Los clientes están pidiendo masivamente a las eléctricas modificar los contratos para reducir la potencia contratada y ahorrarse la subida de la luz de agosto
Subida de la luz. Las eléctricas están recibiendo en masa peticiones de clientes para modificar los contratos porque tienen más potencia contratada de la que realmente necesitan y no consiguen ahorrar en la factura eléctrica tras la última subida de la luz a principios de agosto.
En la última subida de la luz, que entró en vigor este sábado, los usuarios no puedan esquivar el incremento reduciendo el consumo. Las nuevas tarifas bajan el precio de la energía consumida, pero aumentan la parte fija, que no depende del consumo del usuario.
Fuentes del sector eléctrico explican a El Confidencial Digital que las compañías están recibiendo numerosas peticiones de sus clientes solicitando modificar sus contratos para reducir la potencia contratada en sus domicilios. Una maniobra para ahorrarse unos euros en la factura de la luz.
Calcular la potencia necesaria
Según los expertos consultados, lo primero que se debe hacer para ahorrar con la nueva subida de luz aprobada a principios de este agosto es calcular la potencia que hay que contratar para una casa determinada.
Para calcularla es necesario sumar las potencias de los aparatos eléctricos que pueden llegar a funcionar simultáneamente. A esta suma hay que añadir un pequeño margen de garantía para que no salten los plomos cuando esté funcionando la lavadora, el secador y el ordenador a la vez.
Contratar la potencia suficiente
Una vez conocida la potencia que se necesita en casa, hay que estudiar las ofertas de las compañías eléctricas, que suelen ser múltiplos de 1.100 vatios y contratar la que sea inmediatamente superior a la suma que se ha realizado para la casa.
Hay que contratar una potencia personalizada. Es importante ser muy estricto con la suma porque si se contrata de más o de menos, y luego se quiere modificar la potencia, el cliente será penalizado con una sanción económica.
Algunos ejemplos de potencias
Si se usa a la vez la luz, el frigorífico, aspirador, la plancha, la lavadora, la televisión, el horno y pequeños electrodomésticos, la potencia necesaria no suele ser más de 3.300 W.
Si además se utiliza el lavavajillas, vitrocerámica y secadora, la potencia suele subir hasta los 5.500 W. Pero en raras ocasiones están todos los electrodomésticos encendidos a la vez.