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martes, 28 de enero de 2014

ARGENTINA: LA PRESIDENTA CULPA A LOS BANCOS DE LA DEVALUACION DEL PESO


Cristina Kirchner culpa a los bancos de la devaluación del peso

  • 'Son los de siempre. Los que se quedaron con tus ahorros en 2001', acusa la presidenta

  • Es la primera vez que se pronuncia desde que comenzó la crisis del peso argentino




Cristina Kirchner y Dilma Rousseff se abrazan durante su encuentro en...
La presidenta argentina Cristina Fernández, viuda de Kirchner, que se encuentra en Cuba aguardando al inicio de la cumbre de la CELAC, acusó este lunes a los bancos de "presiones especulativas" contra el peso, que se ha devaluado 18,5% en lo que va de año.
"Sólo a través de los bancos se pueden hacer todas las maniobras especulativas de los mercados", disparó por twitter desde La Habana, donde descansa junto a su hija Florencia.
Pero la filípica de la mandataria no ha sido solamente contra las entidades financieras. La jefa de Estado acusó de "complicidad" con aquellos a los "grupos económicos, exportadores e importadores, entre otros".
"Parece que algunos quieren hacernos comer otra vez sopa, pero además con tenedor ¿Quiénes? Los mismos de siempre", ironizó.
Y los identificó como los que "se quedaron con tus ahorros en el 2001 (cuando el corralito) y te lo tuvimos que pagar nosotros, con el (título público) boden 12".
Incluso confió que en la comida que compartió el domingo con Fidel Castro y su familia habló al líder cubano de "las presiones especulativas sobre los tipos de cambio de los países emergentes".
La bronca de la Presidenta sobresale entre las reacciones del gobierno, pues hace sólo unas horas el ministro de Economía, Axel Kicillof, había acusado de lo que llamó "ataque" devaluatorio" al directorio de la petrolera Shell, que el jueves pasado compró dólares para importar.
Pese a la apertura parcial del 'cepo' al dólar que el gobierno decretó este lunes, en los bancos y casas de cambio los billetes estadounidenses a precio oficial, 8 pesos, no han salido a la venta en los bancos y las casas de cambio de la 'city' porteña.
Así, pues, el intento de la Casa Rosada por frenar la galopante devaluación del peso, de momento, no resultaba positivo. La moneda nacional ha caído 20 centavos en su cotización en el mercado paralelo o negro, y cerró al valor de 12,15 por cada dólar.
El gobierno argentino concretó este lunes la autorización a los ciudadanos para que compren divisas con fines de ahorro, que había prohibido en 2011, pero con tantas barreras que la mayoría de los interesados no accederá a ello.
El economista Daniel Sticco hizo los cálculos en el diario económico Infobae y estableció que "menos de un cuarto de los trabajadores" ganan los 7.200 pesos al mes (900 dólares al cambio oficial), puestos como límite por el palacio de Hacienda para autorizar a la compra de divisas. "Es un umbral muy alto para la realidad socioeconómica de la Argentina", consideró.

lunes, 27 de enero de 2014

ARGENTINA: EL PESO SE DEVALUARA UN 50% SEGUN PREVEE MOODY´S


Moody's vaticina una devaluación adicional del 50% del peso argentino

Moody's peso argentino



La brusca devaluación experimentada por el peso argentino la semana pasada, la mayor de los últimos doce años, perjudicará especialmente a bancos, empresas aseguradoras y titulizaciones del país, explica la agencia Moody's, que cree que no será la "panacea" para sus problemas soberanos.


En el informe de perspectivas semanal que ha publicado hoy la agencia estadounidense, Moody's señala que la medida cambiaria no está acompañada de ningún plan evidente para frenar el efecto inflacionario de la devaluación. Moody's calcula que la moneda argentina se devaluará aún un 50% este año y que la inflación superará el 30%. 

Aunque la devaluación puede contener temporalmente la presión sobre las reservas de divisas, no está claro cuáles son los planes del Gobierno para limitar la fuga de capitales, controlar la inflación y restaurar la confianza de los inversores. 

Por lo tanto, prosigue el informe, la calidad crediticia de Argentina seguirá siendo negativa a corto plazo. En relación con el sector privado, las empresas que generan flujos de caja en Argentina y tienen deuda en dólares se verán muy afectadas por la subida de la inflación; en concreto, la devaluación repercutirá negativamente en la calidad de los activos de la bancos, al reducir el consumo privado e incrementar la morosidad. 

