El PP teme la declaración de Lapuerta
Los populares están preocupados por si, por la edad o los accidentes que ha sufrido, a Álvaro Lapuerta "se le puede ir la cabeza". También les inquieta que cambie su versión de los hechos, como hizo Luis Bárcenas, y meta al Partido Popular en un nuevo lío
Creen que si dice algo que comprometa a la formación conservadora va a ser difícil desmarcarse de él porque en numerosas ocasiones se ha ensalzado su honorabilidad y hasta Cospedal le ha defendido diciendo que en el PP su labor jamás ha recibido "crítica o tacha de nadie".
Álvaro Lapuerta acude el próximo lunes día 4 de noviembre a declarar como imputado a la Audiencia Nacional. En un principio se descartó porque había sufrido graves alteraciones neuropsíquicas provocadas por dos caídas que le mantuvieron varios días en coma. Los forenses dijeron que no estaba en condiciones de hacerlo pero tras un informe médico en el que se detectaba una mejoría, el juez Ruz no dudó en convocarlo.
Fuentes de la cúpula del PP y del Gobierno admiten que están preocupados por lo que pueda pasar. Primero porque no saben lo que puede decir. Sin querer herir sensibilidades, sobre todo las de su familia, destacan que es un hombre muy mayor, de 86 años, que fue hospitalizado y no descartan que, por eso mismo, "se le pueda ir la cabeza" y meta a los conservadores en un nuevo lío.
Segundo, recuerdan que cuando él fue nombrado tesorero por Aznar, a principios de los 90, heredó a Bárcenas como gerente hasta que este último fue ascendido en el cargo por Rajoy en el Congreso de Valencia en 2008. Durante muchos años estuvieron trabajando juntos y tenía que conocerle muy bien. Por eso a algunos les inquieta que se le ocurra salir en su defensa en alguna cuestión y a otros que, peor aún, llegue a dar validez a alguna de sus afirmaciones.
La señal de alerta en el PP se activó el pasado mes de agosto. Entonces, Lapuerta, ante la posibilidad de volver al juzgado, dejó en el aire si cambiaría o no su versión de los hechos cuando le preguntó por ello un reportero de Cuatro: "Eso se sabrá entonces". Esa enigmática respuesta abrió un nuevo e incierto escenario para el Partido Popular.
Su comentario llegó después de conocerse el contenido de las comparecencias de Arenas, Cascos y Cospedal quienes, entre muchas loas, terminaban por señalarle a él como el hombre que recibía las donaciones y pagaba sobresueldos, eso sí, legales y declarados. Días después, el diputado Vicente Martínez-Pujalte, ponía la puntillaequiparando a Lapuerta con Bárcenas: "Tanto monta, monta tanto".
Los hijos pidieron en un comunicado que no se utilizara a su padre como "chivo expiatorio" y a los conservadores les inquieta que ahora él pueda devolvérselo comprometiéndoles de alguna forma. Este es un momento muy delicado para el PP. En estos últimos meses, la dirección nacional ha tratado de desacreditar a Luis Bárcenas tachándole de "delincuente" e intentado que por todos los medios la atención se centrara en el dinero de sus cuentas en Suiza. Ahora, en principio con la declaración de Lapuerta, los populares podrían desvincularse por completo del extesorero. Sobre todo si este vuelve a negar, como ya hizo hace unos meses, la supuesta contabilidad en negro del PP.
Pero no las tienen todas consigo. Sobre todo porque si Lapuerta realiza algún tipo de acusación, va a ser muy difícil desmarcarse de él tras ensalzar su honorabilidad. En julio, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, salió en su defensa. Fue después de que la familia de Lapuerta denunciara los "extraños" accidentes que había sufrido. La mano derecha de Rajoy en el partido destacó su labor diciendo que "nunca ha recibido crítica y tacha de nadie".