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sábado, 17 de agosto de 2013

UN TREN ALVIA CHOCA CONTRA UN TRACTOR EN EL TRAYECTO MADRID-VIGO


Un tren Alvia que cubría el trayecto Madrid-Vigo choca contra un tractor en Arbo

El accidente se produjo a las 19.30 horas y ninguno de los pasajeros está herido



XOAN CARLOS GIL

Los pasajeros del tren Madrid-Vigo se llevaron un susto esta tarde cuando el convoy colisionó con un tractor agrícola que atravesaba la vía férrea en la parroquia de Barcela, del municipio pontevedrés de Arbo.
El suceso tuvo lugar a las 19.27 horas junto al kilómetro 17 de la carretera PO-400. y no tuvo consecuencia alguna salvo los daños materiales en la máquina del tren Alvia.
Debido a ello Renfe tuvo que enviar otra máquina desde Vigo, que tras el proceso de enganche permitió reanudar el viaje tras este pequeño retraso. Debido al accidente se vieron afectados otros trenes que igualmente sufrieron demoras.

domingo, 4 de agosto de 2013

ACCIDENTE DE SANTIAGO: LOS MAQUINISTAS TOMABAN REFERENCIAS A OJO PARA FRENAR, POR FALTA DE SEÑALES


Accidente en Santiago: Los maquinistas tomaban referencias a ojo para frenar antes de Angrois

Ante la falta de señales en la vía, un túnel, casas o vallas se usaban como punto de reducción



El libro de horarios y ruta que portan los maquinistas marca de manera clara la velocidad máxima con la que los trenes que conducen deben afrontar la curva de A Grandeira. Lo recuerda remitiendo a la misma guía el pitido que se recibe en cabina al pasar sobre las balizas ASFA situadas a unos cinco kilómetros del final de la gran recta que desemboca a las puertas de Santiago. Pero hasta el jueves pasado ninguna señal visual marcaba en esa línea el punto recomendado para empezar a frenar con seguridad y comodidad para pasar la fatídica curva a 80 kilómetros por hora y sin problemas, como hasta el 24 de julio lo habían hecho los trenes Alvia que desde diciembre del 2011 realizan el recorrido entre Ourense y Compostela.
«La reducción de la velocidad cada uno la toma más o menos donde considera que puede llegar a la velocidad objetivo», relató en su declaración ante el juez el maquinista Francisco José Garzón. «Algunos lo toman en el primer túnel, que hay dos, porque el segundo ya desemboca al punto ese», explicó en su declaración el imputado para tratar de narrar su despiste y sorpresa al verse a más del doble de la velocidad permitida donde al final terminó estrellándose el tren que conducía acabando con la vida de 79 personas.
El relato de Garzón coincide con el que hacen de dicho tramo maquinistas que conocen la misma ruta, ingenieros y expertos ferroviarios. Según relatan, cada uno tomaba a ojo la referencia que entendían era la más conveniente para iniciar la larga frenada después de recorrer por encima incluso de los 200 kilómetros por hora la enorme recta que concluye ya en Santiago. «Unos toman el penúltimo túnel como punto de inicio de frenada, otros un chalé con piscina, otros una valla, cada uno va conformando sus referencias visuales ante la inexistencia hasta ahora de una señal que de manera taxativa recordase y marcase la necesidad y obligatoriedad de reducir 120 kilómetros por hora en un espacio muy corto a esas velocidades», explica un representante profesional de los maquinistas. Los testimonios consultados no quieren achacar a esa falta de alertas visuales ningún tipo de incidencia en el siniestro, pero contraponen su inexistencia antes del accidente a la colocación casi inmediata de dos cartelones haciendo esa función de aviso a la semana de la tragedia.
Ahora, cartelones y balizas
«Es cierto que la obligatoriedad de bajar de velocidad se hace constar en el libro de horarios, pero nunca está de más añadir indicaciones que refuercen la seguridad», indica un ingeniero ferroviario. Y así lo ha pensado también ahora el ADIF al instalar el jueves un cartelón a 4,5 kilómetros de A Grandeira donde se da cuenta de la obligatoriedad de bajar la velocidad a 160 kilómetros por hora; y otro a 2.800 metros de la fatídica curva con un límite de 60. En el tramo hay una tercera señal, colocada el lunes a 2,5 kilómetros del siniestro, con 30 por hora de máximo.
Además, dos balizas transmiten en ambos puntos ahora la misma información al tren y a su maquinista, llegando incluso a bajar automáticamente la velocidad si no lo hace el conductor.
La presencia en cambio de la baliza que hubiera frenado el tren a menos de 500 metros de la curva si pasase a más de 200 por hora no es comprendida por los profesionales consultados. «El espacio hasta la curva con esa velocidad era insuficiente para que la activación de la baliza evitase algún incidente», añaden, para ensalzar en cambio la colocación de balizas sucesivas que se ha hecho ahora.