Además, la subida de la inflación reducirá su rentabilidad al aumentar los gastos operativos. Por lo que respecta a las aseguradoras, reducirán sus beneficios, dice Moody's, y verán como se incrementan sus gastos, sobre todo en el ramo de vida.
FUENTE

domingo, 26 de enero de 2014

ARGENTINA SE CAE POR SU PROPIO PESO


Argentina se cae por su propio peso

Una inflación desorbitada, el pulso del Gobierno con las eléctricas, una política cambiaria errante y el vacío de poder en la Casa Rosada, llevan a la economía argentina directa hacia la tormenta




La economía argentina juega al eterno retorno, repite una vez más los errores del pasado. Una inflación desorbitada, el pulso del Gobierno con las eléctricas, una política cambiaria errante y el vacío de poder en la Casa Rosada llevan a las finanzas kirchneristas directas hacia la tormenta.
A nosotros nos alcanzó la marejada por las fuertes relaciones económicas de nuestro país con América Latina. Tras hacerse pública la depreciación del peso un 3,47%, el Ibex 35 perdía un 3,64% al cierre de mercado, anotándose su mayor caída desde febrero de 2013.
Economistas y medios especializados atribuyeron la abrupta devaluación del peso argentino a un intento gubernamental de actualizar el tipo de cambio, que se encuentra retrasado respecto al valor de mercado, lo que perjudica las reservas internacionales, en su nivel más bajo desde 2006. Pero, ¿cómo hemos llegado a este punto?

«La fiesta del consumo se ha acabado»

Durante la última década, el Gobierno argentino ha dejado a la deriva su política económica de mercado, centrado en el populismo del subsidio, que alcanza desde el transporte público hasta las políticas sociales.
Esta política manirrota ha disparado la inflación, que roza en estos momentos el 30%. Argentina es junto con Venezuela uno de los enfermos inflacionistas de América Latina.
En un amago de controlar los precios, Kirchner infló la tasa de cambio oficial hasta un nivel irreal, abaratando las importaciones, pero impidiendo a la industria local competir internacionalmente.
La Casa Rosada se vio obligada a acudir a las reservas internacionales del Banco Central, que cayeron un 20% en 2013, alcanzando su nivel más bajo en los últimos 7 años y amenazando con quedarse sin fondos para hacer frente a sus vencimientos de deuda o sus importaciones energéticas, provocando el colapso.
En este contexto, el Gobierno trató de dificultar el acceso de los ciudadanos al dólar, a través del llamado cepo cambiario, un mecanismo que impedía o dificultaba a los particulares comprar dólares. El problema es que con este mecanismo solo se consiguió crear un mercado paralelo en donde el dólar se vendía a casi el doble de la cotización oficial.
La depreciación del peso argentino sobre el dólar, que alcanzó hace dos días niveles que no se veían desde el corralito, han obligado al Gobierno de Argentina a recular en su política cambiaria. En palabras del Gobierno, la razón es que el precio del dólar «ha alcanzado un nivel de convergencia aceptable para los objetivos de la política económica».
En la opinión de Rogelio Núñez, Investigador de IELAT (Instituto de Estudios Latinoamericanos) la política económica del kirchnerismo está agotada. En otras palabras «se ha acabado la fiesta del consumo y ahora toca pagar». ¿Y a quiénes les tocará pagar? «A los asalariados como en todas las crisis argentinas», considera Núñez.

Vacío de poder

Estas decisiones se suman a la enfermedad de Cristina Fernández de Kirchner, que ha permanecido 40 días alejada de los focos, creando un vacío de poder que llega en el peor momento, ya que el desgaste del Gobierno ya era importante.
En la opinión de Rogelio Núñez «en Argentina se está produciendo el síndrome del pato cojo», es decir, «la presidencia está llegando a su recta final, no solo por la enfermedad de Cristina, sino porque el Gobierno sencillamente ha perdido credibilidad».Las elecciones de octubre fueron prueba y consecuencia de ello, también los asaltos y la creciente inestabilidad social. A eso se añade el pulso que el Gobiernomantiene con las eléctricas, y los sucesivos cortes de energía en la peor ola de calor que recuerda Argentina. En su opinión, «pruebas de que estamos asistiendo al fin del modelo económico kirchnerista».

El eterno retorno

Argentina repite los errores del pasado. La historia de Kirchner recuerda (aunque en menor medida) a la de Raúl Alfonsín en los 80, cuando la inflación mensual alcanzaba el 20% y la deuda externa rondaba los 45.000 millones de dólares.
Además, el famoso «cepo» no deja de ser un «corralito» de segunda. Si en 2001 se prohibió a los argentinos que sacaran efectivo del banco para adquirir dólares, ahora directamente se les prohíbe comprar esos dólares. «El cepo es al ‘modelo’ lo que el corralito fue a la convertibilidad» considera Martín Tetaz, investigador del Instituto de Integración Latinoamericana.
También el economista argentino Roberto Frenkel predijo hace un tiempo que las consecuencias que implicaría el forzoso abandono del cepo cambiario serían equiparables a las que dejó el corralito financiero de la crisis del 2001. La dirección tomada ahora parece la correcta pero la inflación continúa siendo un gran problema.
Las consecuencias de este viraje inesperado están por verse, pero lo cierto es que en el caso de Argentina la historia suele repetirse. «Llevan igual durante los últimos 30 años», considera Rogelio Núñez. Los argentinos y la economía parecen condenados a no entenderse.

