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martes, 20 de agosto de 2013

"EN ESTE PAIS EL BANCO PUEDE LLEGAR A QUEDARSE CON PARTE DE LA HERENCIA" MARCO LAMBERTINI


Marco Lamberti, director de Coutot & 

Roehrig en España: “En este país el 

banco puede llegar a quedarse con 

parte de una herencia intestada”


Foto: ©Marco Lamberti

El despacho francés Coutot & Roehrig ha aterrizado en España. No se trata de un despacho común. Está especializado en genealogía en ámbito sucesorio y búsqueda de herederos. Es decir, que se encarga de encontrar a las personas que deben ser beneficiarios de una herencia cuando ésta es intestada. La compañía, que cuenta con 36 sucursales, trabaja en España desde hace 15 años aunque sin estar instalados en nuestro país. Hace cuatro meses, apostaron por abrir la primera oficina en Barcelona y miran hacia el futuro con la ambición de ampliar negocio a corto plazo y poder instalar su sede en Madrid. 
Es precisamente por eso que Diario Jurídico ha querido hablar con el director de C&R en España, Marco Lamberti, para saber cómo funciona exactamente el sector, cuál es la metodología que siguen y la situación de España en esta materia en comparación con otros países.

¿Qué es exactamente este trabajo al que llamáis genealogía?
Es la búsqueda de los herederos y los legatarios de una herencia yacente. En ocasiones ha habido confusión, y se ha relacionado con la búsqueda de los familiares por un título nobiliario, pero no tiene nada que ver.
Cada vez que hay una herencia intestada y un pariente ausente de herederos, quien busca y contacta con los herederos es un despacho profesional.
¿Cómo funciona y quién os contrata?
Normalmente quien contrata los servicios son todos aquellos profesionales que tienen un interés en encontrar uno o más herederos. Puede ser un notario, un abogado que está tramitando o debe tramitar una herencia, un administrador judicial o un administrador de fincas. Porque ocurre a menudo que estos últimos, los administradores de fincas, tienen que enfrentarse a deudas de pisos que quedan vacíos porque el dueño ha fallecido y nadie reclama el inmueble. Y hay que pagar gastos y no saben dónde encontrar al heredero. En España de momento los administradores de fincas no nos conocen muy bien, pero habitualmente quienes nos contactan son este tipo de profesionales.
Pueden ser también los consulados en el caso de ciudadanos que vivían en España pero que no son naturales del país. Nos contratan cuando nadie se interesa por la persona fallecida ni sus bienes.
Como apuntaba, en España estos servicios no son muy conocidos, ¿no?
La verdad es que todavía no se conoce. Ahora tenemos nuestra sede en Barcelona, trabajamos también mucho en Madrid y comenzamos a tener buenas relaciones con distintos profesionales.
Pero en general el mercado español no nos conoce mucho a pesar de que hace muchos años que, de una manera puntual, trabajamos en España. Hasta el pasado mes de enero, cuando se abría un expediente, uno o más genealogistas se desplazaba de Francia a España para realizar la búsqueda. Teniendo en cuenta que el nivel de negocio había subido mucho – ahora estamos tramitando alrededor de 260 expedientes – en enero apostamos por abrir el despacho en Barcelona, y desde allí nos desplazamos a todo el país.
¿Cuántas personas trabajan actualmente en este despacho?
Ahora mismo somos 5 personas, pero debemos crecer en los próximos meses.
¿Por qué en España no existe esta tradición?
Creo que tiene que ver con un componente cultural. Yo soy italiano, y el actual mercado español me recuerda al italiano cuando empezamos a trabajar allí hace 12 ó 13 años.
En ese momento aprendí que, además de no conocer la profesión de genealogistas, los profesionales no se encargaban de la gestión de la tramitación de las herencias intestadas, que es lo que pasa hoy en día en España. En cuanto hay un juzgado de por medio sí que empiezan a gestionar la herencia yacente, aunque nadie sepa encontrar a los herederos. Nosotros sabemos que las administraciones españolas tienen, cada una de ellas, un departamento que se encarga de las búsquedas de herederos pero tienen un porcentaje de éxito que puede variar entre el 25 y el 30 por ciento. Es decir, que cada diez herederos se encuentran 3 o 4. Visto de otra manera, pierden entre 6 y 7 herederos.
Coutot & Roehrig tiene un porcentaje de éxito del 95 por ciento. Es decir, que si existe un heredero, prácticamente siempre lo encontramos. Es una cuestión de tiempo. Hay que tener en cuenta que tenemos una red internacional, y el tiempo para encontrar al heredero depende del lugar en el que este se encuentre. Si el causante es natural de Madrid y los herederos están cerca de esta Comunidad, por lógica la búsqueda será más rápida. Si en cambio, se encuentra en España pero lejos de la capital se necesita un poco más de tiempo, y si uno o más herederos están en el extranjero, en otros países como Argentina o Australia, es obvio que se necesita más tiempo. Pero al final es simplemente eso, tarde o temprano los vamos a encontrar.
¿Cuál es la metodología que se sigue en esta profesión?
Es una pregunta que siempre nos hacen. La nuestra es una metodología que usamos desde 1894, es decir, que tenemos 120 años de historia, y los resultados avalan que es la más segura. Pero no podemos dar pistas sobre los pasos que seguimos, básicamente para no ayudar a los posibles competidores. Es obvio que no se trata simplemente de ir a un registro civil a solicitar una partida de defunción, porque esto lo puede hacer cualquiera. Sino que hay una metodología que sí que empieza con la partida de defunción y se desarrolla de manera distinta en función de cada caso.