PP Y PSOE, PACTAN UNA SALIDA POLITICA DEL ACCIDENTE DE SANTIAGO, ¿ JUEGAN CON NUESTRAS VIDAS ?


PP y PSOE pactan una revisión política del accidente del Alvia de guante blanco


Alfredo Pérez Rubalcaba (2d), Elena Valenciano (c), Alberto Núñez Feijóo (d), Ana Pastor (2i) y Pachi Vázquez (i). (Efe)

El enfrentamiento político entre los dos grandes partidos se ha mantenido por ahora al margen del accidente de tren de Santiago. Y seguirá siendo así en los próximos días. El Gobierno y el principal partido de la oposición han acordadono convertir la tragedia del Alvia en nuevo motivo de confrontación políticaPP y PSOE creen que la sociedad no entendería un intercambio de acusaciones sobre su presunta responsabilidad en el siniestro y presienten que un cruce de argumentos acabaría perjudicando en realidad a ambas formaciones por la historia reciente de la línea de alta velocidad Ourense-A Coruña, el tramo en el que se produjo el fatídico descarrilamiento.
Según ha podido saber El Confidencial, la ministra de Fomento, Ana Pastor, ha hablado por teléfono en los últimos días con su antecesor en el cargo,José Blanco, y también con la secretaria de Organización del PSOE, Elena Valenciano, para cambiar impresiones sobre el accidente. Blanco, que asistió al funeral en la Catedral del Apóstol aunque se mantuvo en un segundo plano, expresó a Pastor su solidaridad con la tragedia y se ofreció a colaborar en lo que pueda necesitar. En cuanto al contenido de la conversación entre la ministra de Fomento y Valenciano, ambas se comprometieron a cooperar para que la desgracia no entre en el terreno de la contienda partidista.
Ese es el clima que se respirará esta semana en la comparecencia de la ministra de Fomento en la Comisión del Congreso del mismo nombre. Pastor quiere explicar la actuación de su departamento y responder las dudas de la oposición. Estará acompañada por Julio González Pomar y Gonzalo Ferre, presidentes de Renfe y Adif, respectivamente. Pero, al menos en lo que respecta a la relación Gobierno-PSOE, se espera que la cita discurra en un ambiente de normalidad, sin críticas exacerbadas al adversario, según las fuentes consultadas.
Una inauguración cargada de contenido político
El principal motivo de la baja confrontación que rodea de momento al accidente de Santiago en comparación con otras catástrofes, como la delPrestige o la del metro de Valencia, es el contexto político que acompaña a la tragedia. El tramo de la línea de alta velocidad en el que el Alvia se salió de la vía fue inaugurado por Blanco el 10 de diciembre de 2011, un mes después de las elecciones generales, cuando sólo era ministro de Fomento en funciones.
Blanco no quiso perderse ese acto por culpa del adelanto de las elecciones generales. Era el proyecto al que más tiempo le había dedicado en sus dos años y medio al frente de Fomento. Veía en ese logro histórico para Galicia la catapulta que debía auparle a la presidencia de la Comunidad Autónoma. El caso Campeón frustró sus aspiraciones, pero en diciembre de 2011 su ambición estaba prácticamente intacta.
Las dudas que ha generado la precariedad del sistema de control en el tramo del descarrilamiento podrían haberle salpicado por la celeridad que puso Blanco para inaugurar el servicio antes de tener que abandonar el Gobierno. Sin embargo, el ex secretario de Organización del PSOE ha conseguido que nadie le pida explicaciones ni responsabilidades políticas por la configuración actual de ese tramo.
Lo cierto es que el Partido Popular se encuentra en circunstancias similares. Pastor participó en aquella inauguración en calidad de diputada del PP por Galicia, aunque sólo unos días después asumió la cartera de Fomento. También asistió lógicamente en un lugar destacado el presidente de la Xunta,Alberto Núñez Feijóo, que interpretó la llegada de la Alta Velocidad a Galicia como el final de una reivindicación histórica que había conseguido sellar su Gobierno. Acusarse ahora mutuamente sobre las deficiencias de ese tramo inaugurado tanto por el PP como por el PSOE con todos los honores no beneficiaría a ninguno de los dos partidos y podría perjudicar a ambos.
¿Alta Velocidad o Velocidad Alta?
Hay otro elemento que va a contribuir a rebajar la tensión política. El accidente ha demostrado que la seguridad y calidad del tramo Ourense-A Coruña dista mucho de estándares de la Alta Velocidad, la etiqueta que había acompañado a esa línea desde su inauguración. Pero la propia ministra de Fomento ha tenido que admitir después de la tragedia que ese tramo es en realidad de Velocidad Alta, una alteración del orden de los vocablos que sitúa la línea en un escalafón inferior al AVE. Pastor ha insistido incluso en aclarar la terminología para tratar de salvar la imagen de la industria española de Alta Velocidad en el exterior, porque se juega un contrato en Brasil que asciende a 11.000 millones de euros y hay otros concursos en juego en Turquía, Estados Unidos y Kazajistán.
Sin embargo, tanto el anterior Gobierno del PSOE como el actual del Partido Popular, así como el Ejecutivo autonómico gallego, también del PP, habían defendido hasta el día del accidente que el tramo Ourense-A Coruña formaba parte de la red nacional de Alta Velocidad. Nadie precisó el día de la inauguración que la línea sólo era de Velocidad Alta. Y de hecho, Adif sigue vendiendo en su página web oficial que esa vía pertenece a la máxima categoría del sistema nacional de ferrocarriles. Ni PP ni PSOE parece que estén, por ahora, en condiciones de cuestionar la actuación del adversario.