sábado, 27 de abril de 2013

Argentina. Bailando un tango al borde del precipicio

                                               argentina

No hace mucho un empresario chileno me comentaba, después de más de 30 años invirtiendo en proyectos empresariales en Argentina al fin ya he aprendido, nunca más voy a invertir en ese país ya que la plata (dinero) que metes, siempre por una causa o por otra nunca más la puedes volver a sacar, es cómo si la metieras en agujero negro.
Si la expropiación a Repsol de YPF fue sonada, las empresas españolas que quedan en Argentina ya pueden ir temblando. El gobierno de Cristina Fernández necesita dinero, y como en el caso de YPF para los gobiernos populistas el corto plazo lo es todo y la caja que acumulan algunas empresas españolas son un tesoro demasiado tentador al que no meterle mano. Da igual que esta caja pueda ser necesaria para que las empresas puedan invertir o sea un justo retorno del capital invertido, cuando has llevado una política económica desastrosa y tienes el crédito cortado, sólo tienes una opción, confiscar cualquier atisbo de riqueza, para poder mantener el status quo del poder político al menos hasta las próximas elecciones.
Cuando lo que está en juego es la supervivencia de la clase política dirigente, no hay enemigos ni se hacen prisioneros. Que se lo expliquen a Brufau y alguien también se lo tendría que explicar a Alierta. Por mucho que el canal de TV de Telefónica sea amable con el actual régimen, o por mucho que se quiera ayudar a financiar una eventual compra del 11% de YPF aún en manos de Repsol para los amigos de Cristina Fernández, hechos los favores, van a ir a por la caja.
Por mucho que lo intente ocultar, la gestión económica del gobierno de Cristina Fernández y su rasputín en la corte Alex Kicillof, es simplemente nefasta. Un manual de populismo económico barato, sin rumbo ni sentido, que vuelve a llevar a un país con enorme recursos a la quiebra. Destruyendo cualquier atisbo de lo que se podría denominar empresa y fomentando una nueva clase empresarial, creando un nuevo sistema económico que podríamos denominar el de los empresarios públicos. Es decir sectores enteros en donde se elimina la competencia y en donde los empresarios afines al régimen se harán oro.
En este nuevo sistema económico se eliminan los stakeholders tradicionales (ya no hay clientes, ni proveedores, ni empleados, ni accionistas), sólo son necesarios dos actores, por un lado el Gobierno y su casta política y por el otro los empresarios “amigos” o los “elegidos”. Ambos se van a llenar de dólares, mientras el sistema se va pudriendo y derrumbando a su alrededor.
Obviamente el Gobierno tiene que vender lo invendible, mientras baña con populismo las medidas drásticas que tiene que ir tomando para que no se desmorone el castillo de naipes. Control de divisas, extorsión a medios de comunicación, nacionalización de empresas, y sobretodo falsear cualquier tipo de dato económico que les pueda mostrar a los ciudadanos cual es la realidad. Un buen ejemplo lo teníamos ayer con la entrevista que os pusimos al Ministro de Economía Argentino y la incómoda pregunta sobre el dato de inflación (roza la tragicomedia)
Mientras Cristina Fernández, llama tontos a los argentinos que compraron dólares, y el tipo oficial está en 5,17 pesos un dólar, la realidad es que en el mercado no oficial, el dólar paralelo se cambia a 9,15 pesos 1 dólar, hay protestas masivas en las calles y el país está al borde del default técnico si se acaba de confirmar la sentencia emitida por un tribunal de NY que protege a los inversores de bonos que no aceptaron la quita.


Mientras tanto el Gobierno Argentino presume de reducir las tasas de pobreza. Por no tener vergüenza no les da vergüenza ni el calibre de la mentira, ya puestos imagino que cuanto más gorda mejor. Según la versión oficial la pobreza afecta sólo al 5,4% de los Argentinos y el gobierno da por oficialmente resuelto el problema de la pobreza en el país. Ni en Suiza tienen esa cifra. Pero en Argentina han decidió que una familia de un matrimonio con 2 hijos que gane más de $300 dólares al mes ya no es pobre. Así que problema resuelto.
Si consideras que una familia de cuatro miembros que gane menos de $600 dólares al mes es pobre, entonces la tasa de pobreza en Argentina pasaría del 5,4% a casi el 27%. No hay nada mejor para resolver los problemas económicos que cambiar los indicadores. Cuando la simple mentira ya no es suficiente para ocultar la realidad de una economía que se desintegra, entonces ya entras en la fase de la estrategia de la langosta. Confiscar cualquier riqueza a la que el poder político pueda acceder aún que sea a costa de arrasar con el futuro.

FUENTE