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martes, 11 de febrero de 2014

ESPAÑA: JOAQUIN LEGUINA: " ZP HA SIDO EL PEOR PRESIDENTE Y A LO MEJOR ENTIERRA AL PSOE "


El desquite de Leguina: “ZP ha sido el peor presidente y a lo mejor entierra al PSOE”


Joaquín Leguina brinda junto a Esperanza Aguirre en el aniversario de la Constitución. (EFE)
Joaquín Leguina piensa que el PSOE corre el camino de hacerse el harakiri. “O se autorreforma o peligra su supervivencia”. El expresidente de la Comunidad de Madrid hace balance de las “ocurrencias” de los años delzapaterismo, en los que, a su juicio, su generación política fue liquidada por otra –mucho más joven– sin méritos y obsesionada por la imagen, que ha llevado al partido “a la ruina política y a la trivialidad ideológica”. Así lo cuenta en Historia de un despropósito, su último libro, en el que Leguina se permite sus propias vendettas contra el Maquiavelo de León.
Pregunta: ¿Cómo cree que pasará a la historia José Luis Rodríguez Zapatero?
Respuesta: Ya lo dice él mismo. La discusión es si es el peor presidente del Gobierno o no. Lo dice él: “Todo el mundo me pregunta si he sido el peor presidente o no”. Lo malo es que a lo mejor queda que enterró también al PSOE. Eso no lo sé.
Leguina apenas puede encontrar adjetivos positivos para calificar los últimos años de la historia del PSOE que arranca con esa “dulce derrota”, como la calificó Alfonso Guerra, en las elecciones de 1996, y los polvos que, engendrados entonces, devinieron en estos lodos tras la elección de Rodríguez Zapatero como secretario general del PSOE en el año 2000. “Aquella derrota representó el final político de una generación a la que por edad, por ideas, y por experiencias vitales pertenezco. Pero no fui capaz entonces de percibir que aquello era el final”, confiesa en su libro en el que no se corta un pelo a la hora de repasar lo que ha pasado desde entonces.“Se hizo una masacre, no en el sentido sangriento, pero sí en el sentido de que no quedara nada. Por una razón puramente demográfica. Si tienes una pirámide invertida donde la cabeza es más grande que los pies, cortas la cabeza, y los pies, como se está viendo, no funcionan. ¿Por qué? Porque no hay alternativa”, explica.
“Los políticos que sabemos escribir tenemos la obligación de hablar del pasado”, se autojustifica. “El pasado es lo único seguro, el futuro no existe. Aquí eso se niega porque los aparatos de los partidos están muy interesados en no cambiar nada, que no se hable de nada y que no se analicen sus políticas de verdad. Están metidos en el día a día y en el “y tú más” y no hay forma de reflexionar con ellos. Alguien tiene que hacerlo y a mí me toca hacerlo”.
P.: ¿El PSOE no está en esa clave de analizar lo que ha pasado?
R.: No quieren analizar nada. Se niega y así nos luce el pelo. Si no analizas los errores que has cometido, es bastante fácil saber qué pasara en el futuro, volverán a cometerlos. Yo creo que Zapatero ha sido un bulldozer que ha acabado no sólo con mucha gente, sino con muchas ideas adquiridas y ya probadas del socialismo democrático. Era una obligación denunciar eso, señalar, criticar, razonar… No sólo las ocurrencias de cada día, que han sido demasiadas, sino también los basamentos, entre comillas, teóricos, que tenía este sujeto.
Zapatero ha sido un bulldozer que ha acabado con mucha gente y con muchas ideas adquiridas del socialismo democrático
P.: La consecuencia natural de aquella nueva generación que tomaba el mando es que la sucesora de todo aquello hubiera sido Carme Chacón. ¿Qué ha pasado entonces para que un veterano de primera hora como Rubalcaba haya sido el relevo?
R.: Lo de Carme Chacón era un escarnio. Era repetir la misma jugada, con los mismos argumentos: la juventud… Pero, oiga, usted mire dónde nos ha llevado con la sonrisa de la juventud de este caballero. A la ruina. No repita usted la jugada. Yo creo que los zapateristas que han estado en primera línea, como es el caso de Carmen y su esposo (Miguel Barroso), al que, en fin, habría que echar de comer aparte, debían haber dado un paso atrás. Les ha pasado como cuentan del general Narváez. Que cuando se estaba muriendo, vino un confesor que le dijo que tenía que perdonar a todos sus enemigos. Y Narváez le respondió: "Mire, señor cura, yo no puedo hacer eso. No puedo hacerlo porque los he matado a todos". Estos mataron a demasiada gente y, ahora, ¿qué recambio se ve? Porque yo no lo veo.
P.: Se supone que en las próximas primarias se verán esos supuestos candidatos al recambio…
