El distrito berlinés de Kreuzberg se ha convertido en el lugar del mundo con mayor densidad de negocios que aceptan bitcoins, según informa The Guardian.
Cafés, pastelitos o un disco de los Beatles, intercambiar bienes y servicios por un 'puñado de bits' se está convirtiendo cada vez más en algo habitual.
Pero, ¿por qué clientes y comerciantes aceptan como medio de pago una 'moneda' sin ningún tipo de respaldo oficial y sujeta a los caprichos de la oferta y la demanda para conservar su valor? Simplemente por una cuestión de fe.
La gente compra bitcoins confiando en que esa inversión le servirá o bien para comprar cosas, o bien para volver a venderlos por dinero real. En cuando dos personas deciden que un objeto, sean chapas, cromos o guijarros sirven para hacer una transacción, el trato está hecho, y ese objeto hace la misma función que los dólares, euros o yenes.
El barrio de Kreuzberg es una zona donde la gente tiene mucha conciencia política, la crítica y el debate sobre el sistema establecido es habitual, con lo que era el lugar perfecto para que surgiera un mercado de Bitcoins.
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