viernes, 2 de agosto de 2013

EL SISTEMA DE FRENADO AUTOMATICO DE LOS AVE, TIENE FALLOS


El sistema que permite el frenado automático del Alvia tiene fallos

Renfe ordenó a sus maquinistas que no utilizasen el sistema automático ETCS o ERTMS



El trazado es de alta velocidad, pero el sistema de seguridad, no. Renfe ordenó a sus maquinistas el pasado noviembre que no utilizasen el sistema automático ETCS o ERTMS entre Ourense y Santiago, el único tramo de la red ferroviaria gallega en que está instalado. Con esa orden se pretendía: “Evitar retrasos, mientras tanto Talgo no nos comunique que tienen instalada la última versión de software que evita algunas urgencias”.
La compañía tomó esa decisión después de un periodo de prueba que evidenció que el sistema fallaba tanto en el Alvia como en otros trenes híbridos (eléctricos y de gasóleo). El presidente de Renfe, Julio Gómez Pomar, declaró a EL PAÍS: “El fabricante [del sistema], Bombardier, nos pidió unos meses para trabajar en el problema y ahora estamos empezando ya a hacer pruebas. Las hacemos por la noche, cuando la vía está cerrada a la circulación”.

La puesta en marcha del ERTMS se pospuso por, como apunta la circular, fallos de software, que provocaban que el sistema alertase de urgencias que resultaban no ser tales, y que casi nueve meses después no se han resuelto. El ERTMS funciona perfectamente en el otro tramo en el que estaba instalado (Madrid-Medina del Campo).Los retrasos a los que alude la circular del pasado 20 de noviembre eran los nueve o diez minutos en total que tarda el sistema informático en cargarse o en apagarse. Los conductores de Alvia tenían —y tienen— que ir al límite de lo que permite el sistema ASFA, 200 kilómetros por hora, guiándose por sistemas que utilizan trenes convencionales.
En resumen, el Alvia es un tren que en Galicia se sobrecarga con dos cabezas tractoras diésel (lo que incrementa su inestabilidad). No puede guiarse por el sistema de seguridad con el que está dotado (algo que los maquinistas tienen que advertir diariamente al Centro de Control de Madrid-Atocha) porque la compañía que suministró el software no lo corrigió después de casi un año de detectarse los fallos. Y por lo tanto, este tipo de convoyes no pueden alcanzar la velocidad de crucero que incluso contempla el itinerario marcado por la propia Renfe (220 kilómetros por hora hasta poco antes de la curva de A Grandeira, donde el pasado 24 de agosto se produjo el terrible accidente).