R.: Un líder de un partido como el PSOE tendría que haber trabajado en algo antes de meterse en la política. Debería ser una exigencia de los estatutos de todos los partidos. Que no se pueda llegar a la cumbre de la política sin haber trabajado en nada. No puede ser. Es una elemental defensa de la política. A eso hay que oponerse y hay que exigirlo.
Eso es un problema que tiene el PSOE exageradamente y, por lo que yo sé, también lo empieza a tener el Partido Popular. Nosotros, es que miras alrededor, y ves gente que no ha terminado la carrera porque no le ha dado la gana, gente que hizo la primera comunión y se metió en las juventudes socialistas… Lo primero que haría es decir que nadie entrase en un partido sin haber trabajado antes en algo, aunque fuera de peón.
P.: ¿Susana Díaz es el mejor ejemplo de esos nuevos políticos profesionales?
R.: Claro es que Susana Díaz no es la única ni es un caso raro. Es el caso más frecuente. Tampoco ha trabajado nunca. Esto es muy duro de tragar para un ciudadano normal y corriente.
P.: En el libro señala que ha llegado la hora de “abandonar esa dejadez tolerante que ha permitido crecer a los nacionalistas”. ¿Comparte las tesis del PSOE a favor de una reforma federal de la Constitución?
R.: No. No porque no crea que un sistema federal para España vendría bien, sino porque ya lo tenemos. Que me digan a mí en qué se diferencia el sistema federal de Alemania o de Estados Unidos con las autonomías españolas. Lo que yo me temo es que a través de una reforma de la Constitución lo que se quiere es eliminar el artículo 2 de la Constitución. Es una locura. Eso no se puede negociar. Por eso, me parece que no son todas buenas intenciones. ¿Que hay algunas cosas que cambiar en la Constitución? No tengo la menor duda, pero eso en Estados Unidos se llama enmienda, no reforma.
P.: De todos modos, parece que voces como la suya o la de Rodríguez Ibarra o Corcuera, que también se han manifestado en este sentido, ya no pintan mucho en el debate interno del PSOE.
R.: No sé si cuentan o no, pero yo creo que dentro de un partido las cosas que están bien pensadas y son razonables deberían contar y las ocurrencias deberían ser eliminadas. Esas voces no son ocurrencias. Son recordatorios de lo que ha sido el Partido Socialista. En la historia del Partido Socialista hay cosas buenas y malas, como en cualquier historia, pero no hay esos bandazos ideológicos. Si el PSOE fue una de las piezas fundamentales cuando se creó esta Constitución, ¿en qué andamos ahora?
P.: Cree que esta idea de reformar la Constitución es una “ocurrencia”…
R.: Andamos ahora en el diferencialismo y la equidistancia. Entre los nacionalismos separatistas que ya se han quitado la careta y los defensores de la Constitución no se puede ser equidistante. Hay que estar con los defensores de la Constitución. No se puede ir por ahí diciendo que hay separatistas y separadores. ¡Dígame usted quién es el separador y por qué! ¿O es que eso del separatismo lo hemos inventado los castellano-manchegos? Es un insulto que yo, personalmente, no lo admito. No se puede ser equidistante. Tendrán que explicar ellos por qué habiendo votado la Constitución, ahora la quieren tirar por la borda. Y hay cosas sobre las que se puede hablar pero no se puede pactar. Hablar se puede hablar de todo pero pactar, no.
P.: Según su análisis, o el PSOE se autorreforma o peligra su supervivencia. ¿Ve pasos en la buena dirección?
R.: En algunas cosas, el sentido común se va imponiendo. Y eso creo que se debe a que Alfredo Pérez Rubalcaba es una persona sensata. A  mí me da mucho miedo cómo se juega con las cosas de comer. Y las cosas de comer son la Constitución y la unidad del Estado, cosas que nunca se discuten una vez aprobada una Constitución. Como no entiendo esa parte básica que es el contencioso que han montado los nacionalistas, no puedo ser blando. Tienes que estar, necesariamente, junto al PP combatiendo eso. Combatir es combatir con las ideas, con las políticas y no dejándoles respirar.
P.: ¿Cree que se puede volver a repetir la situación de Almunia y Borrell y que el PSOE vuelva a tener una bicefalia después de las primarias?
R.: Ojalá que no ocurra. No está escrito en las estrellas que el PSOE vaya a durar siempre. Si se quieren arruinar, allá ellos.
P.: ¿Qué cree que sería lo más positivo que pasase?
R.: Que Rubalcaba se presentase a las primarias, pero que se rodee de gente de peso intelectual y político. Que no se rodee de pesos ligeros. 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

