Pierde la memoria tras someterse a una liposucción
La Audiencia ha condenado a dos médicos de Palma por las graves consecuencias que padeció un hombre, que se sometió a una operación de liposucción en el abdomen. Durante la intervención el paciente sufrió una parada cardiorespiratoria. Tuvo que ser reanimado en dosocasiones y, aunque logró salvar la vida, las secuelas mentales que padeció son muy graves. Entre otras cosas, padece problemas de memoria, que le han impedido continuar con su profesión habitual.
La sentencia estima la demanda presentada por este paciente, al que ambos facultativos tendrán que indemnizar con 160.000 euros, dinero del que responde la compañía de seguros. El tribunal condena al médico de cirugía plástica y al anestesista que durmió al enfermo.
Esta intervención se realizó el día 31 de enero de 2006 en una clínica de Palma. La víctima firmó un documento autorizando la utilización de las imágenes de la operación, pero no así el consentimiento informado, pese a que los médicos afirmaron que detallaron los riesgos de la intervención.
A los 90 minutos de iniciarse la operación el paciente sufrió una parada respiratoria. Padeció dos episodios de fibrilación ventricular, que se superaron con dos desfibrilaciones que le ocasionaron al paciente quemaduras en manos y pies. El enfermo ingresó en la UCI y allí sufrió una caída, a pesar de la fuerte sedación. El día 5 de febrero se le dio el alta. El neurólogo certificó que como consecuencia de la parada en el quirófano el enfermo presentaba lentitud al pensar, desorientación temporal, trastorno en la entonación de la voz y dificultad para recordar conceptos aprendidos minutos antes, además de presencia de confabulaciones. El diagnóstico que determinó el especialista es que el hombre padeció una anoxia cerebral, como consecuencia de la falta de riesgo sanguínea en el cerebro.
Cuando ocurrió este incidente en el quirófano la víctima solo tenía 38 años de edad. Era padre de dos menores. Su profesión era la de comercial de una empresa de instalaciones de climatizaciones. Dos años después del accidente el juzgado le otorgó la declaración de incapacidad absoluta, no solo para desarrollar su profesión de comercial, sino también para cualquier otro trabajo. El juzgado determinó que padecía trastornos cognitivos que afectaban a su capacidad para asumir las responsabilidades, además de una constante alteración de su comportamiento con aumento de ansiedad y agresividad.
Ni siquiera los médicos, y así lo refiere la sentencia, pusieron en duda que las secuelas que padece este hombre tenían su origen en la intervención quirúrgica para realizar una liposucción en el abdomen.
A pesar de que en primera instancia esta demanda se rechazó, la Audiencia ha dado ahora la razón a la víctima. Sostiene el tribunal que los dos médicos no facilitaron al paciente la suficiente información sobre los riesgos de la operación que se iba a practicar.