley 127, que entró en vigor el 1º de abril de 2011. Inmediatamente después, Benedicto XVI creó por decreto una Autoridad de Información Financiera, al frente de la cual nombró al cardenal Nicora, y la dotó de poderes sobre todos los movimientos de dinero de la Santa Sede.
Pero esta iniciativa generó una inmediata contraofensiva de quienes vieron afectados sus privilegios. La dirección del IOR, la Secretaría de Estado y la Gobernación (administración vaticana) alegaron que la normativa de Gotti Tedeschi lesionaba la soberanía vaticana y la dejaba a merced de poderes externos, tanto bancarios, como políticos y judiciales.
No se quedaron en la crítica, sino que hicieron elaborar una nueva ley, con la cual remplazaron la anterior y limitaron los poderes de inspección de la Autoridad de Información Financiera, sometiéndolos a los de la Secretaría de Estado.
Tanto Nicora como Gotti Tedeschi señalaron que esto constituía "un paso atrás" y advirtieron que le costaría a la Santa Sede la no admisión a la "white list", es decir, al grupo de Estados que respetan las normas antilavado.
El siguiente paso fue la denuncia contra Gotti Tedeschi, que acarreó su salida de la presidencia del IOR en medio de un escándalo.
Ahora, la Justicia lo ha rehabilitado y en el IOR ha habido grandes cambios, en el marco de una reforma financiera global emprendida por Francisco.
En una entrevista con el diario italiano Il Messaggero, el secretario del papa Benedicto XVI, Georg Gänswein, aseguró que Gotti era muy apreciado por Joseph Ratzinger.
Entre las muchas especulaciones sobre la renuncia del anterior Papa, una de las causas señaladas fue precisamente la resistencia que la Curia romana opuso a los cambios que Benedicto XVI deseaba llevar adelante. Una de ellas, la del Banco Vaticano, le costó el cargo a Gotti Tedeschi y afectó su prestigio, que era muy alto y que fue precisamente una de las razones por las cuales fue convocado por el Papa de entonces a la presidencia del IOR.