Zumos
de manzana y cereales que superan los niveles permitidos de micotoxinas
Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es/salud/noticias/4888224/06/13/Zumos-de-manzana-y-cereales-que-superan-los-niveles-permitidos-de-micotoxinas.html
Investigadores de la Universidad de
Granada han analizado la presencia de patulina, un tipo de toxina producida por
hongos, en varios zumos de manzana comerciales. Los resultados revelan que más
del 50% de las muestras analizadas superan los límites máximos establecidos por
la legislación.
Además han detectado una muestra de
arroz con más micotoxinas de las permitidas. Por su parte, investigadores de la
Universidad de Valencia también han encontrado estas sustancias nocivas en
cervezas, cereales y productos derivados, como la harina de
gofio.
No son muy conocidas, pero las
micotoxinas encabezan la lista de los contaminantes naturales más extendidos en
los alimentos a nivel mundial. Se trata de sustancias tóxicas y carcinogénicas
producidas por los hongos, que llegan a la cadena alimentaria a través de las
plantas y sus frutos. Ahora las nuevas técnicas analíticas desarrolladas en
universidades como las de Granada y Valencia muestran que en algunos alimentos
se superan los niveles permitidos de estos compuestos nocivos.
Investigadores de la Universidad de
Granada (UGR) han analizado con un método propio "de microextracción y
electroforesis capilar" las concentraciones de una clase de micotoxinas, la
patulina, en 19 lotes de ocho marcas de zumos de manzana comerciales. Se ha
diferenciando el zumo convencional, el ecológico y el destinado específicamente
al consumo infantil.
"Los resultados indican que más del 50%
de las muestras analizadas superaban los contenidos máximos establecidos por la
legislación europea", destaca a SINC Monsalud del Olmo, coautora del trabajo,
que publica este mes la revista Food Control.
Los niveles máximos de patulina que
establece la UE son 50 microgramos por cada kilogramo del producto (μg/kg) para
los zumos y néctares de frutas, 25 μg/kg para compotas y otros productos sólidos
de manzanas y 10 μg/kg si estos alimentos van destinados a los lactantes y niños
de corta edad.
Sin embargo, algunas muestras de zumos
de manzana convencional alcanzaron hasta los 114,4 μg/kg, y algún lote
etiquetado como alimento infantil los 162,2 μg/kg, superando más de 15 veces el
límite que marca la normativa.
La patulina la producen diversas
especies de hongos de los géneros Penicillium, Aspergillus y Byssochylamys, que
se encuentran de forma natural en la fruta, principalmente en las manzanas. Se
transfiere a los zumos durante el procesado debido a su solubilidad en agua y
estabilidad.
Los efectos neurotóxicos, inmunotóxicos
y mutagénicos de esta sustancia se han confirmado en modelos animales. "Aún así,
no es una de las micotoxinas más perjudiciales para la salud ? señala M. del
Olmo?, y se incluye en el grupo 3 dentro de las categorías establecidas por la
Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer (IARC)".
Esta agencia de la OMS clasifica en
cuatro grupos a las micotoxinas y otros compuestos según su potencial
cancerígeno para los humanos: 1 (cancerígeno), 2 (probable o posible
cancerígeno), 3 (no clasificable como cancerígeno, aunque tampoco se descarta
que no lo sea) y 4 (probablemente no cancerígeno).
Micotoxinas en el arroz y la
cerveza
Algunas micotoxinas, como las
aflatoxinas, están dentro del grupo 1 y pueden encontrarse en frutos secos, como
cacahuetes y pistachos, y cereales. Los científicos de la UGR también detectaron
concentraciones de este compuesto por encima de lo permitido en una muestra de
arroz, y ya se lo han comunicado a las autoridades competentes.
Por su parte, otras toxinas de los
hongos, como las fumonisinas y ocratoxinas, se incluyen en la categoría 2.
Aparecen en el maíz, otros cereales, e incluso en la cerveza, como han
comprobado investigadores de la Universidad de Valencia (UV).
Un equipo de esta universidad han
detectado con una nueva técnica ?denominada HPLC-LTQ-Orbitrap? la presencia de
fumonisinas y ocratoxinas en muestras de cerveza de Alemania, Bélgica, República
Checa, Italia, Irlanda, Polonia y España. El estudio también se publica en Food
Control.
"Son cantidades ínfimas, aunque no
podemos cuantificar si son relevantes porque la cerveza es una de las bebidas
que no están incluidas directamente en la legislación europea sobre
micotoxinas", apunta Josep Rubert, investigador de la UV y coautor del
trabajo.
"Lo que sí revela este estudio es que
solo el control de la materia prima ?la cebada, en este caso? no es suficiente",
añade Rubert, "y que estas toxinas se mantienen a lo largo del proceso
tecnológico, donde se ha comprobado que las micotoxinas legisladas se pueden
llegar a enmascarar al unirse a glucosas, por lo que esto hay que tenerlo en
cuenta en las futuras investigaciones".
El mismo equipo valenciano también ha
analizado 1.250 muestras de productos de España, Francia y Alemania basados en
cereal para ver si existen diferencias entre los alimentos orgánicos y los
convencionales en el caso de las fumonisinas.
Uno de los datos más llamativos es que
muestras puntuales de harina de gofio, de uso común en Canarias, presentaban
concentraciones de esta micotoxina en cantidades superiores a los 1.000 μg/kg,
el límite que establece la legislación europea. Hace un par de años estos
investigadores también localizaron una partida de harina de trigo con
concentraciones de ocratoxina por encima de lo permitido.
Cuando se superan los límites que marca
la UE, los científicos informan a las autoridades competentes, especialmente a
la European Food Safety Authority (EFSA). Después, el lote contaminado debería
ser retirado.
Los resultados del estudio de los
alimentos basados en cereal muestran que en cerca del 11% de los productos
orgánicos examinados aparecen fumonisinas, mientras que en los convencionales
este porcentaje se reduce en torno al 3,5%. Estos datos han sido publicados en
la revista la revista Food and Chemical Toxicology.
"La explicación podría estar en que los
alimentos orgánicos no contienen fungicidas ni otros pesticidas, por lo que los
hongos se pueden ver favorecidos y aumenten sus toxinas; pero de todas formas,
hay otros factores importantes como las condiciones climáticas ?el calor y la
humedad favorecen a estos microorganismos? y de almacenamiento que también
influyen en la producción de micotoxinas", dice Rubert, quien reconoce que
habría que analizar caso por caso.
De hecho, en el estudio de los zumos de
manzana ocurría lo contrario, y los productos ecológicos presentaban menos
cantidad de micotoxinas que los convencionales. En lo que sí coinciden los
investigadores es en la necesidad de seguir delimitando bien las dosis de
toxicidad de cada una de estas sustancias nocivas, conocer bien sus efectos
sobre la salud y avanzar en métodos de análisis cada vez más
exactos.
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