LOS COLABORADORES DE ZP ASEGURAN QUE SOLBES NUNCA PRESENTO NINGUN DOCUMENTO PARA SOLVENTAR LA CRISIS


Los colaboradores de Zapatero aseguran que Solbes nunca presentó ningún documento para solventar la crisis


  • Los colaboradores de ZP señalan que el ministro no tenía ni ganas ni ideas para solventar la crisis y que no hay registro de ningún documento como del que habla Solbes.
  • ZP tiene ahora la presentación de su libro para poder contestar a un ministro que ha dejado su imagen más tocada todavía y con el que no tenía buen feeling.

i hubiera sido tan importante ¿por que no hay un registro del mismo, por qué no se presentó de una manera formal? Esa es la primera respuesta, pero habrá más. ZP no va a quedar como el chico que no vio nada, no oyó nada, ni sabía nada. Eso lo sabe Solbes que verá cómo le dicen ahora que ni tenía ganas, ni fuelle, ni ideas para superar la crisis.
¿Contestará ZP a las palabras de Solbes en la presentación de su libro? Seguramente lo hará a su manera. Con ironía y sin hacer sangre, o dejando una frase colgando. Sus colaboradores, según desvela John Muller en 'El Mundo', ya han hablado. "La información de Solbes es sesgada y nadie recibió ese documento del que Solbes habla.
Además se hablará de que quiso conservar el sitio y a muchos de los suyos en su sitio aun a costa de sus convicciones. El relato lo veremos pero quema a ambos. Solbes queda con la credibilidad más que tocada, mientras que ZP queda como incompetente.

¿Presentó Solbes a ZP ese documento que el presidente despreció?

Según el relato que Pedro Solbes hace del episodio en sus memorias 'Recuerdos. 40 años de servicio público', que ha presentado este martes en Madrid, el presidente del Gobierno se tomó un par de semanas antes de contestarle. Su respuesta fue igual de contundente. "Pedro, este documento es inaceptable. Lo que propones lleva implícitas dos huelgas generales".
Solbes asegura que pese a todo intentó persuadir al presidente de que si no se llevaban adelante no se evitaría esa huelga general que tanto temía y, además, se produciría en unas condiciones económicas y sociales mucho más difíciles. No sirvió de nada."Era evidente para mí que desde ese momento mi presencia en el Gobierno prácticamente había terminado, sólo quedaba por definir el momento de la salida", señala el ex vicepresidente en sus memorias.
Ese momento llegó el 7 de abril de 2009 cuando el presidente decidió relevarle del cargo y situar en su lugar a Elena Salgado. Poco más de un año después, a Zapatero no le quedó más remedio que poner en marcha muchas de las medidas propuestas por Solbes en su ya famoso 'decretazo' de mayo de 2010.

Un Plan de Choque en toda regla

¿Qué había en ese documento para provocar una reacción tan contundente por parte del presidente? Solbes lo revela en sus memorias."Teníamos que dar una señal clara e inmediata de que afrontábamos los tres peligros que acechaban a la economía española: el deterioro de la confianza, la caída del empleo y el estrangulamiento de la financiación a las pymes", subraya el ex vicepresidente.La idea que tenía el responsable del área económica del Gobierno era negociar un gran pacto con la oposición política y poner en marcha las medidas en la primera mitad de 2009.
En el ámbito laboral, el documento proponía introducir un nuevo contrato fijo de fomento del empleo para todas las nuevas contrataciones con una indemnización creciente en función de la permanencia del empleado en la empresa (el ya famoso 'contrato único') y generalizar durante dos años la posibilidad de que las empresas se desvinculen de lo establecido en los convenios colectivos, la llamada cláusula de descuelgue.
En materia salarial, la propuesta del Ministerio de Economía y Hacienda era congelar el sueldo de los funcionarios durante los dos ejercicios siguientes y recomendar a sindicatos y empresarios negociar en los convenios subidas salariales que se movieran entre el 0% y el 1%.También había medidas fiscales. Se proponía rebajar por un año el IRPF de autónomos y rentas más baja y, a cambio, elevar del 42% al 44% el tipo máximo del impuesto, que hoy ha llegado hasta el 52%, siendo del 56% en lugares como Asturias y Cataluña.
El documento también elevaba el tipo impositivo del Impuesto de Sociedades para las Sicav (1%) y eliminaba dos de las más emblemáticas medidas discrecionales aprobadas por el Ejecutivo: la deducción de 400 euros en el IRPF y el llamado cheque-bebe, que finalmente acabaron cayendo de igual forma.Por el lado del gasto, Solbes era partidario de sacar la tijera, diseñar un restrictivo presupuesto de 2010 y abordar uno de los principales focos de tensión del gasto público: las pensiones.
El documento planteaba elevar la edad de jubilación y aumentar el periodo de cálculo que se tiene en cuenta para determinar la cuantía de la pensión, una reforma que se acabó aprobando dos años después.Finalmente planteaba suspender durante dos años el derecho de veto de las comunidades autónomas sobre operaciones de concentración en las cajas de ahorros.

Desencuentros constantes

Solbes revela en su libro que si bien éste fue su último gran desencuentro con el presidente del Gobierno, y el que le decidió a abandonar el Gobierno, los cinco años que se mantuvo en el cargo estuvieron jalonados de constantes conflictos.
Casi desde el minuto uno. El ex vicepresidente económico revela que la primera vez que pensó en irse fue apenas seis meses después del inicio de la primera legislatura de Zapatero, a cuenta de un pulso perdido con el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, que derivó en una subida del 6,6% del Salario Mínimo.
ZP no explica en su libro por qué destituyó a Solbes. Tal vez ahora se vea obligado a hacerlo en rueda de prensa. Veremos. No podrá decir, como tanto le gusta, que su relación era cordial.