FACEBOOK IDEA UNA FORMULA QUE PREDICE CUANDO UNA PAREJA VA A ROMPER

ADEMÁS DE DECIR QUIENES FORMARÁN UNA NUEVA RELACIÓN

Facebook idea un algoritmo que predice 

cuándo una pareja va a romper

Para Facebook, la investigación forma parte de un esfuerzo por mirar más de cerca las relaciones entre sus usuarios y así adaptar los contenidos y anuncios.

Jon Kleinberg, científico de computación de la Universidad de Cornell y Lars Backstrom, ingeniero de la 

mayor red social del mundo, han publicado un estudio en el que explican un algoritmo que podría planificar la fecha en la que una pareja va a romper. La precisión para personas sin pareja llega a descubrir la persona con la que se tiene una relación más afectiva.

El algoritmo tiene en cuenta las conexiones que se generan en la red social entre los diferentes amigos. Para llegar a su conclusión, los investigadores tomaron como muestra la red social, dentro de ella seleccionaronmás de un millón de cuentas.

Los individuos de la muestra respondían a unas características muy concretas, se trata de personas mayores de 20 años, que tenían entre 50 y 2.000 amigos. Además debían indicar en su perfil que tenían una relación o definitivamente estaban casados.

Los amigos cercanos tienen muchos amigos en común. En el caso de las personas en relaciones amorosas tratan de conectarse entre diferentes círculos. Por ejemplo, la esposa que presenta a su esposo a su círculo de amigos del trabajo o con sus amigos del colegios con los que él no tiene ninguna conexión en común.

El algoritmo de la dispersión fue capaz de identificar de forma correcta en un 60% de las ocasiones, a las esposas de un usuario en Facebook. El algoritmo también pudo identificar muy bien a la personas con la que alguien apuntaba estar en una relación.

Lo más llamativo es que cuando el algoritmo falla, parece que la relación está en serios problemas. Una pareja en una relación declarada y sun una dispersión del 50% es más propensa a romper en los próximos meses.

Para Facebook, la investigación forma parte de un esfuerzo por mirar más de cerca las relaciones entre sus usuarios y así adaptar los contenidos y anuncios.

FUENTE

UN CINE LLENA SUS SALAS, CON UNA FORMUJLA DE BONO ANUAL DE 30€

Un cine vuelve a llenar sus salas con una exitosa fórmula: el bono anual a 30 €

«Nos dimos cuenta de que había un clamor para que bajara el precio del cine», dice uno de los socios del negocio de Barcelona que ha revolucionado el mercado cinematográfico al vender con tremendo éxito un bono con el que ha conseguido financiar su digitalización

Compradores del bono acuden a retirar su carné esta semana

Autor: FOTOS: INÉS BAUCELLS

En una época en la que no paran de anunciarse cierres de salas, unos cines han encontrado la fórmula para ver la luz al final del túnel. Tanto que casi los ha dejado deslumbrados. Los Girona, ubicados en la calle del mismo nombre de la Ciudad Condal, tenían que renovarse o morir, literalmente: debían digitalizar sus tres salas de exhibición este verano para poder seguir exhibiendo películas, que ya casi no se distribuyen en celuloide. En lugar de pedir un crédito para pagar los 59.000 euros que cuesta cada nuevo proyector, surgió la idea de que fueran sus espectadores quienes lo financiaran. El pasado miércoles lanzaron su rompedora propuesta: un carné que costaba 30 € para ver todos sus estrenos. Y esperaron a ver qué pasaba.

«Nos dimos cuenta de que había un clamor para que bajara el precio del cine», explica Toni Espinosa, socio y coordinador de las salas. «Y nos planteamos echarnos una mano los unos a los otros: nosotros ofrecíamos cine a bajo precio y la gente ponía el dinero para la digitalización», explica. El objetivo era conseguir en cinco días (hasta este domingo) la mitad del capital necesario. Sacaron a la venta 1.000 abonos a través de una plataforma digital de ofertas... que se agotaron en pocas horas. Volvieron a poner más a la venta. Y se acabaron de nuevo. En solo cinco días habían conseguido el apoyo (y el capital) de 3.531 nuevos socios. Lo suficiente para digitalizar más de una sala y media. Y en tiempo récord.

«Cuando se nos ocurrió la idea, no creíamos ni que pudiéramos llegar ni a los 1.000. La campaña ha ido infinitamente mejor de lo que esperábamos», confiesa Espinosa, satisfecho de haber abierto una vía para financiar un sector en grave crisis por el cambio de modelo, la crisis económica, la subida del IVA y otros problemas que hacen que cada vez menos espectadores acudan a las salas (la recaudación ha bajado un 16% en lo que va de año). «El cine necesita noticias positivas», afirma. Además, la iniciativa les ha servido para «renovar» el público de los Cines Girona: la mayoría de los que se ha acogido a la oferta son jóvenes de 20 a 30 años, «gente que tiene ganas de ir al cine, pero que anda escasa de recursos», apunta Espinosa. Ahora estos se mezclarán con los habituales de la sala, cinéfilos de 45 o más años que acudían a disfrutar de películas no tan comerciales y de los cinefórum que la sala organiza.

A vueltas con el precio de las entradas

El éxito de la oferta planteada por estos cines hace hincapié en un aspecto que el sector lleva dando vueltas en los últimos meses ante la caída de espectadores y la subida del coste de las entradas: primero fue el -dimitido- presidente de Fapae, Pedro Pérez, quien insistió en que había que bajar precios. Luego fue una distribuidora, Warner, la que ofreció una rebaja del 16% en su factura para las salas que repercutieran este descenso en el precio final. Ahora, los responsables de esta iniciativa insisten en señalar que es necesario buscar un precio adecuado porque «hay un sector del público que le gustaría ver las películas en el cine y no verlas descargadas de internet con una calidad precaria». Lo dicen conscientes de que sus pantallas de la calle Girona son «una ventana de exhibición más, no la única, hay que adaptarse».

Los empresarios del cine estudian estos días cómo gestionar este enorme volumen de socios, que pueden acudir al cine todos los días del año, desde este mismo lunes. De momento han reservado aproximadamente un tercio de las salas para ellos y les reparten entradas de forma anticipada. Además, también les advierten que el acceso será más fácil si acuden los miércoles y los jueves, o a las primeras y últimas sesiones de los fines de semana.

Ahora tienen que ver de dónde sacarán el dinero para digitalizar la sala y media que les queda, pero ya ven con más optimismo el futuro. No será así para muchos cines del país: «Las salas que no se digitalicen después del verano van a tener que cerrar» -aventuran- «porque no va a haber copias en 35 mm». En su caso, los espectadores les han salvado. A cambio de un buen precio.

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