“POR TRES MILLONES DE EUROS…”
El letrado Peláez ofreció la libertad a Correa y
Bárcenas a cambio de dinero para policías
Ignacio Peláez, el abogado del empresario leonés José Luis Ulibarri en la causa Gürtel, planteó ante Francisco Correa, primero, y Luis Bárcenas, más tarde, la posibilidad de conseguir su libertad mediante el pago de una millonaria cantidad de dinero a varios policías de la investigación. El exfiscal de la Audiencia Nacional les aseguró que la propuesta había partido de un significado representante de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF), la unidad responsable de las pesquisas sobre la trama Gürtel. Tanto Correa como Bárcenas se opusieron a tan "descabellada propuesta". Esa fue, al menos, la contestación literal del extesorero del PP.
Dos personas de confianza del jefe de la red Gürtel y del exsenador popular han confirmado a El Confidencial la oferta "personal" del letrado, el mismo que sentó a Baltasar Garzón en el banquillo del Tribunal Supremo. Pero matizan que luego supieron que todo aquello se debía a un montaje que desconocía la Policía. Pablo Crespo, número dos en algunas de las empresas de Francisco Correa e imputado en la causa, se negó a hablar de ese asunto, pero añadió: "Sólo puede escribir que no desmiento los datos en poder de El Confidencial".
Sin embargo, el abogado Peláez, en conversación telefónica, negó su participación "como intermediario" en ninguna gestión de esa índole "ni con Correa ni con Bárcenas". “Alguien está usando mi nombre en falso. Es cierto que me he entrevistado con algunos policías, pero para otros asuntos. Yo no me meto en esos fregaos. No trabajo de esa manera", aclaró el letrado.
Francisco Correa (d) y su abogado (i). (EFE)Peláez reconoció que estaba al tanto de esa información y que había hablado varias veces con Francisco Correa, pero "nunca en nada relacionado con un asunto de dinero". "Esa información me llegó por medio de un policía, pero me olvidé del tema porque nunca me meto en negocios de ese tipo. Nada tengo que ver", sentenció el abogado.
Mencionó a tres comisarios
Fuentes del Ministerio del Interior han confirmado que el abogado Peláez llegó a mencionar los nombres de tres comisarios del staff de las Fuerzas de Seguridad del Estado, pero que estos estaban al margen de cualquier oferta. El Confidencial conoce la identidad de los tres comisarios mencionados por el letrado ante los intermediarios de Francisco Correa, pero se reserva su identidad para salvaguardar su integridad profesional y por medidas de seguridad.
La primera operación se consumó a comienzos de 2012 cuando Ignacio Peláez citó en su anterior despacho madrileño de la calle Príncipe de Vergara a uno de los hombres de confianza de Francisco Correa. El jefe de la Gürtel permanecía preso en la cárcel de Soto del Real y no era excarcelado hasta abril de aquel año. Por tanto, el letrado, que se mostraba exultante tras haber logrado en el Tribunal Supremo la condena de Baltasar Garzón, necesitaba los servicios de uno de sus colaboradores para hacerle llegar un mensaje.
Peláez aseguró durante la entrevista que "unos jefes policiales se habían puesto en contacto con él" y estaban dispuestos a echarle una mano para lograr la libertad de Correa. Eso sí, a cambio, pedían un estímulo económico, según la versión del círculo de Correa. La propuesta policial había quedado plasmada en una cuartilla. Abusando de una escenificación más propia de unthriller policiaco, el abogado extrajo de un cajón de su escritorio una carpeta de color gris.
El expediente estaba precintado por tres adhesivos circulares que Peláez desgarró. De su interior extrajo un folio que le entregó sin más dilaciones al ejecutivo de la Gürtel. El estudio contemplaba varias soluciones en función de los resultados finales de las gestiones: "Solución óptima, doce millones de euros"; "solución intermedia, nueve millones" y "solución base, seis millones". Las tres opciones, ineludiblemente, contaban con la colaboración de la UDEF y aseguraban, según Peláez, la reconducción del proceso. La primera, la más ambiciosa y onerosa, contemplaba la nulidad de la causa y la libertad de Correa.
El juez Ruz. (EFE)El hombre de confianza de Correa reaccionó con frialdad y sólo se comprometió a trasladarle la propuesta a su exjefe, aunque pronto comprendió que todo aquello era "una locura muy peligrosa". Fue la misma respuesta que obtuvo de los abogados de Correa, antes de dirigirse a la cárcel. Y tal cual se lo transmitió a Francisco Correa en una visita que le hizo a la prisión de Soto del Real: "Tenemos que luchar con armas jurídicas y no por vías sucias", fueron sus palabras. La respuesta de Correa se alineaba en la misma dirección. Además, en aquel momento sus arcas estaban exhaustas tras el embargo y el bloqueo de todos sus bienes.
El cerebro de la Gürtel se encontraba entonces más preocupado por la obtención de un aval bancario de una entidad chipriota que facilitara su libertad condicional. Lo último que pasaba por su mente era adentrase en aventuras arriesgadas. Ya había vivido una experiencia similar en Panamá, donde le habían estafado más de doscientos mil euros con una falsa promesa: la obtención de la residencia en el país del canal para eludir la acción de la justicia española.
Reuniones secretas con la Policía
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