Y nosotros tenemos una ventaja fundamental, y es que prácticamente no existe un rincón en el mundo en el que no trabajemos, ya sea directamente o con colaboradores en exclusiva. Siempre somos nosotros los que hacemos las búsquedas, es decir que si el heredero de un causante español estuviera fuera de España, sería alguien de nosotros el que seguiría las pistas.
Sin duda esa es una de las claves. Pero es muy importante también la base de datos que tenemos.
Aunque a pesar de que la nuestra es una sociedad muy tecnológica, el trabajo más intenso que hacemos es de campo. Es decir, que los genealogistas trabajan de un lado con el ordenador y del otro, con papel y bolígrafo. Porque una parte muy importante del trabajo hay que hacerlo en la calle.
No se puede realizar una búsqueda quedándose en el despacho.
¿Qué se debe estudiar?
La mayoría de los genealogistas son licenciados en derecho, porque la materia que se maneja en el día a día es el Código Civil, porque son asuntos relacionados con familia y sucesiones. Pero no es un requisito imprescindible. La realidad es que no existe una licenciatura en genealogía, por lo que la base para ser un buen profesional en este campo es tener una actitud encaminada hacia la investigación y si además, hay una buena base de conocimiento a nivel jurídico, mucho mejor. La formación para llegar a ser un buen profesional la damos nosotros. Los nuevos genealogistas, harán una nueva formación. Empezarán probablemente en Barcelona y si hace falta se desplazarán a París y Marsella donde hay dos centros de formación para Coutot & Roehrig.
Y una vez encontráis al heredero, llega el momento de contactar con él. Supongo que tenéis historias curiosas…
De hecho no hay prácticamente ninguna historia que no sea curiosa. Evidentemente nadie espera que llamen a la puerta y te cuenten que hay una herencia. De hecho, a veces parece la historia del tío que se fue a América e hizo fortuna. Obviamente no siempre se habla de fortunas, pero sí es cierto que los herederos no saben que existe esa herencia.
Y hay que tener en cuenta además que el mercado español es un mercado latino, que está más acostumbrado a estafas y engaños. Y hay que superar y vencer la desconfianza natural que existe en un principio.
Además hay un gran desconocimiento sobre la figura del genealogista. Se presenta alguien allí diciendo: tiene derecho a una herencia. Y es muy habitual que la primera respuesta no sea exactamente positiva.
¿Y cómo lográis hablar con ellos y convencerles que no se trata de un engaño?
Hay algo muy importante que es que siempre nos desplazamos, de manera que no somos voces detrás de un teléfono sino que la gente nos puede ver las caras y podemos hablar. Si hay mucha desconfianza siempre les preguntamos si tienen un abogado o un notario de confianza, porque para nosotros es mucho más fácil hablar con ellos. Un profesional distingue rápidamente si el otro es un profesional serio. Si la desconfianza es alta, y el heredero no tiene ningún profesional de confianza con el que quiera hablar, debemos hablar con ellos varias veces.
Y hay un momento en el que se produce un cambio, y es cuando empiezas a hablar de la historia de la familia. Porque en muchos casos la empresa conoce más la historia de la familia que el propio heredero. E incluso les cuentas cosas que les sorprenden – como que un primo se ha casado en segundas nupcias, por poner un ejemplo-. Y eso les tranquiliza. Por eso es importante conocerlos, para generar confianza.
En España hay 100 millones de euros que se quedan sin adjudicar. ¿Cómo hacéis ese cálculo?
Es una estimación de mercado que hacemos conociendo datos concretos de lo que se puede
conseguir en las subastas que hacen las Comunidades Autónomas de bienes procedente de herencias intestadas y gracias a la experiencia en este campo. Sabemos que España es hoy en día es como era hace años Italia, hay un tema muy delicado que son los bancos. Todas las cuentas, todo lo que se queda en el banco, si nadie lo va a reclamar el banco se queda con todo. Hay una relación entre bienes muebles y bien líquido.
El valor de mercado es aproximadamente de 100 millones de euros. Puede ser más, pero para no pasarnos, es una valoración que puede ser justa.
O sea que el banco puede quedarse parte de una herencia. ¿Es eso algo habitual?
No ocurre en muchos países de Europa. En Italia por ejemplo si hay una cuenta que se queda sin movimiento, al final es el Estado quien se queda con esa herencia, no el banco. Antes sí que funcionaba como España, pero hace alrededor de 15 años que se cambió. En Francia también funciona de esa manera.
Lo habitual es que se lo quede el Estado, no el banco. Y es precisamente por eso por lo que los bancos no tienen interés en contactar con nosotros. A pesar de que los herederos a menudo lo que harán será seguir gestionando esa cuenta, por lo que no perderían nada. Per ahora es imposible que un banco se ponga en contacto con nosotros.
¿Cuáles son vuestras expectativas en España?
Si todo va bien, si sigue nuestras previsiones, en poco tiempo abriremos una oficina en Madrid, porque son las dos ciudades más importantes para nuestro negocio. Yo personalmente como director creo que las cosas van a salir bastante bien. Y me gustaría que en los próximos 10 años tengamos cinco oficinas si las respuestas del mercado son buenas, como hasta ahora. Otra prioridad sería Andalucía, concretamente en Sevilla. Por lo tanto tenemos una buena previsión.